Las creencias machistas atentan contra la salud

Como decía en mi artículo de la semana pasada, la problemática de la salud de los hombres hay que encararla desde la educación, en la manera cómo se asume que deben ser los hombres y las creencias que se le inculcan sobre sí mismos. 

La problemática de salud masculina no puede reducirse a la prevención del cáncer de próstata, la disfunción eréctil y la eyaculación precoz. Claro que esos son temas relevantes, pero hay muchos más que requieren atención en la agenda pública y en el ámbito familiar.

Todo comienza por el autocuidado

Uno de esos temas de noviembre, el mes de la salud masculina, es la promoción del autocuidado por parte de los varones. Que aprendan a querer su cuerpo y reconocer que son seres humanos, no superhombres. Ellos no pueden seguir valorando sus cuerpos a través del «fitness», si acaso, y el uso del pene. El cuerpo es mucho más que eso y requiere de atención y cuidado para que funcione satisfactoriamente.

Cuidar el cuerpo tiene que ver con el ejercicio físico, no solo por tener una “buena figura”, sino por razones de salud. Hay que disminuir el sobrepeso y el colesterol malo, por ejemplo. Tratar de que la alimentación sea balanceada, sana. Rechazar la comida chatarra, aunque resulte provocativa y “resuelva” tiempo y dinero.

Cuidar el cuerpo masculino es llevar un estilo de vida saludable; es decir, que incluya el descanso, la recreación, saber manejar el estrés y evitar los excesos de consumo de alcohol, cigarrillos y otras drogas. Es más, si se aprecia la vida, el cigarrillo no debería ser parte de ella.

El descuido del cuerpo permite el desarrollo de condiciones que facilitan problemas de salud mayores. El sobrepeso, la hipertensión, la diabetes, el colesterol alto, entre otros, aumentan los riesgos de enfermedades y accidentes cardiovasculares, la mayor causa de muerte en el mundo, donde los hombres llevan ventaja con respecto a las mujeres.

Parte del autocuidado es hacerse un chequeo médico y exámenes de laboratorio anualmente, a pesar de lo que pueda costar. Una enfermedad y un entierro tienen un costo más alto.

Viejas creencias sobre ser hombre

La vieja creencia masculina de autosuficiencia, según la cual pedir ayuda no es de hombre hay que superarla. Más que de hombría esas creencias revelan ignorancia y hasta autoagresión.

Consultar al médico nos puede evitar problemas de salud o, si ya los tenemos, que empeoren.  Hay que acordarse de la próstata no solo por placer sexual o por dificultades al orinar, sino saber que, después de los 45 años, hay que chequear anualmente. Detectar el nivel del antígeno prostático en la sangre y si es alto el médico dirá.

El mensaje tradicional de que los hombres deben ser temerarios, atrevidos y valientes,  los lleva a exponerse a la violencia, ya sea generándola o defendiéndose de ella.  Cerca de un 90 % de los heridos o muertos por hechos violentos en las calles de EEUU, son hombres. Este alto porcentaje, muy probablemente, es  similar en otros lugares.

100 % de los ataques a mansalva en sitios públicos, que se producen en EEUU, son perpetrados por hombres. Lo que nos dice que su socialización ha sido dirigida al uso de la fuerza y la violencia hacia los demás. 

Asumidos los accidentes automovilísticos como hechos violentos, encontramos que, en promedio mundial, 80 % de quienes causan y son víctimas mortales de esos accidentes son hombres.

La creencia de autosuficiencia y la pauta de no buscar ayuda, así como la de ser reservados en sus fracasos o miedos, con las que se educan tradicionalmente a los hombres, están entre las explicaciones de las tasas de suicidio. Mundialmente, los hombres se suicidan tres veces más que las mujeres y, en 2022, en las Américas, casi 80 % de suicidios fueron ejecutados por hombres.

El promedio mundial de la esperanza de vida en hombres, para 2022, según la Organización Mundial de la Salud, es de 69 años, cinco menos que para las mujeres. Esta diferencia  podría deberse a las creencias y conductas según el género y evidencia que, como decíamos en el artículo de la semana pasada, el machismo mata. 

La equidad de género también tiene que ser en cuanto a la salud. Las pautas de crianza de los hombres tienen que cambiar y el acceso a los servicios de salud para ellos debería ser de tan buena calidad y cantidad como deben ser para ellas.

Releo este artículo y parece escrito por un médico, pero no, no estoy usurpando funciones. Simplemente actuando como comunicador para la salud.

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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.

Del mismo autor: Hombres y salud, un hueso duro de roer

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