El padre celebrado o añorado

En muchos países se celebra el Día del Padre, en junio. Una celebración mucho menos sonora que la de la madre. Se dice que madre solo hay una –lo cual no es así– y que padre puede ser cualquiera.

La singularidad de la madre o el padre es cierta, si los conceptos se restringen a lo biológico.  Madre es quien se embaraza y pare. No hay dudas al respecto. Con relación al padre, biológicamente es el que preña, pero pudiera no saberse quién es.

La identidad del padre se puede comprobar con el ADN.  Pero además de lo genético hay cuestiones sociales que ayudan a definir la paternidad y pueden ser más importantes que las biológicas. 

Ser padre

Socialmente, se asume que el propio padre es el biológico pero no necesariamente es así.  Hay muchos tipos de padres.

El padre biológico es quien genera el embarazo, sea de forma natural o en laboratorio. Padre natural es quien haya participado en la relación carnal que derivó en embarazo, ya sea la pareja legal o de hecho de la madre o quien participó en una relación ocasional con ella o, incluso, un violador.  Se puede identificar por el ADN mientras que el padre artificial pudiera no conocerse nunca.

El padre adoptivo es quien, junto a su pareja, decidió adoptar a un niño, niña o varios. Lamentablemente, la adopción en solitario por parte de un hombre todavía genera reservas sociales y legales. Es parte de los muchos prejuicios que arrastramos. Hay hombres que pudieran ser excelentes padres aún sin pareja.

El padre por afecto es aquel cuyos hijos e hijas, sin tener vínculos sanguíneos o legales con él, decidieron asumir como padre.  La atención y afecto que han recibido de él lo convirtieron en su padre. Una hermosa manera de serlo.

Hay otros tipos de padres, cada quien tiene el suyo y eso depende, en gran parte, del cómo fue la relación con él.

Ejercicio de la paternidad

Así como hay varios tipos de padres, hay varias formas de ser padre, de ejercer la paternidad.

El padre presente y responsable es el deseado afectiva y socialmente. Es aquel que, en las nuevas generaciones, dice: “Estamos embarazados”, “parimos”, “estamos criando” y está, ahí, junto a su pareja, asumiendo el embarazo, manutención y crianza del hijo o hija. También lo es aquel que, siendo de generaciones anteriores, nunca se expresó de esa forma pero siempre estuvo o ha estado ahí, apoyando a sus hijos e hijas y a su pareja, o sin ella.

El padre presente pero irresponsable se limita a estar y cumplir con ciertos deberes pero evade otros, como los económicos o de educación, inclusive el del afecto. Esos padres asumen que la responsabilidad de manutención, crianza y querencia son responsabilidad de la madre y allá ellas.

Las nuevas modalidades laborales, circunstancias familiares como la emigración y, por supuesto, las nuevas tecnologías, han producido un nuevo tipo de padre, el padre virtual, quien estando ausente físicamente, aparece por llamadas o videollamadas y así se hace presente.  La presencia virtual del padre puede estar acompañada con el cumplimiento de sus otras responsabilidades paternas, como son las económicas, o limitarse al saludo marcado por  la lejanía.

El padre real

El verdadero padre no es necesariamente el biológico.  El padre real es quien asume la crianza del hijo o la hija con compromiso en aspectos fundamentales de la paternidad como son el apoyo al embarazo o la decisión de adoptar, el acompañamiento en el parto y la participación activa en la crianza, educación, la manutención de los hijos e hijas y dando amor, siendo tierno, por supuesto.

Entre las nuevas formas de familia están las homoparentales que, ante la ausencia de la madre desde el principio, viene reforzada con dos padres.  Uno o dos padres, lo importante es que haya deseo de ejercer la paternidad, educando, manteniendo económicamente y amando al hijo o hija que se decida.

El Día del Padre también se recuerda a quien no fue un buen padre, al que nos abandonó o nos vejó, pero se celebra al verdadero padre, sea el biológico o no.   A quien asumamos como el padre o el que deseamos haber tenido o tuvimos y se añora. Y, por supuesto, celebramos lo que algunos hombres afortunados disfrutamos ser.

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