Conjugando política y periodismo

Podría decirse que la esencia de la política descansa sobre la condición en la cual se justifica la convivencia y la pluralidad humana. Se refiere al espacio desde el cual el ser humano motiva su desempeño en torno a intereses y necesidades que, sin duda, relacionan propuestas y proyectos de vida en todas sus implicaciones y manifestaciones.

Por periodismo podría entenderse el modo de correlacionar razones y efectos que también responden a intereses y necesidades que incitan la atención del ser humano como razón de vida en lo político, lo económico, lo cultural y lo social.

Tanto el periodista como el dirigente político ven en la comunidad un objetivo común. Ambos sirven a la comunidad en atención a lo que suele expresar la opinión pública. Si bien el político en su condición de gobernante es un servidor público, igual actitud define al periodista. La política motiva las libertades y derechos que el periodismo exalta y defiende.

Entender pues que “la política nace y descansa en los mismos espacios de la pluralidad humana”, tal como refiere Hannah Arendt en su libro ¿Qué es la política?, induce a comprender que el comportamiento del periodista y del político está influenciado por la inminencia de concienciar que son actores de la comunidad a la cual se deben.

Por eso, el respeto a la verdad, punto de honor del periodista, debe fundamentar la explicación del hecho noticioso ya que el mismo sirve al político para que actúe con base en la verdad. Asimismo, en los valores que exaltan la convivencia, la  solidaridad y la responsabilidad social. De ahí que si el bien público es propósito de acción en ambas funciones, particularmente en todo hecho y labor procurada y realizada, se justifica y se hace vital para toda realidad, la conjugación “política-periodismo”.

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