Un río en sequía y cinco estados sin luz: ¿cuáles son los motivos del racionamiento eléctrico en Venezuela?

LA HUMANIDAD · 25 MARZO, 2022 15:59

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Albany Andara Meza | @AlbanyAndara


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Habitantes de estados del occidente de Venezuela denuncian largos apagones y el incumplimiento del Plan de Administración de Cargas (PAC) gestionado por la empresa Corpoelec. En Táchira, Trujillo, Zulia, Barinas y Mérida pueden pasar más de 15 horas sin el servicio eléctrico.

Néstor Reverol, ministro de Energía Eléctrica, anunció oficialmente el pasado 24 de marzo que la sequía en el río Uribante, ubicado en Táchira, obliga a racionar energía. Aclaró que el fluvial es la fuente de la central hidroeléctrica Leonardo Ruiz Pineda (San Agatón), que lleva la electricidad a las ciudades andinas, zulianas y barinenses.

Qué está pasando con el sistema eléctrico

José Aguilar, experto internacional de Generación de Energía y Riesgos, insistió en que la situación empeorará en la próxima semana debido al abuso del sistema y la falta de mantenimiento.

Por otro lado, Juan Carlos Rodríguez, miembro del Colegio de Ingenieros y especialista en Energía de Respaldo, comentó a Efecto Cocuyo que la demanda actual de consumo de una población de 28 millones de venezolanos es mayor a la cantidad de energía que ofrece el Sistema Nacional Eléctrico (SEN), sobre todo porque este depende mayormente de la generación hidroeléctrica y el sistema de transmisión.

Recordó que en Venezuela se transportan, a lo sumo, 12.000 megavatios (MW), cuando el país necesita mínimo 25.000, lo que termina forzando al Estado a racionar el servicio

«Especialmente ahora, que comienzan los meses calurosos y empiezan a funcionar más la refrigeración, los aires acondicionados y hay más actividad en los centros comerciales. Además, las industrias están empezando a recuperarse de la pandemia, entonces está subiendo la demanda y eso pone en problemas al SEN», explicó Rodríguez.

Este mes, los cortes programados comienzan desde las 3:00 a.m. y, según el cronograma, deben tener una duración de entre tres y cuatro horas. Por ejemplo, el 24 de marzo se programaron siete cortes en Trujillo. El primero de 3:00 a.m. a 6:00 a.m. y afectó a más de cien sectores. El segundo desde las 6:00 a.m. hasta las 9:00 a.m. en otras zonas de la entidad. El tercero de 9:00 a.m. a 12:00 p.m. El cuarto transcurrió entre las 12:00 p.m. y 3:00 p.m. 

El siguiente de 3:00 p.m. a 7:00 p.m. y el sexto de 7:00 p.m. a 11:00 p.m. Finalmente, el último fue hasta las 3:00 a.m. 

A dos años del mega apagón 

«Estoy comprando la carne por día, porque me da miedo que se me dañe un kilo entero en la nevera. Esto me recuerda mucho al apagón de 2019, cuando tenía que comprar lo que iba a cocinar ese mismo día. Y eso es otra cosa: lograr comprar. Se va la luz incluso más de seis horas y los puntos de venta dejan de funcionar, tampoco hay Internet. Toca resolver con dólares», señaló Dayana Bermúdez, desde Campo Elías, Mérida, a Efecto Cocuyo

Centenares de quejas se multiplican en redes sociales, de personas que exigen una solución al gobierno. Actividades como clases, jornadas de trabajo, cirugías o procedimientos en los hospitales se ven gravemente interrumpidas por la falta de servicio eléctrico. 

La situación hace que varios rememoren el apagón nacional ocurrido en marzo de 2019, debido a una falla en la central hidroeléctrica Simón Bolívar. Desde entonces, el sistema eléctrico de Venezuela ha presentado recurrentes deficiencias que demuestran su precario estado. 

«Esto no es vida. Estar a oscuras todo el día y luego salir corriendo cuando llega la luz para poner a cargar los teléfonos y conectar la nevera. Mis niños se mueren del calor. Yo trabajo en un mini mercado cerca de la casa y eso está vacío ahora porque no hay punto ni cambio para los dólares», contó Yurima Osorio, en Maracaibo, estado Zulia. 

A tres años del suceso que paralizó el país, los habitantes del occidente viven a oscuras, con la falta de luz como parte de su cotidianidad. No obstante, el resto de los estados sufre frecuentes fluctuaciones y cortes, incluyendo Caracas y su área metropolitana. Desde marzo de 2019 hasta febrero de 2022, el Comité de Victimas por los Apagones registró 436.285 fallas el SEN. 

Un estudio realizado por el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP) en doce ciudades venezolanas señaló que, en los dos primeros meses del año, 51,4% de los encuestados valoró de forma negativa al servicio eléctrico. 

El estado del Sistema Eléctrico Nacional

De acuerdo con el Comité de Víctimas por los Apagones, en 2021 se produjeron 178.227 cortes eléctricos en Venezuela y para febrero de 2022 ya iban 4.850 interrupciones. 

«A pesar de las fluctuaciones, aquí no se habla de colapso. El colapso es muy complicado, a menos que haya una falla como la de marzo de 2019 o se cometa una imprudencia», indicó el ingeniero Juan Carlos Rodríguez.

Explicó que el SEN se compone del sistema de generación, de transmisión y distribución. El primero se divide en dos partes: la capacidad hidroeléctrica (48 %) y la termoeléctrica (52 %). Esta última se encuentra prácticamente fuera de servicio, lo que deja al país sin la mitad de la energía que podría recibir y lo vuelve sumamente dependiente de la Hidroeléctrica del Guri en el estado Bolívar (al sur venezolano), donde en 2021 solo funcionaban nueve de veinte turbinas, según declaraciones del exviceministro de Energía, Víctor Poleo, a EFE.

«Los primeros afectados por la situación son los estados que están más lejos del Guri: los del occidente. Por otro lado, aún con el Guri lleno, el sistema de transmisión de alta tensión no es capaz de sacar toda esa capacidad de energía porque no está diseñado para transportar tanta. Si tú tratas de llevar al deteriorado sistema de transmisión a los límites de operación, puedes causar un problema como el de 2019», explicó Rodríguez. 

Este mes, la presidente del Comité de Víctimas por los Apagones, Aixa López, apuntó que la cota del Guri está estable. Esta misma información fue publicada por Corpoelec en su cuenta oficial el pasado 20 de marzo. 

Manuel Guevara, integrante de Acuerdo Social (asociación civil dedicada a la elaboración de propuestas de políticas públicas para Venezuela), expresó en DebatesIESA que la crisis eléctrica en Venezuela se debe principalmente a la corrupción e inexistencia de una planificación en materia de operación, mantenimiento y expansión del sector eléctrico.

«Corpoelec durante 2020-2021 ha realizado inversiones y mantenimiento fundamentalmente en transmisión para ‘parapetear’ el sistema», afirmó Guevara en el foro organizado por el Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro, el 24 de febrero. 

Tarde o temprano 

Rodríguez agregó que es necesario incluir actores privados y asociaciones públicas, incorporar el capital nacional privado e incluso internacional para poder solucionar los problemas del SEN.

Así mismo, reiteró que es fundamental regionalizar el sistema y dar cabida a otras posibilidades de energía de respaldo. 

«Nosotros vivimos en 2010 una sequía que se prolongó y se unió con el fenómeno del Niño y el presidente Chávez estuvo a punto de cerrar la sala de máquinas de Guri, la número 2, porque el río Caroní bajó hasta la cota de colapso. Eso es cíclico: tarde o temprano va a volver a ocurrir. Ahora imagina que ocurre en un momento donde la mayoría de la energía que utilizamos venga del sistema Caroní», alertó el especialista. 

 

LA HUMANIDAD · 25 MARZO, 2022

Un río en sequía y cinco estados sin luz: ¿cuáles son los motivos del racionamiento eléctrico en Venezuela?

Texto por Albany Andara Meza | @AlbanyAndara

Habitantes de estados del occidente de Venezuela denuncian largos apagones y el incumplimiento del Plan de Administración de Cargas (PAC) gestionado por la empresa Corpoelec. En Táchira, Trujillo, Zulia, Barinas y Mérida pueden pasar más de 15 horas sin el servicio eléctrico.

Néstor Reverol, ministro de Energía Eléctrica, anunció oficialmente el pasado 24 de marzo que la sequía en el río Uribante, ubicado en Táchira, obliga a racionar energía. Aclaró que el fluvial es la fuente de la central hidroeléctrica Leonardo Ruiz Pineda (San Agatón), que lleva la electricidad a las ciudades andinas, zulianas y barinenses.

Qué está pasando con el sistema eléctrico

José Aguilar, experto internacional de Generación de Energía y Riesgos, insistió en que la situación empeorará en la próxima semana debido al abuso del sistema y la falta de mantenimiento.

Por otro lado, Juan Carlos Rodríguez, miembro del Colegio de Ingenieros y especialista en Energía de Respaldo, comentó a Efecto Cocuyo que la demanda actual de consumo de una población de 28 millones de venezolanos es mayor a la cantidad de energía que ofrece el Sistema Nacional Eléctrico (SEN), sobre todo porque este depende mayormente de la generación hidroeléctrica y el sistema de transmisión.

Recordó que en Venezuela se transportan, a lo sumo, 12.000 megavatios (MW), cuando el país necesita mínimo 25.000, lo que termina forzando al Estado a racionar el servicio

«Especialmente ahora, que comienzan los meses calurosos y empiezan a funcionar más la refrigeración, los aires acondicionados y hay más actividad en los centros comerciales. Además, las industrias están empezando a recuperarse de la pandemia, entonces está subiendo la demanda y eso pone en problemas al SEN», explicó Rodríguez.

Este mes, los cortes programados comienzan desde las 3:00 a.m. y, según el cronograma, deben tener una duración de entre tres y cuatro horas. Por ejemplo, el 24 de marzo se programaron siete cortes en Trujillo. El primero de 3:00 a.m. a 6:00 a.m. y afectó a más de cien sectores. El segundo desde las 6:00 a.m. hasta las 9:00 a.m. en otras zonas de la entidad. El tercero de 9:00 a.m. a 12:00 p.m. El cuarto transcurrió entre las 12:00 p.m. y 3:00 p.m. 

El siguiente de 3:00 p.m. a 7:00 p.m. y el sexto de 7:00 p.m. a 11:00 p.m. Finalmente, el último fue hasta las 3:00 a.m. 

A dos años del mega apagón 

«Estoy comprando la carne por día, porque me da miedo que se me dañe un kilo entero en la nevera. Esto me recuerda mucho al apagón de 2019, cuando tenía que comprar lo que iba a cocinar ese mismo día. Y eso es otra cosa: lograr comprar. Se va la luz incluso más de seis horas y los puntos de venta dejan de funcionar, tampoco hay Internet. Toca resolver con dólares», señaló Dayana Bermúdez, desde Campo Elías, Mérida, a Efecto Cocuyo

Centenares de quejas se multiplican en redes sociales, de personas que exigen una solución al gobierno. Actividades como clases, jornadas de trabajo, cirugías o procedimientos en los hospitales se ven gravemente interrumpidas por la falta de servicio eléctrico. 

La situación hace que varios rememoren el apagón nacional ocurrido en marzo de 2019, debido a una falla en la central hidroeléctrica Simón Bolívar. Desde entonces, el sistema eléctrico de Venezuela ha presentado recurrentes deficiencias que demuestran su precario estado. 

«Esto no es vida. Estar a oscuras todo el día y luego salir corriendo cuando llega la luz para poner a cargar los teléfonos y conectar la nevera. Mis niños se mueren del calor. Yo trabajo en un mini mercado cerca de la casa y eso está vacío ahora porque no hay punto ni cambio para los dólares», contó Yurima Osorio, en Maracaibo, estado Zulia. 

A tres años del suceso que paralizó el país, los habitantes del occidente viven a oscuras, con la falta de luz como parte de su cotidianidad. No obstante, el resto de los estados sufre frecuentes fluctuaciones y cortes, incluyendo Caracas y su área metropolitana. Desde marzo de 2019 hasta febrero de 2022, el Comité de Victimas por los Apagones registró 436.285 fallas el SEN. 

Un estudio realizado por el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP) en doce ciudades venezolanas señaló que, en los dos primeros meses del año, 51,4% de los encuestados valoró de forma negativa al servicio eléctrico. 

El estado del Sistema Eléctrico Nacional

De acuerdo con el Comité de Víctimas por los Apagones, en 2021 se produjeron 178.227 cortes eléctricos en Venezuela y para febrero de 2022 ya iban 4.850 interrupciones. 

«A pesar de las fluctuaciones, aquí no se habla de colapso. El colapso es muy complicado, a menos que haya una falla como la de marzo de 2019 o se cometa una imprudencia», indicó el ingeniero Juan Carlos Rodríguez.

Explicó que el SEN se compone del sistema de generación, de transmisión y distribución. El primero se divide en dos partes: la capacidad hidroeléctrica (48 %) y la termoeléctrica (52 %). Esta última se encuentra prácticamente fuera de servicio, lo que deja al país sin la mitad de la energía que podría recibir y lo vuelve sumamente dependiente de la Hidroeléctrica del Guri en el estado Bolívar (al sur venezolano), donde en 2021 solo funcionaban nueve de veinte turbinas, según declaraciones del exviceministro de Energía, Víctor Poleo, a EFE.

«Los primeros afectados por la situación son los estados que están más lejos del Guri: los del occidente. Por otro lado, aún con el Guri lleno, el sistema de transmisión de alta tensión no es capaz de sacar toda esa capacidad de energía porque no está diseñado para transportar tanta. Si tú tratas de llevar al deteriorado sistema de transmisión a los límites de operación, puedes causar un problema como el de 2019», explicó Rodríguez. 

Este mes, la presidente del Comité de Víctimas por los Apagones, Aixa López, apuntó que la cota del Guri está estable. Esta misma información fue publicada por Corpoelec en su cuenta oficial el pasado 20 de marzo. 

Manuel Guevara, integrante de Acuerdo Social (asociación civil dedicada a la elaboración de propuestas de políticas públicas para Venezuela), expresó en DebatesIESA que la crisis eléctrica en Venezuela se debe principalmente a la corrupción e inexistencia de una planificación en materia de operación, mantenimiento y expansión del sector eléctrico.

«Corpoelec durante 2020-2021 ha realizado inversiones y mantenimiento fundamentalmente en transmisión para ‘parapetear’ el sistema», afirmó Guevara en el foro organizado por el Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro, el 24 de febrero. 

Tarde o temprano 

Rodríguez agregó que es necesario incluir actores privados y asociaciones públicas, incorporar el capital nacional privado e incluso internacional para poder solucionar los problemas del SEN.

Así mismo, reiteró que es fundamental regionalizar el sistema y dar cabida a otras posibilidades de energía de respaldo. 

«Nosotros vivimos en 2010 una sequía que se prolongó y se unió con el fenómeno del Niño y el presidente Chávez estuvo a punto de cerrar la sala de máquinas de Guri, la número 2, porque el río Caroní bajó hasta la cota de colapso. Eso es cíclico: tarde o temprano va a volver a ocurrir. Ahora imagina que ocurre en un momento donde la mayoría de la energía que utilizamos venga del sistema Caroní», alertó el especialista. 

 

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