Desde la Plaza Miranda se divisaba que la situación no estaba normal. Martes, 21 de marzo, 7 pm y la vía se veía libre. Usualmente a esa hora hay bastante tráfico y las distintas camionetas que atraviesan la arteria caraqueña, suben y bajan recogiendo pasajeros. Hubo una ocupación, pero en este caso no fue el Gobierno, fueron los vecinos que tomaron la avenida Baralt a la altura de la esquina de Cuartel Viejo para protestar las medidas adoptadas contra las panaderías.
Los manifestantes cortaron el tránsito en la céntrica avenida caraqueña y desviaron todo tipo de transporte. Con consignas de “Y va a caer, y va caer, este Gobierno va a caer”, rechazaron la ocupación temporal, término usado por el Estado para referirse a las intervenciones, tal como ocurrió el jueves pasado con la panadería Mansión Bakery, frente adonde se originó la protesta nocturna.
Los manifestantes vitorearon mientras otros caceroleaban desde las ventanas de los edificios. Los colectivos no tardaron en llegar. Se presentaron con tambores, consignas y una actitud agresiva, al punto que se atrevieron a allanar algunos apartamentos de un edificio donde presumieron lanzaron una botella. Ni la policía ni la Guardia Nacional impidieron el hecho.
Mientras tanto, los colectivos y simpatizantes del Gobierno que permanecieron en la Baralt gritaban “las calles son del pueblo, no de la burguesía”. Pero no todo se quedó en guerra de consignas, porque hubo cacheteos y cascazos hacia los opositores que se negaban a abandonar la calle. Las autoridades seguían sin hacer nada.
“Te sale expropiación por especulador”, también gritaban los chavistas, mientras trataban de arrinconar a los opositores y sacarlos del camino.
Con la mirada silente de la Guardia Nacional y de la Policía Nacional, los opositores tuvieron que retroceder a carreras, pues entre empujones y amenazas los chavistas corretearon a quienes originalmente iniciaron una protesta espontánea.
A las 10 pm unos 15 efectivos de la GN permanecían frente a la Mansión Bakery.



