La mañana de este miércoles 3 de marzo circuló en las redes sociales que la entrada principal de la Universidad del Zulia (LUZ), en las adyacencias del Museo de Arte Contemporáneo, se encontraba militarizada. Sin embargo, la rectora de la casa de estudios desmintió la información.
“Totalmente falso”, respondió a Efecto Cocuyo la rectora Judith Aular de Durán a través de WhatsApp.
La profesora aseguró que todo se encontraba “normal” en la casa de estudios y comentó que se estaban desarrollando labores de limpieza en todas las áreas de la ciudad universitaria. También se realiza la impermeabilización de la Facultad de Ciencias de LUZ.
“En este momento tenemos un Consejo Universitario ordinario“, añadió la máxima autoridad de la institución.
Violación de derechos
La casa de estudios, así como la mayoría de las universidades autónomas, se encuentra prácticamente paralizada desde hace un año cuando la administración de Nicolás Maduro suspendió las clases presenciales en todos los niveles por la llegada del coronavirus.
La instrucción fue migrar a la educación a distancia, pero el déficit presupuestario de las instituciones, los precarios salarios del personal y la falta de recursos tecnológicos se convirtieron en obstáculos para aplicar esta modalidad.
La presidenta de la Asociación de Profesores de la Universidad del Zulia (Apuz), Molly González, informó que este jueves 4 de marzo está prevista una rueda de prensa de Apuz junto con representantes de la Federación de Centros Universitarios, la Asociación Sindical de Empleados (Asdeluz) y el Sindicato de Obreros de la universidad (Soluz).
Prevén discutir sobre el presupuesto, la violación de los derechos laborales y el derecho a la educación.
“El responsable es el Ejecutivo nacional, quien empuja con sus políticas de estrangulamiento el cierre de la universidad venezolana como la tenemos concebida”, declaró González a Efecto Cocuyo.
Este 1° de marzo la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios (Fapuv) declaró la “emergencia laboral” en las universidades y llamaron a sus agremiados a “no aceptar trabajar en condiciones de oprobio, ni bajo amenaza”.