“Eso viene, sí, eso viene”. Esta fue la respuesta de un funcionario del Municipio Sucre en Caracas, cuando le expresé mi queja sobre un panel acerca del futuro de Venezuela en el cual se encontrarían sentados únicamente diputados hombres.

Esta no sería la primera vez que identifico en eventos, tanto en Venezuela como en el mundo, que la representación de los participantes en paneles o discusiones está compuesta sólo por hombres. Así mismo en otros casos como como por ejemplo la conformación de la delegación que envió la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) a la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA). También, Donald Trump decide sobre los derechos de las mujeres rodeado de puros hombres.

Ahora bien, hay quienes expresan que no importa, que cuál es el problema, que por qué hay que invitar a las mujeres a todo. Voy a ofrecer varias razones para que comencemos a observar más de cerca estos paneles y seamos más quienes apoyemos la diversidad de género.

La primera razón, muy obvia, es que las mujeres representamos el cincuenta por ciento de la población, tanto en Venezuela como en el resto del mundo. En consecuencia, lo justo sería que las mujeres tengamos representación en igualdad de porcentaje en foros y paneles. Dejar a las mujeres por fuera de estas discusiones significa invisibilizarlas, desestimar sus perspectivas, sus experiencias e historias, es como contar la historia sin la mitad del libro. La diversidad estimula la creatividad, agrega calidad a la conversación, produce mejores resultados y asegura la legitimidad.

Por otro lado, hay un vínculo estrecho entre ver y aspirar a ser. No podemos ser lo que no podemos ver. Lo que quiero decir con esto es que, si las mujeres y niñas, vemos y observamos a mujeres en los paneles, en altos cargos políticos o empresariales, podemos relacionarnos con ellas y aspirar a ser como ellas. La ausencia de las mujeres lo único que hace es perpetuar esta carencia. Necesitamos ver a mujeres asumiendo roles a los que nosotras, mujeres y niñas, también aspiramos.

Cuando hablo de mujeres, hablo de mujeres diversas en cuanto a raza, orientación sexual y edad. Incluyo a la mujer afrodescendiente, la mujer indígena, la mujer lesbiana, la mujer cis y/o mujer trans.

Y no, yo no estoy pidiendo que se coloque a mujeres en paneles o que se les asigne una posición en una empresa sólo por el hecho de ser mujeres. Hay mujeres talentosas, capacitadas y preparadas para asumir altos cargos y mujeres expertas para participar en paneles y discusiones. Lo que sucede es que no se crean las oportunidades y los espacios para que las mujeres participen.

Necesitamos romper con los patrones de discriminación en contra de la mujer y abrir las puertas para su participación. ¿O es que en Venezuela no tenemos diputadas lo suficientemente capacitadas para discutir en un foro del futuro de Venezuela? Sí, sí hay, por ejemplo Tamara Adrian, Marialbert Barrios, Delsa Solórzano o Adriana D´Elia, sólo por mencionar a algunas de estas valiosas parlamentarias.

Las empresas, las instituciones públicas, las organizaciones no gubernamentales, los gobiernos y los organismos internacionales deben comprometerse a tener paneles diversos. La sociedad debe denunciar y resaltar la falta de diversidad en los paneles.

Debemos impulsar y fomentar la participación activa de las mujeres en todas las áreas, tanto económica, como política o social. Como dijo Barack Obama: “Cuando las mujeres participan de forma completa en lo económico y lo político las sociedades tienen más probabilidades de tener éxito”.

Volviendo al principio de mi artículo, pues no, la participación de las mujeres en foros no es algo del futuro, es el presente y tenemos que comprometernos, perseverar y no aceptar excusas para la no inclusión de las mujeres. Las mujeres no podemos ni debemos ser la excepción, las mujeres debemos estar presentes en todas las áreas de la sociedad.

Abogada de la Universidad Católica Andrés Bello. Maestría en derechos humanos y género. Feminista y defensora de derechos humanos.

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