El oleaje provocado por la célebre Operación Lava Jato llegó con fuerza a una remota región costera de Venezuela: la península de Araya, la zona más pobre de este país. Allí quedó congelada la construcción de la que sería la más grande fábrica de buques cargueros de petróleo de América Latina, luego de que el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (Bndes) suspendió de forma indefinida el financiamiento de 637 millones de dólares acordado para la obra en la zona de los Astilleros del Alba.

El faraónico proyecto era una de las obsesiones del fallecido presidente Hugo Chávez, y fue contratado por Petróleos de Venezuela (Pdvsa) a la multinacional brasileña de ingeniería Andrade Gutierrez.

El congelamiento del préstamo fue decidido precisamente porque la firma es una de las expuestas en Brasil en las investigaciones sobre los esquemas de corrupción que vinculaban a ejecutivos de grandes empresas de construcción con políticos locales, a través de la entrega amañada de obras públicas, el cobro de sobreprecios y el pago de sobornos. Octavio Azevedo, quien fue presidente de la empresa, incluso fue condenado durante las averiguaciones.

astilleros-del-alba-3

El Bndes está en el centro de la controversia por favorecer los negocios internacionales de corporaciones como Andrade Gutierrez que habían quedado bajo el ojo de la justicia y eran consideradas como las grandes ganadoras de la política de créditos de la entidad financiera. Más allá de que los proyectos llegaran a buen puerto, estas constructoras aseguraron millonarias ganancias en contratos de infraestructura concedidos por gobiernos de África y de América Latina como el de Venezuela.

Este pareciera ser el caso de Astilleros del Alba, como se revela en este reportaje publicado en la plataforma de periodismo latinoamericano CONNECTAS.

Las inquietudes por posibles sobreprecios en la construcción del Astillero han llegado a las instituciones brasileñas. El Tribunal de Cuentas de la Unión de ese país ordenó desde hace siete meses la realización de una auditoría en profundidad, debido a que considera muy elevado el monto del préstamo acordado para el proyecto en Venezuela. La entidad procura examinar detalladamente cuáles fueron las exportaciones de bienes así como los servicios prestados por Andrade Gutierrez para la obra.

El astillero, que ya debería estar construyendo supertanqueros petroleros, fue definido como una prioridad por los entonces presidentes Chávez y Lula da Silva, quienes reivindicaron el proyecto como una iniciativa destinada a apalancar el desarrollo de una de las zonas más pobres del territorio venezolano.

Luego de una década, en la agenda bilateral se ha retrasado una y otra vez la fecha de su estreno. Asimismo, la apariencia que da a los visitantes es la de un enorme desierto artificial en un proyecto de 1.290 millones de dólares que solo ha avanzado aproximadamente 30%.

astilleros-del-alba-2

El destino del complejo industrial hoy es incierto no solo por la suspensión del flujo de fondos desde Brasil sino por las dificultades de Petróleos de Venezuela para aportar los 654 millones de dólares que le corresponden, debido a la crisis que enfrenta la empresa por sus deudas y baja productividad así como por la reducción de los precios internacionales de los hidrocarburos. En la obra se habla de paralización, aunque fuentes internas de la petrolera lo desmienten y aseguran que se reimpulsará cuando mejore el mercado internacional.

Lejos de ofrecer esperanzas de desarrollo, la construcción se ha convertido en fuente de conflicto con comunidades de pescadores artesanales que temen por el futuro de la actividad que les da sustento. En algunos casos, en vez de progreso han tenido limitaciones para su actividad tradicional y dificultades para suministro de agua.

El despido del personal contrasta con las promesas de que con la construcción se generarían más de 3 mil empleos directos y 7 mil indirectos, y la situación social tampoco refleja el flujo de inversión social que había sido anticipado para cambiar la faz de la zona.

Está aún por verse el desenlace de las investigaciones, y para el caso de los Astilleros del Alba definir si hubo vinculaciones directas con el escándalo de corrupción que hoy sacude al continente. Por ahora, la gigantesca explanación en Araya solo atestigua que si acá hubo algún ganador, al menos no fue ni el pueblo venezolano que hoy está más endeudado por cuenta de este faraónico proyecto inconcluso, ni los habitantes de esta remota región.

Para ver el reportaje completo de Los Astilleros del Alba haga click aquí.

Fotos: CONNECTAS


</div>