Llevar el genital a la boca de la pareja, o al revés, se ha considerado, por siglos, una práctica sexual aberrante, inmoral, asquerosa. Los hombres se lo permitían con prostitutas pero con «su» mujer, no; a ella la respetaban. Mientras que las mujeres no lo realizaban, por un lado, por el asco que habían aprendido a sentir hacia los genitales y, por el otro lado, porque si expresaban placer al realizarlo podían ser «mal vistas» por su pareja o por ellas mismas.
Con el pasar del tiempo, el sexo oral ha pasado a ser una practica sexual común. Casi que un rito. Tanto en las relaciones heterosexuales como en las homosexuales es parte del menú y se usa como aperitivo o, como plato principal, y ya.
A pesar de la frecuencia del sexo oral en la actualidad, poco hablamos de esa practica porque todavía se arrastra algo del tabú histórico que ha tenido.
Artículos médicos recientes reportan un incremento significativo, en todo el mundo, de cáncer en la garganta como consecuencia del virus de papiloma humano (VPH) que puede transmitirse por sexo oral. Es necesario hablar.
La principal ventaja del sexo sexo oral suele ser el placer que produce tanto para quien lo ofrece como para quien lo recibe, independientemente, de que se sea hombre, mujer o trans
Hombres y mujeres heterosexuales, jóvenes, en su mayoría, consideran que el sexo oral es un eficiente anticonceptivo (si se queda hasta allí, claro). En la cultura gay masculina el sexo oral es el propio abreboca. Además, de los besos, eso. En el sexo lésbico la boca es un recurso frecuente, hasta básico, para la satisfacción
También se cree que con sexo oral no hay riesgos de infecciones de transmisión sexual, pero no siempre es así y menos para quien pone la boca.
En la actualidad, en todo el mundo, hay dos epidemias de transmisión sexual que se han convertido en una amenaza para el placer, e inclusive, para la vida: la del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y la del virus de papiloma humano (VPH). Ambos virus pueden transmitirse por la boca, el VIH, al tragar semen o fluidos vaginales infectados, y el VPH por el roce de un genital infectados con la boca.
El VIH, hay que recordarlo, es una infección crónica, de por vida, que si no se atiende con medicamentos altamente específicos y costosos, puede llevar al SIDA y, es probable, a la muerte. El VPH o papiloma puede ser tan peligroso como el VIH pero es menos popular y la gente tiene menos información sobre este virus a pesar de ser una infección sexual más extendida que la del VIH.
Las mujeres infectadas por VPH o papilomas pueden desarrollar cáncer en la vulva o en la vagina hasta el útero. En los hombres con VPH, las lesiones cancerígenas en el pene son poco frecuentes pero las verrugas pueden ser muy visibles, dando un aspecto poco atractivo a ese fundamental órgano de placer.
Tanto hombres como mujeres que han practicado sexo oral sin protección, tienen riesgo de infección por VPH en la garganta y, posible, desarrollo de cáncer en esa zona. Un cáncer que médicos reportan cada vez es más frecuente, por lo que se infiere que el sexo oral se ha incrementado y, por lo tanto, hay que advertir sobre sus riesgos.
Aunque algunos mensajes de prevención dicen que las infecciones de transmisión sexual están asociadas con un mayor número de parejas -eso que llaman la promiscuidad-, lamentablemente, no es así. Aunque es cierto que mientras más te asomas al barranco más riesgo hay de caerte pero no por asomarte, te caes.
Hay quienes se han infectado de VPH o de cualquier otro virus o bacteria teniendo relaciones sexuales con UNA sola persona y UNA sola vez. Las condiciones únicas y necesarias para infectarse es que la otra persona esté infectada y que en la penetración no se use condón.
Investigaciones recientes han planteando que hay personas que pueden, inclusive infectarse de VPH por contacto bucal o genital y, por una reacción de su sistema inmunológico son capaces de eliminar el virus, pero como no sabemos si nuestro sistema tiene esa maravillosa capacidad, mejor no arriesgarnos a agarrar en virus.
Para evitar la infección de VPH y los riesgos de cáncer en la garganta, el pene o la vagina, lo mejor es tener una pareja no compartida que esté libre del virus pero, en el caso de encuentros sexuales ocasionales, hay que evitar el contacto directo con el genital de la pareja. En este caso, del pene o la vulva con el interior de la boca. Para ello, hay que usar un condón (los hay saborizados, como los helados, precisamente, para el sexo oral) o cubriendo el genital con una pieza de plástico o tela ligera. No se siente lo mismo, pero es mejor.
Otro gran recurso contra el VPH es la vacuna pero hasta ahora, por razones económicas, solo se usa, fundamentalmente, en países ricos y se ha concebido para prevenir el cáncer de cuello de útero y por tanto, es para mujeres.
Prohibir el sexo oral es imposible e indeseable. Si se quieren reducir los riesgos de infecciones por esta vía, la ciencia, los gobiernos locales y los organismos internacionales deben afanarse por brindar mayor acceso a la vacuna anti VPH en todo el mundo e investigar si funciona para varones. Si no, hay que desarrollarla con urgencia. El deseo es difícil de controlar.
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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
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Llevar el genital a la boca de la pareja, o al revés, se ha considerado, por siglos, una práctica sexual aberrante, inmoral, asquerosa. Los hombres se lo permitían con prostitutas pero con «su» mujer, no; a ella la respetaban. Mientras que las mujeres no lo realizaban, por un lado, por el asco que habían aprendido a sentir hacia los genitales y, por el otro lado, porque si expresaban placer al realizarlo podían ser «mal vistas» por su pareja o por ellas mismas.
Con el pasar del tiempo, el sexo oral ha pasado a ser una practica sexual común. Casi que un rito. Tanto en las relaciones heterosexuales como en las homosexuales es parte del menú y se usa como aperitivo o, como plato principal, y ya.
A pesar de la frecuencia del sexo oral en la actualidad, poco hablamos de esa practica porque todavía se arrastra algo del tabú histórico que ha tenido.
Artículos médicos recientes reportan un incremento significativo, en todo el mundo, de cáncer en la garganta como consecuencia del virus de papiloma humano (VPH) que puede transmitirse por sexo oral. Es necesario hablar.
La principal ventaja del sexo sexo oral suele ser el placer que produce tanto para quien lo ofrece como para quien lo recibe, independientemente, de que se sea hombre, mujer o trans
Hombres y mujeres heterosexuales, jóvenes, en su mayoría, consideran que el sexo oral es un eficiente anticonceptivo (si se queda hasta allí, claro). En la cultura gay masculina el sexo oral es el propio abreboca. Además, de los besos, eso. En el sexo lésbico la boca es un recurso frecuente, hasta básico, para la satisfacción
También se cree que con sexo oral no hay riesgos de infecciones de transmisión sexual, pero no siempre es así y menos para quien pone la boca.
En la actualidad, en todo el mundo, hay dos epidemias de transmisión sexual que se han convertido en una amenaza para el placer, e inclusive, para la vida: la del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y la del virus de papiloma humano (VPH). Ambos virus pueden transmitirse por la boca, el VIH, al tragar semen o fluidos vaginales infectados, y el VPH por el roce de un genital infectados con la boca.
El VIH, hay que recordarlo, es una infección crónica, de por vida, que si no se atiende con medicamentos altamente específicos y costosos, puede llevar al SIDA y, es probable, a la muerte. El VPH o papiloma puede ser tan peligroso como el VIH pero es menos popular y la gente tiene menos información sobre este virus a pesar de ser una infección sexual más extendida que la del VIH.
Las mujeres infectadas por VPH o papilomas pueden desarrollar cáncer en la vulva o en la vagina hasta el útero. En los hombres con VPH, las lesiones cancerígenas en el pene son poco frecuentes pero las verrugas pueden ser muy visibles, dando un aspecto poco atractivo a ese fundamental órgano de placer.
Tanto hombres como mujeres que han practicado sexo oral sin protección, tienen riesgo de infección por VPH en la garganta y, posible, desarrollo de cáncer en esa zona. Un cáncer que médicos reportan cada vez es más frecuente, por lo que se infiere que el sexo oral se ha incrementado y, por lo tanto, hay que advertir sobre sus riesgos.
Aunque algunos mensajes de prevención dicen que las infecciones de transmisión sexual están asociadas con un mayor número de parejas -eso que llaman la promiscuidad-, lamentablemente, no es así. Aunque es cierto que mientras más te asomas al barranco más riesgo hay de caerte pero no por asomarte, te caes.
Hay quienes se han infectado de VPH o de cualquier otro virus o bacteria teniendo relaciones sexuales con UNA sola persona y UNA sola vez. Las condiciones únicas y necesarias para infectarse es que la otra persona esté infectada y que en la penetración no se use condón.
Investigaciones recientes han planteando que hay personas que pueden, inclusive infectarse de VPH por contacto bucal o genital y, por una reacción de su sistema inmunológico son capaces de eliminar el virus, pero como no sabemos si nuestro sistema tiene esa maravillosa capacidad, mejor no arriesgarnos a agarrar en virus.
Para evitar la infección de VPH y los riesgos de cáncer en la garganta, el pene o la vagina, lo mejor es tener una pareja no compartida que esté libre del virus pero, en el caso de encuentros sexuales ocasionales, hay que evitar el contacto directo con el genital de la pareja. En este caso, del pene o la vulva con el interior de la boca. Para ello, hay que usar un condón (los hay saborizados, como los helados, precisamente, para el sexo oral) o cubriendo el genital con una pieza de plástico o tela ligera. No se siente lo mismo, pero es mejor.
Otro gran recurso contra el VPH es la vacuna pero hasta ahora, por razones económicas, solo se usa, fundamentalmente, en países ricos y se ha concebido para prevenir el cáncer de cuello de útero y por tanto, es para mujeres.
Prohibir el sexo oral es imposible e indeseable. Si se quieren reducir los riesgos de infecciones por esta vía, la ciencia, los gobiernos locales y los organismos internacionales deben afanarse por brindar mayor acceso a la vacuna anti VPH en todo el mundo e investigar si funciona para varones. Si no, hay que desarrollarla con urgencia. El deseo es difícil de controlar.
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