La semana pasada en Egipto durante la conferencia climática de la ONU, los gobiernos hicieron anuncios confusos, donde indicaron estar apostando por “soluciones basadas en la naturaleza”, empleando jergas como “regenerativa”, “climáticamente inteligente”, “naturaleza positiva”, “resistente” y la palabra de moda “verde”. Estos términos suenan inspiradores, a menudo se refieren a acciones importantes y es bueno que los gobiernos estén hablando de políticas relacionadas con el clima. Pero al no tener definiciones acordadas universalmente, se tiene como resultado que las personas, e incluso los expertos, no comprenden lo que significan. Esto apunta a un problema persistente con la política ambiental: está plagada de términos imprecisos que, mientras intentan abarcar todo, terminan sin significar nada.

Los anuncios de la cumbre llamaron poco la atención. La mayoría de los principales medios de comunicación ni siquiera la cubrieron. Tal vez eso se deba a que frases como: “soluciones basadas en la naturaleza” son ambiguas y nadie sabe realmente lo que significa. Esta imprecisión hace que los términos estén muy abiertos al “lavado verde”, un marketing que induce al público a pensar erróneamente que algo es más ecológico de lo que realmente es. Incluso, hace que las empresas aparezcan a la vanguardia de la acción climática al explotar estas frases como publicidad ambientalista.

Las definiciones claras son importantes, especialmente cuando los países y las empresas deberían estar obligados a frenar o revertir sus impactos sobre los ecosistemas y el clima. Es difícil pedirles cuentas si no se entiende a qué se refieren o qué están haciendo. Si se trata de decir que el mundo debería estar realizando las cosas de manera diferente a lo usual para cumplir con los objetivos climáticos o los de desarrollo socioeconómico, se debe tener muy claro qué están proponiendo. Es por eso que los detalles importan.

¿Qué significan esas palabras de moda y cómo se emplean? Las soluciones basadas en la naturaleza se refieren a diferentes formas de abordar un desafío humano particular, protegiendo, restaurando o gestionando mejor la naturaleza. Por lo general, las soluciones basadas en la naturaleza aparecen en el contexto del cambio climático y sus secuelas, como la intensificación de las olas de calor y las tormentas. Por lo tanto, apuntan a diferentes formas de reducir las emisiones, disminuir la temperatura de una región o salvaguardar las costas, utilizando plantas o animales. Esto incluye la protección de árboles longevos que almacenan inmensas cantidades de carbono y la restauración de arrecifes de coral, que pueden ayudar a controlar las inundaciones durante los huracanes.

Un informe reciente critica el uso de términos como las soluciones basadas en la naturaleza debido a que son confusos y describen a un gran conjunto de acciones, sin que realmente ayuden a reducir el cambio climático o la pérdida de biodiversidad. Algunas de ellas no funcionan del todo. Por ejemplo, las grandes campañas de plantación de árboles a menudo son promovidas por países y empresas que en muchos casos afectan a las comunidades locales.

 “Hoy en día cualquier cosa puede ser tildada como soluciones basadas en la naturaleza”, según lo publicado en el sitio web Carbon Brief. Muchas “compensaciones de carbono” son otro conjunto de enmiendas que no siempre terminan protegiendo a la naturaleza. Estas compensaciones son esquemas en los que las empresas intentan equilibrar su huella de carbono protegiendo o restaurando ecosistemas. En otras palabras, las empresas pueden seguir contaminando siempre y cuando protejan algunos árboles.

Entonces ¿qué es la naturaleza? En este contexto, generalmente se refiere a los ecosistemas como bosques, campiñas o arrecifes de coral, que “brindan diversos beneficios”, relacionados con la purificación del agua y el control de inundaciones. Los científicos suelen referirse a ello como servicios ecosistémicos y suelen ser sinónimo de “beneficios”.

Esto lleva de vuelta a un punto importante: ¿vale la pena aplaudir soluciones basadas en la naturaleza?, ¿ayudan a reconstruir ecosistemas críticos? Y nuevamente, ¿es importante que los gobiernos y las empresas hablen de ellos? En la última década, las soluciones basadas en la naturaleza se han convertido en una parte clave de las estrategias climáticas corporativas y gubernamentales. Las industrias del petróleo y la agricultura, que están fuertemente vinculadas a la destrucción del medio ambiente, a menudo promocionan su apoyo a las estrategias basadas en la naturaleza. Un análisis del 2020 determinó que casi dos tercios de los países que firmaron el acuerdo climático de París incluían objetivos basados ​​en la naturaleza en sus estrategias de adaptación y mitigación.

Finalmente, en la COP27 se publicó una “hoja de ruta” para poner las soluciones basadas en la naturaleza en el centro de la política climática. Incluyeron varias recomendaciones, desde aumentar el financiamiento hasta desarrollar nuevas estrategias, aunque esta hoja de ruta es muy técnica y ambigua. A pesar de esta falta de claridad en los discursos de los dignatarios, sería deseable que las acciones a tomar repercutan positivamente sobre el Planeta.

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