No resulta sencillo para los chavistas defender el tan cacareado “proceso”. La crisis ya hace muy difícil defender lo insostenible. Salvo ideas y teorías peregrinas, no hay argumento posible para explicar cuestiones que a todas luces son el resultado de una política económica propia de un régimen despótico vestido con ropaje socialista. Con la ayuda de los “progresistas” de buena parte del planeta y de la figura emblemática de Fidel, se erige en Venezuela la mayor estafa de nuestra historia. Creemos que es difícil encontrar una experiencia que lo supere. Al menos en Suramérica. El engaño alcanzó su escala más elevada y eficaz, por la combinación del incremento de los precios del crudo a escala internacional y la retórica encendida contra el imperialismo y la oligarquía. Las ganancias extraordinarias por concepto del nivel alcanzado por el barril de petróleo brindaron la base material del engaño.

Pero ¡vaya revés!: se desploma el precio y como un cuento el rey queda desnudo. Ya no Maduro, —muy lejos de una figura real -aunque reyes ha habido hasta desquiciados y locos-— sino el régimen todo, queda desnudo. Falta algo de historia para dar cuenta en la conciencia de buena parte de los venezolanos acerca del líder del llamado proceso y de su “legado”. Entretanto, Maduro luce el descartable dado su poco carisma e incapacidad para engañar incautos.

Pero, ante el descalabro, la creatividad chavista se hace prolífica, aunque menos eficaz. No sólo falta el líder: faltan los dineros de antes. Aun así, ante la debilidad de una firme oposición, combinan la represión con más discurso engañoso para levantar esperanzas. Y, por otra parte, desconocen la Asamblea Nacional y sus decisiones, aparte de frenar las iniciativas para salir de Maduro de manera pacífica y Constitucional.

Para evadir la responsabilidad que de manera exclusiva le corresponde al Gobierno, una de las teorías más propagadas es la de la guerra económica. Pero la contundencia de los acontecimientos hace que apenas encuentre algo de eco en los oídos más irracionales. Pero tales argumentos distractores no soportan el más elemental análisis. De tal manera que querer explicar la situación desde una perspectiva engañosa ya resulta un riesgo. La rabia es muy grande. Es más, resulta un ejercicio propagandístico de muy poca eficacia. Pone en evidencia, al ser contrastada la tesis con la realidad, que se trata de una impostura interesada. Señala el edificador de la ciencia económica, Karl Marx, que el pensamiento burgués después de David Ricardo solo produce apología. Pero estamos en presencia de lo absurdo, de lo irracional: la guerra económica, el incremento de precios como resultado de la inflación “inducida”, la especulación y el acaparamiento. Todo lo cual hace ver que no existe responsabilidad gubernamental. La inseguridad como resultado de un “plan de la CIA” para crear inestabilidad mediante el estímulo del malandraje, con una cierta ayuda del paramilitarismo colombiano.

Todo lo que sucede en el país es resultado de planes del imperio con el cual mantienen una pelea de sombras, mientras seguimos importando en buena medida bienes de la economía tanque, sobre todo, medios de producción. Deben apelar a la irracionalidad. Se ha sembrado este espíritu hasta llegar al extremo de que algunos, afortunadamente cada vez menos, no quieren ver la realidad por muy contundente que sea, como mucha gente en la Alemania nazi, que volteó la cara, o que defendió a Hitler hasta el final y, al caer el nazifascismo, declaró no haber sabido nada acerca del genocidio del pueblo soviético y de muchos pueblos, así como el objetivo del exterminio judío.

Desde la perspectiva psicoanalítica obedece a una manera de proteger el ego. No se reconoce la catástrofe y la responsabilidad del líder y del llamado “proceso” para no afectarse a sí mismos. Para algunos, los que se benefician de la política gubernamental, defender al gobierno con estos y otros argumentos es un asunto de necesidad. En este segmento se encuentran, entre otros, beneficiarios económicos, oportunistas, gente que se lucran con el ejercicio del poder. Bastante distintos de quienes defienden el chavismo desde la penuria real.

De otra parte, por la vía de la rigurosidad científica, analizar la circunstancia venezolana dejaría en evidencia que el desastre es el resultado de una política lejana en el tiempo, entronizada desde 1989 —-27 de febrero mediante—, que debe ser superada con una perspectiva de desarrollo nacional y soberano.

La gran ventaja del régimen se resume en las debilidades de la oposición. Por más que se hayan agotado las posibilidades del chavismo para levantar esperanzas, al menos en el corto plazo, no termina de caer. Lo sostienen varios factores subjetivos y propios de la política. Uno de los cuales, sin dudas, lo representa el freno a la protesta popular que propician el gobierno y factores de la oposición. El chavismo hace aguas, se desploma, pero no cae. Saca fuerzas de la debilidad de la alternativa. A momentos, parece llegar al final, pero saca fuerzas y lanza golpes a diestra y siniestra cuyas respuestas no son contundentes. La cosa llega a tal extremo que hay factores sociales que postergan sus demandas ante el miedo, el escepticismo, la pérdida de confianza en quienes lucen opción de cambio pero que no dan señales de fortaleza para la confrontación o que se perciben colaboracionistas que buscan sostener a Maduro y al régimen hasta 2019.

Pero la crisis hace estragos en el bolsillo de la gente. La angustia del venezolano es cada vez mayor. Angustia cotidiana porque no se consigue comida y lo poco que algún ciudadano logra es caro, muy caro. Los bachaqueros o bachacos, impunemente y coaligados con buena parte de la estructura del poder chavista, —colectivos, cadenas mercal, mercalitos, o las que de manera diversa se crea en los supermercados donde llega el producto, siempre ligados a alguna expresión del poder, colocan el precio del bien en una escala muy superior. La leche, colocada a 70 bolívares, termina llegando en el mejor de los casos a 1.200, aunque su precio se generaliza en 2.000 bajo la mirada complaciente de la autoridad. Harina de maíz precocida, arroz, aceite y pare usted de contar, sufren ese incremento de precios sin repuesta alguna de nadie. Elemental sería convocar a la protesta contra la especulación chavista, prisión para los corruptos bachaqueros, pero no. El chavismo, en cambio, reprime sectores de la oposición y frena la protesta, conduciendo a la pasividad. Se siembra el espíritu de derrota. Pero ya comienza a despertar el movimiento espontáneo. Eso resulta inevitable. La rabia de la gente, el descontento, la necesidad imperiosa por adquirir alimentos, se harán cada vez más presentes en la protesta y la movilización.

Por eso, ser chavista es difícil, que no sea por la vía del interés particular, el oportunismo articulado a lo anterior y el irracionalismo. Pero vivimos tiempos en los cuales también comienza a ser muy difícil ser opositor desde la perspectiva de algunos de los factores que la integran. ¡Cuidado con eso!

Foto: notihoy.com

Economista | Doctor en Ciencias Sociales | Profesor Asociado de la Faces en la Universidad Central de Venezuela | Investigador | Dirigente político

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15 Comentarios

  1. Le aclaro que no es difícil, lo difícil es aceptar quienes son los violentos: los que sacaron a Tareck de su apartamento a empujones en el golpe de abril, o los que violaron y mataron a la señora que reclamaba unos dólares que manejaban los de la oposición, El 7D se les quitó la careta a tanto diablo vestido de ovejita.

  2. Que ridiculez me da ver tanta mediocridad junta, y la intentona de Chavez q???? cuantos muertos en VTV o esos no duelen, dejen de ser tan jabu

  3. LA DOBLE MORAL ES LO QUE ESTA ACABANDO CON EL PROCESO….CHAVISTAS QUE DICEN QUE TENER PLATA ES MALO; PERO LO VES MONTADOS, CON DINERITO Y CARRITOS…DICEN AMAR AL PUEBLO; PERO SABEN QUE EL MAS NECESITADO ESTA PASANDO HAMBRE Y NOS LES IMPORTA FALSOS

  4. De verdad no es tan sencillo. Sin embargo lo hay todavía. La psicopatía pareciera estar en sus ADN. Pero gracias a Dios están siendo minoría. Cada vez. El hambre en la mayoría de los chavista le estas tocando fondo.

  5. Irracional, psicópata, pata en el suelo… Así nos han llamado durante mucho tiempo, eso no nos desanima. Pero irracional sería votar por unos carajos que iban a acabar con las colas y se pusieron peor, que iban a meter presos a los corruptos y no han hecho nada, por los que iban a dolarizar el salario!

  6. Tengo 50 años y toda mi infancia y juventud las viví en San Agustín del Sur, así que nadie me va a venir con cuentos chinos. Durante los tiempos de la República civil mi mamá pudo comprar su apartamento en propiedad horizontal y en 1980 pude viajar a NYC y conocer esa ciudad durante un mes siendo un chamo de San Agustín. Iba a los abastos y la panadería a hacer los mandados y encontraba todo lo que había que comprar. Hacíamos mercado en el cementerio y veníamos con las bolsas esas de tela que se usaban antes para el mercado full de comida. Es cierto que hacíamos cola los sábados en la mañana para comprar leche en polvo y plátanos de corpomercadeo, pero era más por aprovechar los precios bajos y hablar con la gente del vecindario que por otra cosa, porque podíamos comprar esos productos en cualquier otro lugar. Recuerdo que en 1978 durante algunas semanas se perdió el jabón Ariel y nos poníamos a buscarlo por toda Caracas, al igual que lo que pasó con el papel de baño en 1989 y todo lo del caracazo; sin embargo, ya para final de ese año la logística alimentaria se había normalizado.

    Nunca en mi vida he visto semejante desastre y escasez. Antes hubo corrupción, pero hoy en día la cosa es muchísimo peor; por lo menos antes existía un cierto nivel de responsabilidad por parte de los gobernantes. Desde 1999 la desvergüenza es total. SE ROBARON TODO.

  7. Conozco a varios amigos que hace años vivían alquilandoy viviendo para el alquiler, tres tienen casas construidas por el gobierno. Un amigo estaba perdiendo la visión, y para costear la operación se estaba preparando para vender su carro y su casa, y la revolución lo operó en Cuba, y hoy continúa con una vida normal, con su vivienda y su casa. Mis abuelos trabajaron en el campo toda su vida y jamás fueron atendidos por el gobierno, si hoy estuviesen vivos estoy seguro que gozarían de una pensión, imagino que en eso basa su visión de mi irracionalidad!

  8. Mi mamá murió gracias a estos criminales que ella ayudó a llegar al poder en 1998. Sufrió un derrme cerebral el 10 de enero de 2014 y estuvo NUEVE DÍAS en la emergencia del Pérez Carreño con prácticamente CERO atención médica. No por los médicos quienes hacían lo que podían, sino por la falta de insumos y medicinas. Con el sereno de la noche contrajo una neumonía y el 8 de febrero de ese mismo año falleció. En 1993 la operaron en el hospital Vargas de una hernia discal y no pagó nada. La República civil le curó la hernia y tu robolucion la mató.

  9. Siento lo de tu madre, pero la mía murió en el 85 y mi papá en el 91, lo del viejo fue traumático luego de un ACV, conocemos el dolor de perder un ser querido, pero no me inclinaré frente a una rata como el Ramos Allup o el Borges, por eso seguimos en esta trinchera!

  10. Sr. Ramon Nuñez, disculpe Ud. la pregunta: ¿A lo largo de su vida conoció a alquien que comiera perrarina? Porque esa ha sido una de las banderas de estos mediocres y resulta que ahora si ESTAMOS PASANDO HAMBRE EN VENEZUELA. Mientras la Sra. Delcy Rodriguez le dice cualquier tipo de tonterias al mundo, nunca le falta el cafecito con leche despues del pabellón que se manda.

  11. La comida para perros es más cara que la de humanos. Con lo que se gasta en un kilo de perrarina se pueden comprar cuatro o cinco de pasta o arroz. Esa es una leyenda negra creada en los años 80 no sé por quién. En San Agustín del Norte, cerca de la Fuerzas Armadas había, no sé si todavía existe, una tienda de productos para animales llamada La Chacra. Por 1986 adoptamos un perro callejero y fui a preguntar cuánto costaba la perrarina. Era tan cara que decidimos darle al perro arroz con sardinas y mortadela, que de paso le encantaba.

    En esos tiempos uno compraba un bolívar de pan y le daban a uno cuatro panes de los que llamaban de a locha. Todo eso es un cuento chino que lo creyó un montón de cabezas huecas de clase media.

  12. Ni ramos allup ni borges me caen simpáticos, y en mi opinión personal capriles apenas es un poco más inteligente que el Dr. Platanote. Por otro lado entiendo que hay muchos dirigentes opositores jóvenes bien preparados y que pueden ser una alternativa real de gobierno y eso no ocurrirá mientras esta mafia ocupe posiciones de gobierno. Han tomado al país entero como rehén y tratan sus recursos como un botín. Para poder levantar Venezuela hay que salir de estos criminales; luego los opositores actuales que están desfasados luego de la transición pasarán a segundo plano, y luego, quizá, se pueda reconstruir el país.

  13. O ensayamos o erramos. Es difícil estar peor de lo que ya se está, así que desde cierto punto de vista eso facilita las cosas. Los hampones que están en el poder deben acceder a un gobierno de unidad nacional y los capitostes de la oposición deben dejar a un lado sus intereses personales y trabajar por el bienestar del país. Estoy consciente que eso tendrá que significar impunidad para algunos de estos individuos, pero a veces el interés Supremo de la nación obliga a esas cosas, aunque ciertos crímenes no podrán ser amnistiados, como el caso de narcotráfico. Ese gobierno de transición tendrá que iniciar el proceso de reconstrucción del pais y deberá reformar la Constitución para eliminar la reelección indefinida, cosa que tanto daño nos ha causado desde los tiempos de la independencia.

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