Salud bucal para mantener claridad en el pensamiento

Las enfermedades de las encías se encuentran entre los padecimientos crónicos más comunes y afectan entre 20% y 50% de las personas en todo el mundo. Ocurren cuando la placa, una película pegajosa de bacterias, se acumula en los dientes. Las primeras etapas de la enfermedad de las encías (gingivitis) son tratables y reversibles. Pero algunas personas desarrollan una forma crónica de la enfermedad de las encías, que es irreversible, pudiendo progresar hasta ocasionar la pérdida de algunos dientes.

Trabajos de investigación realizados en esta área muestran que la enfermedad de las encías puede hacer que las personas sean más propensas a desarrollar otras afecciones graves de salud como el cáncer, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y Alzheimer.

Un grupo de investigadores publicó recientemente, en la revista Neurology una conexión entre la pérdida de los dientes, la enfermedad de las encías y el encogimiento en una región del cerebro llamada hipocampo, involucrada en la memoria y en la aparición de la enfermedad del Alzheimer. El hipocampo experimenta una pérdida de volumen al principio de la progresión del Alzheimer. Esta publicación se suma a la extensa investigación sobre salud bucal relacionada con la función cognitiva. En este sentido, los autores del trabajo indicaron que “los resultados resaltan la importancia de preservar la salud de los dientes”.

Los hallazgos del estudio realizado en 172 personas voluntarias, durante cuatro años, demuestran una asociación entre estos factores. Siendo así, las implicaciones de estos estudios científicos podrían afectar la forma en que los dentistas toman decisiones sobre nuestra salud bucal. Los participantes, todos de 55 años o más, realizaron pruebas de memoria al comienzo del experimento recopilando datos sobre la salud general y el historial médico de cada participante, mediante cuestionarios y pruebas médicas. Los voluntarios solo se aceptaron en el estudio si no manifestaban problemas de memoria.

El uso de la resonancia magnética nuclear (RMN) permitió a los científicos determinar el volumen del hipocampo al inicio del experimento y cuatro años después. Los dentistas contaron la cantidad de dientes en cada participante y examinaron el “sondaje periodontal”, un indicador del tejido de las encías alrededor de cada diente, que es empleado para seguir la evolución de la enfermedad en las encías.

“La pérdida de dientes y la enfermedad de las encías, que es la inflamación del tejido alrededor de los dientes, puede provocar el encogimiento de las encías y aflojar los dientes”, explicaron los autores del estudio, “por lo que evaluar un vínculo potencial con la demencia es sumamente importante”. Un rango saludable de sondaje periodontal (ampliación del surco gingival) está entre uno y tres milímetros, un valor de tres o cuatro milímetros en varios puntos se clasifica como enfermedad de las encías leve, mientas que una enfermedad grave implica cinco o seis milímetros.

En personas con enfermedades graves de las encías, tener más dientes se relacionó con una tasa más rápida de contracción del hipocampo. El incremento de la contracción del hipocampo izquierdo, causado por tener un diente más, fue equivalente a 1,3 años de envejecimiento cerebral. Los resultados sugieren que la retención de dientes ubicados en zonas de la boca con enfermedad de las encías grave, se asocia con atrofia cerebral, debido a que pueden ingresar más bacterias al torrente sanguíneo. Para evitarlo, es crucial controlar la progresión de la enfermedad de las encías a través de visitas regulares al dentista.

Entonces, ¿cuál es la conexión entre la salud bucal y las enfermedades mentales? A medida que se desarrolla la enfermedad periodontal, las heridas en el epitelio sirven como puerta de entrada para que los patógenos viajen al cerebro. Los estudios recientes enfocan la atención sobre la bacteria Porphyromonas gingivalis, uno de los principales responsables de la exacerbación de la enfermedad periodontal, que puede colonizar el cerebro, causando daño a las neuronas y contribuyendo a la producción de placas de β-amiloide.

Si bien algunos factores de riesgo de la enfermedad de las encías no se pueden modificar, como la genética, hay cambios que se alcanzan al transformar el estilo de vida, reduciendo así el riesgo. Por ejemplo, comer menos azúcar, evitar el tabaco y el alcohol y reducir el estrés pueden ayudar a prevenir la aparición de estas patologías. También es importante considerar que ciertos medicamentos (como algunos antihipertensivos y antidepresivos) pueden reducir la producción de saliva, lo que aumentaría el riesgo de desarrollar enfermedades en las encías.

Se debe considerar también que el estudio involucró a un pequeño número de personas, por lo que es importante que las próximas investigaciones se realicen con una población más grande y diversa antes que estos resultados puedan generalizarse. Sin embargo, es un recordatorio para todos que nuestros nacarados dientes son importantes no solo para masticar, sino también para mantener claridad en el pensamiento.

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