Cambios mensuales en el cerebro femenino

El constante flujo y reflujo de hormonas que guían el ciclo menstrual no solo afecta la anatomía reproductiva. La principal fuente de estos cambios son los ovarios que liberan estrógeno y progesterona en diferentes cantidades a lo largo del mes.

Las hormonas tienen la tarea principal de engrosar el revestimiento del útero e inducir la liberación del óvulo, pero también tienen efectos profundos en el cerebro y el comportamiento de las mujeres.

Los científicos han estado estudiando el ciclo menstrual desde la década de 1930. Es un tema de investigación sorprendentemente popular, pero que se comprende poco y ahora sabemos que tiene todo tipo de efectos singulares: desde influir en la capacidad de una mujer para dejar de fumar hasta los tipos de sueños que tiene cada noche. Pero esta montaña de conocimientos fue impulsada por el deseo de comprender las formas en que hombres y mujeres son diferentes y por qué más que por comprender la biología femenina.

Algunos científicos han indicado que, inmediatamente después del período, las mujeres tienen un mejor razonamiento espacial. Tres semanas después, las habilidades verbales alcanzan su máximo. Resulta que el ciclo mensual cambia el cerebro y un nuevo estudio nos ha dado una idea de cómo sucede esto.

Esta investigación fue dirigida por un equipo de investigadoras que monitoreó a 30 mujeres a lo largo de sus ciclos menstruales, documentando en detalle los cambios estructurales que tienen lugar en el cerebro a medida que fluctúan los perfiles hormonales.

Un análisis de las principales revistas de neurociencia realizado en el 2021 encontró que 98% de los estudios de neuroimagen no tomaban en consideración a las hormonas femeninas, ya sea durante la fase del ciclo menstrual, el estado menopáusico o la anticoncepción hormonal. Dado que las mujeres constituyen la mitad de la población y tienen altas tasas de depresión, ignorar el efecto de las hormonas en el cerebro es una omisión importante.

Los resultados, que aún no han sido revisados por pares pero se pueden encontrar en el servidor de preimpresión bioRxiv, sugieren que los cambios estructurales en el cerebro durante la menstruación pueden no limitarse a aquellas regiones asociadas con el ciclo hormonal. “Estos resultados son los primeros en mostrar cambios simultáneos en la microestructura del cerebro que coinciden con los ritmos hormonales impulsados por el ciclo menstrual”, escribieron las investigadoras.

Las mujeres que menstrúan experimentan unos 450 periodos a lo largo de su vida, por lo que sería bueno conocer los diferentes efectos que pueden tener sobre el organismo. Sin embargo, aunque es algo que le sucede a la mitad de la población mundial durante parte de su vida ha habido falta de investigación. ¿Quién sabe por qué? ¡Misterio total!

La mayor parte de la investigación sobre el efecto hormonal en el cerebro se ha centrado en la comunicación cerebral durante la realización de tareas cognitivas, más que en su estructura. “Las fluctuaciones cíclicas en las hormonas ejercen poderosos efectos conductuales, estructurales y funcionales a través de acciones sobre el sistema nervioso central de los mamíferos”, señala el equipo de investigación.

“Sin embargo, se sabe muy poco sobre cómo estas fluctuaciones alteran los nodos estructurales y las autopistas de información del cerebro humano”, puntualizan.

Se ha descubierto que la microestructura de la sustancia blanca (la red grasa de fibras neuronales que transfieren información entre regiones de la materia gris) cambia con los ciclos hormonales, la pubertad, el uso de anticonceptivos orales, la terapia hormonal de afirmación de género y la terapia con estrógenos posmenopáusica.

Para abordar este tema, el equipo tomó imágenes de resonancia magnética de sus voluntarias durante tres fases: menstruación, ovulación y mitad lútea. En el momento de cada una de estas exploraciones las investigadoras también midieron los niveles hormonales de las participantes.

Los resultados mostraron que, a medida que las hormonas fluctúan, los volúmenes de materia gris y blanca también cambian, al igual que el volumen de líquido cefalorraquídeo. En particular, justo antes de la ovulación, cuando aumentan las hormonas 17β-estradiol y la hormona luteinizante, los cerebros de las participantes mostraron cambios en la materia blanca, que sugieren una transferencia de información más rápida.

La hormona folículoestimulante (FSH), que se eleva antes de la ovulación y ayuda a estimular el crecimiento y selección del folículo en el ovario, se asoció con una materia gris más densa.La progesterona, que aumenta después de la ovulación, se asoció con un aumento de tejido y una disminución del volumen de líquido cefalorraquídeo.

“Aunque actualmente no sabemos sobre consecuencias funcionales o correlatos de cambios estructurales en el cerebro, nuestros hallazgos pueden tener implicaciones sobre las alteraciones en el comportamiento y la cognición impulsadas por hormonas”, escriben las investigadoras.

Esta investigación es un estudio preliminar, amerita un análisis más profundo donde se incorpore una mayor muestra poblacional que evidencie claramente el efecto de los cambios hormonales sobre el cerebro. Aunque se desconoce qué significa esto, la investigación sienta las bases para estudios futuros y para comprender las causas de afectaciones en el estado de ánimo relacionado con la menstruación.

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