clases

“La escasez de comida y transporte está haciendo más difícil la asistencia al colegio. Algunos niños, niñas y adolescentes se quedan en el camino por falta de “energía“para subir la cuesta que significa, meriendas, transporte, uniformes y útiles. Otros continúan su formación escolar más allá de las fronteras venezolanas. La emergencia humanitaria se matricula en la escuela, aunque el Gobierno intente ocultarlo”.

Con este texto comienza el reportaje Ana Carolina Griffin elaboró para Cecodap luego de una investigación periodística que involucró a directivos, docentes, familias, estudiantes y expertos en el área.

“Nosotros en el 2016, en febrero, empezamos a darnos cuenta que los niños dejaron de venir, veíamos también que se nos desmayaban, tuvimos bastantes casos. Allí fue donde la escuela hizo un estudio a través de entrevistas personales y nos dimos cuenta  que de 30 estudiantes, 10 estaban comiendo dos o menos veces al día, y esa es más o menos la estadística que hemos mantenido hasta el curso pasado (2017-2018)”, dije la Hermana Maria Isabel Quiros, directora del Colegio María Inmaculada de Fe y Alegría, ubicado en el Barrio Unión de Petare”.

El impacto de la alimentación en la asistencia y el rendimiento escolar es determinante; pero el transporte no se queda atrás.

“Las dificultades que yo tengo aquí para traer a las niñas (tiene tres hijas, dos en edad escolar) al colegio es el transporte, conseguirlo es sumamente difícil, y la comida está difícil y sumamente cara. El sueldo no alcanza”, dice Claribel Reyes, representante de la escuela Paulo VI, ubicada en la Cota 905.

Las cifras aportadas por el Ministerio de Educación hablan de un aumento de matrícula en escuelas oficiales; pero Luis Bravo Jaúregui investigador de la UCV entrevistado por Griffin recalca, “Las cifras que ha procesado dicen que a pesar de que este año, la matrícula hubiese aumentado un poco con relación al anterior tenemos un comportamiento hacia la baja. Hay 213 mil 709 alumnos menos que en el año 2013 que fue el año de mayor matrícula educativa en la historia venezolana. ¿Qué pasó con esos muchachos, dónde están?

Bravo, analiza tres posibilidades: una que algunos hayan abandonado la escuela para engrosar las filas de la delincuencia, otro que otros se hayan dedicado a trabajar y la otra posibilidad, que fue la que se pudo constatar, con mayor claridad, en el terreno al realizar este trabajo periodístico, es que muchos se hayan ido a otros países como producto de la crisis humanitaria que vive Venezuela.”

Hacer menos empinado el camino a clases

“Yo no sacaría a mis hijos, haría lo posible y lo imposible para que mis hijos estudiaran. No por la situación que estamos pasando uno no debe cohibir a sus hijos de estudiar”, dice Yesenia Salas,  representante de la escuela Madre Inmaculada de Fe y Alegría que para ayudar a su familia se ha ofrecido como cocinera del plan de meriendas que realiza esa institución.

El jueves 8 de noviembre Fe y Alegría, Avec, Ashoka Venezuela y Cecodap organizamos un conversatorio para compartir como miles de Yesenias insisten tercamente, junto con directivos, docentes, organizaciones sociales y comunitarias para que las escuelas se mantengan funcionando, abriendo comedores solidarios.

Ese día se proyectará el corto elaborado por Griffin y Oscar González y un panel de 3 religiosas directoras de colegios en sectores populares de Caracas nos dirán qué están haciendo para hacer menos empinado el camino a la escuela. El registro y la  información en https://es.surveymonkey.com/r/cecodap

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