La vida continúa, aun con las limitaciones que impone la cuarentena. Hay que seguir haciendo trámites, inscribirse para estudiar, hacer denuncias para protegerse de la violencia o cualquier tipo de explotación.
Sin embargo, las autoridades parecieran no darse cuenta de ello. El SAIME no atiende desde el inicio del confinamiento. Sus redes sociales dan cuenta de las medidas del gobierno para atender la emergencia sanitaria, la lucha contra las sanciones, la delincuencia pero nada que ver con las cédulas de identidad y los pasaportes que esperan los niños, niñas y adolescentes venezolanos dentro y fuera del país.
Se entienden las limitaciones que impone la pandemia; pero las prioridades anteponen el registro electoral y la convocatoria a unas elecciones con el argumento de que se trata de un mandato constitucional. El derecho a la identidad también constituye un derecho humano fundamental y la ciudadanía espera se tomen las medidas para que se reinicie la gestión de documentos contemplando las medidas de bioseguridad.
Los nacimientos no entran en cuarentena
A casi siete meses del decreto de Emergencia Sanitaria, por la pandemia de COVID-19, los registros civiles permanecen sin medidas especiales para la emisión de partidas de nacimiento y otros servicios que atañen a los niños, niñas y adolescentes.
Es por ello que Cecodap presentó un informe sobre el derecho a la identidad en tiempos de pandemia en el cual se muestra el resultado de un monitoreo de 13 centros de registro civil en el Área Metropolitana de Caracas (AMC).
Con el recorrido realizado, se evidencia que no existen mecanismos efectivos que garanticen el registro civil como un servicio público esencial. Hay interrupciones, suspensiones y formas de funcionamiento diferentes en cada uno.
Se encontró que ninguna de las oficinas visitadas tienen horario regular; sino más bien un horario reducido en horas y días. No existe un criterio uniforme para determinar el tiempo de servicio de cada registro civil. Por el contrario, parece una decisión arbitraria y los horarios varían.
En el mismo horario reducido por la pandemia, se atienden por igual a padres para registro de un bebé y a personas que necesiten una acta de defunción. Estos son los únicos servicios que están activos en los registros civiles, a excepción de la Oficina de Registro Civil del Municipio Sucre donde se tramita la fe de vida.
No hay lineamientos sobre otros servicios:
Además del recorte de la jornada laboral y los trámites disponibles, también se detectó reducción en el personal. En las 13 oficinas de registro civil monitoreadas no está todo el equipo de trabajo.
En 11 oficinas (84,61%) tienen un esquema de guardias para el personal. Algunas tienen uno o dos funcionarios, mientras que otras llegan a media docena de trabajadores.
Esperando por el CNE
El Consejo Nacional Electoral es el ente rector del Sistema Nacional de Registro Civil. Según Carlos Trapani, coordinador general de Cecodap el ente “no ha ofrecido rutas de atención, ni planes especiales frente a las necesidades que surgen durante una cuarentena y son competencia de estas oficinas. Esto muestra la ausencia de rectoría, por tanto, cada oficina de registro decide discrecionalmente la forma de dar o no respuesta a las solicitudes de los ciudadanos”.
No cuesta elucubrar que el CNE también tiene sus prioridades centradas en la organización de los comicios. Los ciudadanos urgidos de tener respuestas del registro civil quedarán relegados.
Una niña o un niño que no está debidamente registrado y con su documentación al día está sobre expuesto a los riesgos de la violencia, el rapto, tráfico, trata, explotación laboral, sexual. Ni él ni su familia tienen la forma de demostrar de quién se trata, realizar un reclamo o denuncia formal.
Serán “ciudadanos de segunda”, si cabe hablar de ciudadanía a niños o adolescentes excluidos a la hora de inscribir o tramitar su certificado de estudio, de ir a un hospital o ser atendido por un programa social.
A unas autoridades que permanentemente pregonan que trabajan para la felicidad del pueblo hay que recordarles que sin papeles no hay paraíso.
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