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José Rafael Sosa, de 51 años, zarpó con la lancha “La Llovizna” a una jornada rutinaria de pesca. Desde que era un niño acostumbra a navegar por las aguas de Choroní, un pueblo costero ubicado en el estado Aragua, en el centro de Venezuela. 

El viernes 16 de junio, Sosa salió de pesca junto a los hermanos Eduar Chávez, de 31 años, y Edwin Chávez, de 29 años. En el pueblo todos esperaban que llegaran pasado el mediodía del sábado 17 de junio, pero la lancha nunca arribó a puerto.

Los pescadores de Choroní tienen la costumbre que si uno de sus colegas no llegan al día siguiente de la jornada de pesca activan un protocolo para iniciar rápidamente las búsquedas. 

Aunque las autoridades están desplegadas realizando las labores de búsqueda y hasta el momento solo han encontrado algunos implementos pertenecientes a la lancha.

En Choroní la pesca y el turismo es una de las mayores fuentes de ingresos para quienes habitan en la comunidad.

José Rafael, Eduar y Edwin fueron a pescar atún, aguja, aguja cochina y dorado. “Ellos solamente viven de la pesca”, indican familiares.

Familias desesperadas 

Sosa es padre de cinco hijos y reside en el sector El Cumbre, junto al más pequeño de sus hijos, que tiene 9 años. Desde que su padre desapareció el niño ha estado preguntando “¿dónde está mi papá?”, aseguró su tío Carlos Sosa, en una entrevista telefónica con Efecto Cocuyo, la tarde del miércoles, 21 de junio. 

Carlos Sosa, es dueño de la lancha desaparecida, y su hermano José Rafael es el encargado de navegar en ella. “Siempre ha pescado de noche porque esa pesca que se llama palangre cochinero se realiza en la noche”, afirma el hermano. 

Carlos, quien también es pescador, asegura que su lancha y los motores se encuentra en buenas condiciones y que los tres pescadores que se adentraron al mar tienen experiencia. «Las condiciones climáticas han estado normales, hubo brisa fuerte pero tranquila, incluso han salido con brisa más fuerte que la del fin de semana”, explica el pescador. 

“Suponemos que una ola le haya podido dar (a la lancha), los llenó de agua  y lanzaron algunas cosas para no hundirse”, dice. 

Sosa indicó que generalmente los pescadores llevan sus chalecos salvavidas pero pocas veces lo usan porque confían en su experiencia. 

Los familiares de los hermanos Chávez se encuentran desesperados por la desaparición de los jóvenes pescadores. 

Eduar pesca en las aguas de Choroní desde muy joven y tiene dos hijos, uno de un año y otro de tres años. Su hermano Edwin es padre de una niña de tres años y otra de dos años. 

Ambos habitan con sus familias y tienen amplia experiencia en la pesca. 

“Nosotros vamos a pescar para vender el pescado aquí en Choroní o a veces lo llevamos a la ciudad. Generalmente cuando el pescado está montado en la lancha es porque ya está vendido”, dice Sosa, dueño de la embarcación desaparecida. 

La búsqueda

Desde el pasado domingo 18 de junio, los pescadores de Choroní han pedido a las autoridades que envíen un helicóptero para que las operaciones de búsqueda sean más efectivas. 

Hasta este martes 20 de junio, los pescadores han gastado miles de litros de gasolina para realizar la búsqueda por su propios medios, el Ministerio de Pesca les ha enviado el combustible de forma gratuita

Pero hasta las 4 de la tarde de este miércoles, el pueblo de Choroní no ha sido abastecido de combustible, según informó Sosa. “Pido a las autoridades que nos apoyen un poquito más,  porque tenemos muchos días pidiendo que vuelen los helicópteros, que hagan lo que que hicieron hoy, tenemos muchos días”, dijo. 

Desde la mañana del miércoles las autoridades gubernamentales han estado desplegadas por cielo y mar para dar con el paradero de los tres pescadores desaparecidos.

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