A principios de agosto, en medio de la amenaza militar china a Taiwan, un equipo internacional de científicos identificó un nuevo virus que probablemente se transmitió a los humanos, en otro posible contagio zoonótico en menos de tres años desde la pandemia de coronavirus. Desde el comienzo de la pandemia de coronavirus se ha estado en alerta sobre los virus que se transmiten de animales a humanos. Y es por una buena razón: los casos de virus zoonóticos están aumentando, aún persiste la amenaza del Covid-19, el brote de viruela del simio está lejos de contenerse, y como si fuera poco, ahora un nuevo virus se cierne sobre el horizonte.
Los virus que se propagan de los animales a los humanos no son raros. Alrededor del 60% de las enfermedades infecciosas emergentes son de origen zoonótico, dicen los científicos, y casi 1,7 millones de virus no descubiertos podrían existir tanto en mamíferos como en aves. La mayoría de los brotes a gran escala, como el coronavirus, el ébola, el MERS y el Zika, han sido causados por la propagación de virus zoonóticos.
En un reciente estudio publicado en el New England Journal of Medicine, se detalla el descubrimiento del virus Langya en las provincias de Shandong y Henan, al este de China. En el estudio de dos páginas, los investigadores no observaron signos de transmisión de persona a persona. Lo que significa que los únicos individuos en riesgo real son aquellas que están en contacto frecuente y directo con las musarañas. Sin embargo, hay mucho que no se sabe sobre el nuevo virus, conocido como LayV, para abreviar.
Los investigadores utilizaron una técnica moderna conocida como análisis metagenómico para identificar este nuevo virus. Para ello secuenciaron todo el material genético y luego descartaron las secuencias “conocidas” (por ejemplo, el ADN humano) para buscar secuencias “desconocidas” que pudieran representar un nuevo virus. La primera muestra del virus Langya se detectó a finales del 2018 en un agricultor que buscó tratamiento para la fiebre que lo aquejaba. Durante un período de aproximadamente dos años, se descubrieron que otras 34 personas habían sido infectadas y la gran mayoría eran agricultores. Los síntomas reportados fueron leves: fiebre, fatiga, tos, pérdida de apetito, dolores musculares, náuseas y dolor de cabeza, aunque no se sabe cuánto tiempo estuvieron enfermos los pacientes. Una proporción más pequeña tuvo complicaciones graves, como neumonía y anomalías en la función hepática y renal.
Es así, que este nuevo virus ha generado inquietud y un sinfín de preguntas:
¿De dónde provino? Los autores investigaron si los animales domésticos o salvajes pudieron haber sido la fuente del virus. Aunque encontraron una pequeña cantidad de cabras y perros que pudieron haber estado infectados con el virus, hubo evidencia más directa de que una proporción significativa de musarañas salvajes lo albergaban. Esto sugiere que los humanos pudieron haber contraído el virus de las musarañas salvajes.
¿Los henipavirus se propagan de persona a persona? El monitoreo de nueve pacientes con quince familiares de contacto cercano, no reveló transmisión de LayV. Aunque el tamaño de la muestra era demasiado pequeña como para determinar la facilidad de transmisión de persona a persona. ¡Como siempre, se necesita más investigación!
¿Qué se puede aprender de los virus conocidos pertenecientes a la familia de LayV? La secuenciación genética del virus mostró que el patógeno es parte de la familia henipavirus, que tiene otros cinco virus conocidos. Dos se consideran altamente virulentos (Hendra y Nipah) y están asociados con altos índices de mortalidad, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
El virus Hendra se reportó por primera vez en 1994 cuando causó la muerte de catorce caballos y su entrenador. La gravedad de la infección puede variar desde una encefalitis muy leve hasta una encefalitis mortal (inflamación del cerebro). El primer brote en Malasia y Singapur se reportó en personas que tuvieron contacto cercano con cerdos. Sin embargo, se cree que los brotes más recientes se han debido a alimentos contaminados con orina o saliva de murciélagos infectados. En total, se han confirmado siete casos humanos del virus Hendra en Australia, ocasionando cuatro muertes, en su mayoría veterinarios que trabajaban con caballos enfermos. Por su parte, Nipah ha sido más importante a nivel mundial, con brotes en Bangladesh y parece transmitirse de persona a persona, principalmente entre contactos domésticos. Esta familia de virus fue la inspiración para el germen ficticio MEV-1, en la película Contagio de 2011, donde se generó una pandemia por zoonosis.
¿Cómo se trata el virus Langya? Actualmente no existen vacunas para humanos contra henipavirus, aunque se tiene una contra el virus Hendra, que es exclusiva para los caballos.
Se sabe poco sobre este nuevo virus, y es probable que los casos reportados actualmente sean la punta del iceberg. Los científicos que estudian las enfermedades zoonóticas habían advertido, incluso antes de la pandemia de coronavirus, que prácticas como el comercio de vida silvestre no regulado, la deforestación y la urbanización han acercado a las personas a los animales, lo que aumenta las probabilidades de propagación viral.
Hasta la fecha no ha habido muertes por LayV. El profesor Wang Linfa, coautor del artículo, indicó que los casos de Langya “no habían sido fatales ni muy graves” hasta el momento y que “no había necesidad de generar pánico”. Se requiere más trabajo para determinar qué tan grave puede ser la infección, cómo se propaga y qué tan extendida podría estar en China y el resto del mundo.
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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
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Los virus que se propagan de los animales a los humanos no son raros. Alrededor del 60% de las enfermedades infecciosas emergentes son de origen zoonótico, dicen los científicos, y casi 1,7 millones de virus no descubiertos podrían existir tanto en mamíferos como en aves. La mayoría de los brotes a gran escala, como el coronavirus, el ébola, el MERS y el Zika, han sido causados por la propagación de virus zoonóticos.
En un reciente estudio publicado en el New England Journal of Medicine, se detalla el descubrimiento del virus Langya en las provincias de Shandong y Henan, al este de China. En el estudio de dos páginas, los investigadores no observaron signos de transmisión de persona a persona. Lo que significa que los únicos individuos en riesgo real son aquellas que están en contacto frecuente y directo con las musarañas. Sin embargo, hay mucho que no se sabe sobre el nuevo virus, conocido como LayV, para abreviar.
Los investigadores utilizaron una técnica moderna conocida como análisis metagenómico para identificar este nuevo virus. Para ello secuenciaron todo el material genético y luego descartaron las secuencias “conocidas” (por ejemplo, el ADN humano) para buscar secuencias “desconocidas” que pudieran representar un nuevo virus. La primera muestra del virus Langya se detectó a finales del 2018 en un agricultor que buscó tratamiento para la fiebre que lo aquejaba. Durante un período de aproximadamente dos años, se descubrieron que otras 34 personas habían sido infectadas y la gran mayoría eran agricultores. Los síntomas reportados fueron leves: fiebre, fatiga, tos, pérdida de apetito, dolores musculares, náuseas y dolor de cabeza, aunque no se sabe cuánto tiempo estuvieron enfermos los pacientes. Una proporción más pequeña tuvo complicaciones graves, como neumonía y anomalías en la función hepática y renal.
Es así, que este nuevo virus ha generado inquietud y un sinfín de preguntas:
¿De dónde provino? Los autores investigaron si los animales domésticos o salvajes pudieron haber sido la fuente del virus. Aunque encontraron una pequeña cantidad de cabras y perros que pudieron haber estado infectados con el virus, hubo evidencia más directa de que una proporción significativa de musarañas salvajes lo albergaban. Esto sugiere que los humanos pudieron haber contraído el virus de las musarañas salvajes.
¿Los henipavirus se propagan de persona a persona? El monitoreo de nueve pacientes con quince familiares de contacto cercano, no reveló transmisión de LayV. Aunque el tamaño de la muestra era demasiado pequeña como para determinar la facilidad de transmisión de persona a persona. ¡Como siempre, se necesita más investigación!
¿Qué se puede aprender de los virus conocidos pertenecientes a la familia de LayV? La secuenciación genética del virus mostró que el patógeno es parte de la familia henipavirus, que tiene otros cinco virus conocidos. Dos se consideran altamente virulentos (Hendra y Nipah) y están asociados con altos índices de mortalidad, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
El virus Hendra se reportó por primera vez en 1994 cuando causó la muerte de catorce caballos y su entrenador. La gravedad de la infección puede variar desde una encefalitis muy leve hasta una encefalitis mortal (inflamación del cerebro). El primer brote en Malasia y Singapur se reportó en personas que tuvieron contacto cercano con cerdos. Sin embargo, se cree que los brotes más recientes se han debido a alimentos contaminados con orina o saliva de murciélagos infectados. En total, se han confirmado siete casos humanos del virus Hendra en Australia, ocasionando cuatro muertes, en su mayoría veterinarios que trabajaban con caballos enfermos. Por su parte, Nipah ha sido más importante a nivel mundial, con brotes en Bangladesh y parece transmitirse de persona a persona, principalmente entre contactos domésticos. Esta familia de virus fue la inspiración para el germen ficticio MEV-1, en la película Contagio de 2011, donde se generó una pandemia por zoonosis.
¿Cómo se trata el virus Langya? Actualmente no existen vacunas para humanos contra henipavirus, aunque se tiene una contra el virus Hendra, que es exclusiva para los caballos.
Se sabe poco sobre este nuevo virus, y es probable que los casos reportados actualmente sean la punta del iceberg. Los científicos que estudian las enfermedades zoonóticas habían advertido, incluso antes de la pandemia de coronavirus, que prácticas como el comercio de vida silvestre no regulado, la deforestación y la urbanización han acercado a las personas a los animales, lo que aumenta las probabilidades de propagación viral.
Hasta la fecha no ha habido muertes por LayV. El profesor Wang Linfa, coautor del artículo, indicó que los casos de Langya “no habían sido fatales ni muy graves” hasta el momento y que “no había necesidad de generar pánico”. Se requiere más trabajo para determinar qué tan grave puede ser la infección, cómo se propaga y qué tan extendida podría estar en China y el resto del mundo.
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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
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