crisis se hizo sentir en las calles. Desde Caurimare, uno de los puntos de salida de #LaTomaDeVenezuela, hasta la tarima de la autopista Francisco Fajardo, quejas sobre la situación país abundaron. Jóvenes, abuelos, estudiantes, dirigentes y hasta perros acompañaron la movilización y marcharon por el restablecimiento del hilo constitucional y por la activación del referendo revocatorio, pero también aprovecharon la ocasión para expresar sus sentimientos. “Estoy cansada de no conseguir mis medicinas“, gritó una manifestante mientras caminaba por Chuao. Esta marcha además tuvo la particularidad de que pasó por la entrada de la Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda, en La Carlota, donde habían militares. “Traidores, vende patria, váyanse a Cuba”, les gritaban, en lo que fue el único encontronazo de los manifestantes que partieron desde Caurimare y las fuerzas del orden. Los jóvenes, por su parte, decían que estaban ahí ya cansados de ver a sus amigos partir a otros países. “Nos mantendremos movilizados. Le damos el respaldo a la Asamblea Nacional para que próximamente nos dirijamos a derrumbar esta dictadura y restablecer la democracia”, dijo Alejandro Conejero, dirigente de la Universidad Simón Bolívar. “Yo vine porque hay que recuperar a Venezuela”, dijo Nereida Carrasquero, de la tercera edad. “Vengo a todas, a todas las marchas. Mi motivo es Venezuela“. La gente caminó hasta la tarima donde se hicieron los anuncios de las próximas movilizaciones. Desde allí, además de las consignas, gritaban sus testimonios. “A mí me tocó vender el carro para poder comer. La gente está cansada de esto”, gritó alguien que prefirió guardar su identidad. Durante el discurso de Henrique Capriles se vivió uno de los momentos más emotivos: la gente, espontáneamente, empezó a cantar el himno nacional. Los ánimos estaban caldeados entre los que veían el objetivo cumplido y los que querían seguir la protesta e irse al Palacio de Miraflores. Al final, el primer grupo venció y todo terminó en paz.]]>

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