No podemos dejar entrar ni salir a nadie“, respondieron los trabajadores de un café en Munich a los clientes que se encontraban dentro. Entre los comensales estaba Paola Pérez, una joven venezolana que entró al local en busca de WiFi para revisar en las noticias lo que estaba pasando en la ciudad. Fuera del sitio, la gente corría; dentro, algunos lloraban porque se sentían vulnerables al peligro de otro posible tiroteo. “La gente tocaba las puertas del café para que les abrieran“, relató Pérez, quien se mudó hace un mes a Alemania para hacer una maestría.

En pleno centro de Munich, en el centro comercial Olimpia, un hombre disparó contra un grupo de personas. La policía reportó un saldo de 10 muertos —incluyendo al asesino— y 21 heridos. Durante el ataque, ocurrido cerca de las 5:30 pm, corrió el rumor de que se había registrado otro tiroteo en Karlsplatz, una zona concurrida de la ciudad donde se encontraba Pérez.

Los viernes en la capital de Baviera son de dispersión. En la tarde, la venezolana salió con un grupo de amigos a un festival de cerveza; Sin embargo, el mal tiempo los obligó a cambiar de planes. Entre las posibilidades de diversión en un lugar techado figuraba el centro comercial donde ocurrió el tiroteo.

“En ese sitio queda un restaurante de sushi que les quería mostrar a mis amigos”, contó; pero el grupo prefirió bajarse tres estaciones antes del lugar donde sucedió el ataque. Al llegar al destino, se dieron cuenta de que la situación no era normal. “Vimos que los policías tomaron el Ubahn (metro). Yo le pregunté a uno de los efectivos qué había pasado y me contestó que no podía decirme y que los accesos del metro estaban cerrados. Todo fue muy confuso. Ahí dije que teníamos que ir a un sitio cerrado para buscar Wifi y conectarme”, agregó.

Karlsplatz, una zona conocida por la gran afluencia de turistas que atrae, estaba desierta. En otros restaurantes del sitio permanecían refugiadas más personas, mientras la policía mantenía activado el operativo de seguridad. “La ciudad se paralizó“, afirmó Pérez. Aunque ni el metro ni el tren funcionaban, había gente en la calle que no entendía lo que estaba pasando.

La mañana de este viernes, Mariant Peña, otra venezolana, acompañó a su esposo a Munich por motivos de trabajo. No fue sino en la carretera vía hacia Colonia, ciudad donde actualmente reside, cuando supo de la noticia. “Me enteré al llegar a casa porque me escribió mi mejor amiga de Tenerife preocupada por lo ocurrido. No lo podía creer, sentí que se me paró el corazón. Me dieron ganas de llorar”, dijo a Efecto Cocuyo.

El día anterior, el pasado jueves 21 de julio, Peña pasó el día en un centro comercial en la capital bávara. “Se me vino a la mente que pudo haber ocurrido ahí”, agregó.

La policía local pidió a través de sus redes sociales que la gente permaneciera resguardada en sus casas. Tras el tiroteo, fuerzas de seguridad emprendieron una búsqueda para dar con el autor de la matanza. El sospechoso, señalaron en una rueda de prensa, fue un hombre con doble nacionalidad, iraní y alemana, que estaba residenciado en la ciudad.

Las versiones que circulan por las calles de la ciudad son muchas, explicó Pérez, especialmente a raíz de que la semana pasada un hombre afgano hiriera a cinco personas con un hacha en un tren en Baviera. Unos dicen que lo ocurrido este viernes fue un ataque terrorista, mientras que otros aseguran que el racismo fue el móvil. La policía aún no ha confirmado ninguna versión.

Entre las 6:30 pm y la 1:00 am, Pérez permaneció sentada en el piso del café, alejada de las ventanas por prevención. Los empleados del sitio dieron agua con azúcar a algunos de los presentes, entre los que había turistas americanos y franceses, para calmar los nervios.

Pasada la medianoche, la policía ayudó a salir a quienes se resguardaban en los comercios. En grupos pequeños, en intervalos de tiempo separados y bajo órdenes de los efectivos, fueron desalojando a la gente. No obstante, a pesar de que la situación se haya calmado. Las alarmas se encendieron en toda Alemania.

“El shock de los alemanes era impresionante. Se ve que es uno de los países de Europa que, en comparación con Francia y España, no había sufrido este tipo de problemas”, aseguró Pérez. “Nadie se explicó cómo a la policía alemana le sucedió esto cuando es conocida mundialmente por su eficiencia“.

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