¿Déjà vu o es diferente esta vez?
María Corina Machado fue electa candidata presidencial en primarias. Foto: Iván Reyes. Credit: Iván E. Reyes

La recién electa candidata presidencial en las primarias de la Plataforma Unitaria, María Corina Machado, es ahora la política de oposición con mayor legitimidad luego de que nueve de cada diez venezolanos votaran por ella en las internas del pasado 22 de octubre.

Su contundente victoria no deja margen de duda respecto de su necesaria incorporación en la mesa de negociación, que mantiene la plataforma opositora con el gobierno de Nicolás Maduro y en la que hasta ahora no tiene delegado.

Aunque Machado se caracterizó por su abierta crítica y desconfianza al mecanismo de México, y a los procesos anteriores de negociación, en los últimos meses matizó su discurso y dejó ver una disposición al entendimiento.

En este contexto, politólogos consultados por Efecto Cocuyo responden a la pregunta de ¿cómo afecta la victoria de Machado a la mesa de México?

Nuevo actor sin reestructuración

“Creo que ella (María Corina Machado) se dio cuenta de que el acuerdo de Barbados y la mesa de negociación pueden ser convenientes dentro de su estrategia”, dice el politólogo Ricardo Sucre.

El profesor ve más probable que en esta primera fase se abra una canal de comunicación inicial entre la coordinadora de Vente Venezuela y la mesa de negociación, sobre todo para tratar el tema de la inhabilitación, pero se mantendrían los delegados que están.

También destaca que la candidata “bajó el tono” y muestra un criterio más político sobre qué decir y cómo decirlo. Esto se explica en el hecho de que, con su victoria, deja el «terreno seguro» en el que siempre jugó el de la “dignidad” para asumir un rol principal en el que le toca articular.

“Ella sabe que tiene que tener una posición política más de escucha, de conocer otros puntos de vista si quiere construir una candidatura que trascienda y sea unitaria. No puede llegar cortando rabos y orejas”, argumenta.

Machado pasó de proponer la reestructuración de la mesa que, incluso calificó como “la mesa de la extorsión” en noviembre de 2022, a reconocer como positivo el rol del jefe de la delegación negociadora de la oposición, Gerardo Blyde, y a demandar el cumplimiento del acuerdo político de Barbados.

Acto de proclamación de María Corina Machado como candidata presidencial. Foto: Iván Reyes.

“María Corina Machado ha dado demostración de poder cambiar un poco sus planteamientos más esenciales. La primera demostración fue participar en la primaria, ella viene de rechazar la vía electoral y después la acepta y se cuenta porque sabía que iba a ganar. La segunda fue su posición sobre el acuerdo de Barbados”, expone el doctor en ciencias políticas Luis Salamanca.

El experto coincide con Sucre en que el acuerdo de derechos políticos y garantías electorales “es una palanca de apoyo en la cual Machado pudiera sustentar su aspiración de ser reconocida como la candidata presidencial unitaria”.

Para Salamanca, la dirigente debe ser incluida en la delegación de la Plataforma Unitaria y lo más lógico es que se incorpore al representante que ella designe.

“Ella tiene que tener un grado de participación muy amplia en esa mesa. La plataforma y ella tienen que ir engranados”, subraya.

Aunque cree que probablemente habrá roces entre Machado y la Plataforma Unitaria, porque “tiene que mantener un nivel de distanciamiento con los sectores políticos tradicionales ya que eso fue lo que le dio el rédito, también le convienen las alianzas”.

Uno de los incentivos sería la tarjeta electoral para inscribirse; Vente Venezuela no tiene y la de la Mesa de la Unidad está en la mira, apunta.

El politólogo destaca el respaldo popular que Machado obtuvo, pues “significa un grado de apoyo inédito entre los opositores del país”. “El caso de María Corina sobresale históricamente como una candidata elegida casi por aclamación”, señala.

Aunque aclara que una cosa es ser candidata y otra lideresa. A su juicio, para ser lideresa tiene que vencer la inhabilitación, lo que parece altamente improbable.

La inhabilitación inevitable

Tanto Salamanca como Sucre descartan que a Machado se le levante la inhabilitación.

En opinión de Salamanca, la realidad confrontará a la oposición y este sector tendrá que decantarse por el candidato posible en lugar del candidato ideal o deseable.

“Si el régimen acepta habilitar a María Corina estaría aceptando perder las elecciones y entregar la presidencia de la República”, apunta.

Ante este escenario, Salamanca destaca como paso clave el establecimiento de reglas de juego sobre cómo resolver la candidatura: «Tiene que construirse eso que María Corina ha llamado la gobernabilidad antes de llegar a la presidencia y eso se hace con base en reglas de juego, acuerdos y disposición a ceder».

“Yo no veo posibilidades, el gobierno no la va a habilitar porque representa la antítesis de lo que representa. El acuerdo político te permite hacer la diligencia, pero no veo posibilidad”, sostiene Sucre.

Otra de las razones es que, a su parecer, el gobierno siente que va ganando la partida y que tiene más concesiones de la comunidad internacional.

“Pasaron todas las pruebas, se sienten seguros en el poder, María Corina va a tener que asumir que no va y ahí vendrá la segunda fase de discusión con la Plataforma Unitaria sobre el mecanismo para elegir al candidato presidencial”, opina.

Sucre cree que la tesis del consenso y la del “dedazo” van a chocar a la hora de definir un mecanismo de selección.

A pesar de las amenazas que se ciernen sobre el acuerdo político, con los ataques a la primaria y las dificultades para llegar a entendimientos en materia de inhabilitaciones, Sucre no ve ruptura ni implosión.

«El gobierno moverá sus piezas, intentará baipasear como lo hace con esta Conferencia Nacional para la Paz, pero se mantendrá. Si se hubiese querido parar ya lo habría hecho y fíjate que Jorge Rodríguez no habló de pararse, sino de acudir al mecanismo de seguimiento y verificación del acuerdo de Barbados», expone.

De cualquier manera, las implicaciones aún están por verse ante la promesa de Machado de que los venezolanos serán el «centro de la negociación» de ahora en adelante y la advertencia de Jorge Rodríguez que descarta negociar con «fascistas», en aparente alusión a la opositora.

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