El 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer, de todas. De las que nacieron mujeres y de las que se han hecho mujeres por decisión, las llamadas trans.
Entre las mujeres, un sector social que el pensamiento machista subestima, humilla, discrimina, golpea y asesina a algunas de ellas, hay un sector más pequeño que nacieron hombres y decidieron transformarse en mujeres, las trans, y por ello sufren más que cualquier otra mujer.
Las sociedades suelen sancionar a quien deja de ser algo para convertirse en otro algo. Las deserciones se pagan. Las mujeres trans suelen generar rechazo por haberse convertido en mujeres y, por ser disidentes
En materia de discriminación por género, las mujeres trans son un sector social más subestimado, humillado, discriminado, golpeado y algunas de ellas asesinadas como castigo por haberse convertido en mujer, por no ser auténticas. Una autenticidad que la hipocresía social exige cuando en otras, desvaloriza y sanciona. Según el pensamiento machista, las mujeres trans deben ser más castigadas que las mujeres genuinas.
Por supuesto, también hay hombres trans, quienes nacieron mujer y se asumen como hombres, pero eso exige otras consideraciones. Por ahora, hablamos de mujeres trans, con motivo de su día internacional, el de las mujeres.
Quienes nacieron con un sexo que les identifica como hombre o como mujer pueden dejar de serlo si deciden asumir el sexo o un género distinto. Se trata de las personas trans. Él nació hombre pero se convirtió en mujer, o lo contrario, nació hembra y se transformó en hombre.
Enç las complejidades de la expresión sexual, hay hombres «completamente masculinos», quienes se comportan y visten como la sociedad exige que lo hagan los de su género y sexualmente, les atrae las mujeres pero, a partir de allí, hay variantes.
Hay hombres que pueden ser «amanerados», comportarse con movimientos «femeninos» e, inclusive, vestirse con ropa de diseño y colores considerados como «poco varoniles» y, sin embargo, se ven a sí mismos, se identifican, como hombres, sin problemas de identidad sexual.
La identificación con el otro sexo puede llevar a que algunos hombres les guste, se diviertan, les excite, usar atuendos que se consideran femeninos, se travisten.
Un hombre travestí puede identificarse como hombre, vestirse y comportarse todos los días masculinamente y, por ratos, por recreación, sexo o trabajo, vestirse de mujer. El atuendo no hace al monje, tampoco en estos casos, tiene que ver con quien le atraiga sexualmente.
Algunos travestís son hombres género fluido o no binarios, quienes pueden identificarse con su sexo biológico, o no, pero también pueden sentirse, comportarse y vestirse, según lo establecido culturalmente como «femenino». Inclusive, hacerlo ocasionalmente o asumirlo como un estilo de vida, una tendencia estética. Otros, lo hacen parte de sí mismo
Hay hombres con discrepancias de identidad sexual o de género, tienen pene y otros órganos masculinos pero desarrollan, psicológicamente, su parte femenina más que la masculina. Algunos se feminizan y pueden llegar a sentirse, identificarse como mujer.
Hay hombres cuya identificación con lo femenino es de tal intensidad que se ven en la necesidad (por sentirse bien consigo mismo) de asumirse mujer. Se identifican como mujeres aunque conserven el pene y otros órganos masculinos. Son mujeres, transgénero, pero mujeres y así exigen ser reconocidas social, legalmente.
Hay hombres que, a través de complejos, lentos y costosos procedimientos clínicos, se sustituyen hormonas y cambian órganos sexuales, como la extirpación del pene y testículos para ser sustituidos por órganos femeninos. Biológica, psicológica y comportamental son mujeres, transexuales, pero mujeres y así exigen ser reconocidas social y legalmente.
Las mujeres trans son el sector sexual más oprimido, perseguido y sancionado por la sociedad. Al sufrimiento individual por el conflicto de identidad de sexo y género, se suma el rechazo que muchas veces incluye el de la familia y se extiende a otros niveles sociales.
Una forma de sancionar a las mujeres trans, además de hacerlas objeto de burlas y agresiones físicas, es negarles el derecho a ser, la identidad legal y con ella, la social. Así, no van al baile, les dice la sociedad y las execra, convirtiéndolas en parias sexuales.
La identidad legal es un derecho humano. Las mujeres transgénero y las transexuales son mujeres y como tales deben ser reconocidas y aceptadas.
***
Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
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Las sociedades suelen sancionar a quien deja de ser algo para convertirse en otro algo. Las deserciones se pagan. Las mujeres trans suelen generar rechazo por haberse convertido en mujeres y, por ser disidentes
En materia de discriminación por género, las mujeres trans son un sector social más subestimado, humillado, discriminado, golpeado y algunas de ellas asesinadas como castigo por haberse convertido en mujer, por no ser auténticas. Una autenticidad que la hipocresía social exige cuando en otras, desvaloriza y sanciona. Según el pensamiento machista, las mujeres trans deben ser más castigadas que las mujeres genuinas.
Por supuesto, también hay hombres trans, quienes nacieron mujer y se asumen como hombres, pero eso exige otras consideraciones. Por ahora, hablamos de mujeres trans, con motivo de su día internacional, el de las mujeres.
Quienes nacieron con un sexo que les identifica como hombre o como mujer pueden dejar de serlo si deciden asumir el sexo o un género distinto. Se trata de las personas trans. Él nació hombre pero se convirtió en mujer, o lo contrario, nació hembra y se transformó en hombre.
Enç las complejidades de la expresión sexual, hay hombres «completamente masculinos», quienes se comportan y visten como la sociedad exige que lo hagan los de su género y sexualmente, les atrae las mujeres pero, a partir de allí, hay variantes.
Hay hombres que pueden ser «amanerados», comportarse con movimientos «femeninos» e, inclusive, vestirse con ropa de diseño y colores considerados como «poco varoniles» y, sin embargo, se ven a sí mismos, se identifican, como hombres, sin problemas de identidad sexual.
La identificación con el otro sexo puede llevar a que algunos hombres les guste, se diviertan, les excite, usar atuendos que se consideran femeninos, se travisten.
Un hombre travestí puede identificarse como hombre, vestirse y comportarse todos los días masculinamente y, por ratos, por recreación, sexo o trabajo, vestirse de mujer. El atuendo no hace al monje, tampoco en estos casos, tiene que ver con quien le atraiga sexualmente.
Algunos travestís son hombres género fluido o no binarios, quienes pueden identificarse con su sexo biológico, o no, pero también pueden sentirse, comportarse y vestirse, según lo establecido culturalmente como «femenino». Inclusive, hacerlo ocasionalmente o asumirlo como un estilo de vida, una tendencia estética. Otros, lo hacen parte de sí mismo
Hay hombres con discrepancias de identidad sexual o de género, tienen pene y otros órganos masculinos pero desarrollan, psicológicamente, su parte femenina más que la masculina. Algunos se feminizan y pueden llegar a sentirse, identificarse como mujer.
Hay hombres cuya identificación con lo femenino es de tal intensidad que se ven en la necesidad (por sentirse bien consigo mismo) de asumirse mujer. Se identifican como mujeres aunque conserven el pene y otros órganos masculinos. Son mujeres, transgénero, pero mujeres y así exigen ser reconocidas social, legalmente.
Hay hombres que, a través de complejos, lentos y costosos procedimientos clínicos, se sustituyen hormonas y cambian órganos sexuales, como la extirpación del pene y testículos para ser sustituidos por órganos femeninos. Biológica, psicológica y comportamental son mujeres, transexuales, pero mujeres y así exigen ser reconocidas social y legalmente.
Las mujeres trans son el sector sexual más oprimido, perseguido y sancionado por la sociedad. Al sufrimiento individual por el conflicto de identidad de sexo y género, se suma el rechazo que muchas veces incluye el de la familia y se extiende a otros niveles sociales.
Una forma de sancionar a las mujeres trans, además de hacerlas objeto de burlas y agresiones físicas, es negarles el derecho a ser, la identidad legal y con ella, la social. Así, no van al baile, les dice la sociedad y las execra, convirtiéndolas en parias sexuales.
La identidad legal es un derecho humano. Las mujeres transgénero y las transexuales son mujeres y como tales deben ser reconocidas y aceptadas.
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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
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