La población venezolana envejece, pero el Estado no tiene un plan para atender a los adultos mayores y cumplir con su responsabilidad de garantizarles atención integral para una mejor calidad de vida.
Las personas de la tercera edad están entre las más afectadas por la crisis económica del país: la hiperinflación, la escasez de alimentos y medicinas, sin contar que recientemente ha habido un repunte de la criminalidad donde las víctimas más comunes son los abuelos, especialmente de quienes se han quedado viviendo solos, según ha registrado Convite A. C.
El director de esta ONG, Luis Francisco Cabezas, precisa que, por ejemplo, 70% de esta población padece de diabetes o hipertensión, pero los medicamentos para tratar ambas enfermedades están escasos en 88%. Si se consiguen, su precio no es accesible para la mayoría.
La pensión “les alcanza para comprar 750 gramos de queso duro”, sentenció Cabezas e insistió en que el ingreso es insuficiente para cubrir sus necesidades, pero que además no debe percibirse por parte del Gobierno como único mecanismo de seguridad social.
“El último reporte de Cáritas Venezuela reseña que en sus jornadas de ollas solidarias cada vez son más los abuelos, no indigentes, (los) que van a pedir comida. A nosotros nos pasa con la donación de medicinas, acuden a la organización hasta profesores universitarios jubilados a quienes no les alcanza para comprar su tratamiento”, contó.
La ciudad también puede ser muy hostil con los abuelos. El director de Convite rechazó que los choferes del transporte público “no les paran” y su movilidad se dificulta. También consideró que hace falta adaptar servicios, como los cajeros automáticos, para el uso de los adultos mayores.
“Venezuela es el peor país para envejecer en Suramérica”, sentencia Cabezas, no solo basado en lo anteriormente descrito, sino en el hecho de que esta nación ha venido ocupando los puestos más bajos del Índice Global de Envejecimiento de la organización HelpAge International.
El estudio evalúa la situación de los derechos humanos de las personas mayores en 96 países del mundo, considerando seguridad social, estados de salud y competencias. En 2014, Venezuela resultó el país peor calificado de Latinoamérica y en 2015 fue solo superado por Honduras.
Pensar a futuro
Cabezas, especialista en Gerencia de Programas Sociales, insistió en que cada vez hay más personas de la tercera edad y se ha incrementado la esperanza de vida de hombres y mujeres en el país.
Esta tendencia “nos agarra fuera de base” y tanto el Gobierno como la sociedad civil deben comenzar a preocuparse por el futuro, opina. “Tenemos una oleada de jóvenes con empleos precarios y hay que considerar que en la vejez eres lo que lograste hacer en tu vida laboral”.
Igualmente, recuerda que el Estado no posee instituciones para el cuidado de los adultos mayores, sino que las arrienda a terceros. De hecho, al menos 30% de los geriátricos que acuñaron en un directorio para el público en 2015 habían cerrado un año más tarde.
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El politólogo añadió que, asimismo, es indispensable propiciar una “campaña de solidaridad intergeneracional” que sensibilice a la población respecto al buen trato del adulto mayor y así vencer los estigmas.
Desde Convite consideran que es necesario diseñar un Plan Nacional de Envejecimiento en el que participen distintos sectores para crear alternativas en materia de salud, transporte, vivienda, cuidados paliativos, entre otros tópicos.
En el informe “Situación del Derecho a la Salud y las Personas Mayores en Venezuela 2018“, la ONG incluye en sus recomendaciones que Venezuela suscriba Convención Interamericana para la Protección de las Personas Mayores, así como que se ejecute la Ley de Bono de Alimentación y Medicinas para los pensionados.
Convite A. C. llevó estas preocupaciones al Examen Periódico Universal del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y trabaja actualmente en lograr una audiencia en la Corte Interamericana de Derechos Humanos para exponer la situación.
Fotos: Iván Ernesto Reyes.