La desnutrición y tuberculosis han acabado con la vida de al menos 184 presos en las cárceles venezolanas. Durante el año 2020, estas enfermedades fueron las principales causas de muertes de los centros penitenciarios y calabozos policiales en el país, según reveló el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).
Los registro de la ONG que defiende los derechos humanos de la población reclusa, señalan que durante el año pasado en los centros de reclusión hubo un total de 292 muertes; esta cifra supera los registros que tiene el OVP desde 2018, cuando murieron 291 personas, mientras que en 2019 fallecieron 104 privados de libertad.
“Todos los presos venezolanos están desnutridos, pero el 60% presentan signos de desnutrición severa (…) Las cifras aumentan porque le dejaron esta carga a los familiares”, explicó Beatriz Girón, directora del OVP, este miércoles 28 de julio, durante la presentación del informe de la situación carcelaria del año 2020.
El documento señala que en todos los casos que reseñó el OVP el año pasado, los privados de libertad carecían de atención médica y el 95% de las personas muertas dentro de los penales estaban desnutridas, mientras que un cuadro importante de los fallecidos presento síntomas de desnutrición severa, aun cuando sus causas de muertes fueron otras.
Pérdida de peso
El OVP recibió denuncias en las que presos y familiares de estos, aseguraban que los privados de libertad habían perdido entre 40 y 50 kilos.
Los estados donde más se registraron más decesos por complicaciones de salud son, Carabobo, con 62 muertes, Lara con 37, Miranda con 23 y Guárico con 23. En las cárceles y calabozos policiales de estas entidades se generaron protestas por falta de alimentación durante el año 2020.
De los 292 muertos registrados por el OVP, al menos 59 personas murieron en centros de detención preventivas, siete menos que durante 2019.
Durante 2020 también se vivieron episodios de violencia dentro de los centros penitenciarios, con un saldo de 108 fallecidos. Tal fue el caso del Centro Penitenciario de Los Llanos (Cepella), ubicado en Guanare estado Portuguesa, donde fallecieron 49 presos y 75 resultaron heridos durante un motín por el ingreso de alimentos.
Hacinamiento crítico
El hacinamiento ha sido uno de los principales problemas de las cárceles y calabozos policiales del país. La mayoría de los presos en Venezuela viven hacinados y las consecuencias de estos amontonamientos masivos deriva en que muchas enfermedades infecciosas afecten a los privados de libertad.
En su informe, la organización revela que la sobrepoblación carcelaria en riesgo crítico del país es de 173,83 %, ya que la capacidad real instalada es de 21.848 y la población reclusa actualmente es de 37.543 privados de libertad.
Al grave hacinamiento también se le suma las fallas en la infraestructura. El OVP explica que la mayoría de las construcciones de los centros penitenciarios datan de hace tres décadas y afrontan un deterioro sin precedentes por falta de mantenimiento.
“Los hacinamientos tienen unos estándares y establecen que una cárcel está en riesgo crítico cuando supera el 40% de su capacidad instalada. En el país todos los centros se encuentran en estado crítico“, detalló Girón.
Guárico: el estado con más presos
Según el OVP, Guárico es la entidad con más privados de libertad con 12.605 reclusos. Mientras que la región occidental del país alberga a 6.856 presos, seguidos por la región capital con 5.036 y la región suroriental con 4.503 presos.
“En Venezuela el Estado no tiene control de las cárceles, algunas están en control de los pranes (cabecillas de bandas delictivas que operan desde una cárcel)”, alega la defensora de derechos humanos de los privados de libertad.
La población reclusa
El número de personas presas en Venezuela es de 37.543, según el informe del OVP, que se dividen entre 35.360 hombres y 2.183 mujeres. Esta cifra indica que hubo una reducción del número de personas detenidas en las cárceles y calabozos venezolanos.
Por ejemplo en el año 2017, había 54.315 personas presas; en 2018, existían 44.332, mientras que en 2019 hubo 41.466 personas detenidas.
En el país hay 851 personas privadas de libertad de origen extranjero. Estos reclusos representan el 2 % de la población carcelaria del país. De los 851 presos del exterior, 85 son mujeres y 726 son hombres.
El informe refleja que el Estado venezolano no ha cumplido eficazmente las garantías judiciales y las debidas protecciones judiciales inherentes a las personas bajo su custodia.
La directora de la ONG manifestó que el sistema de justicia penal venezolano se ha caracterizado por procesos interminables y altos índices de retardo procesal. Tal como detalla el informe, el 37 % de la población carcelaria tiene una condena firme, mientras el 63% está en condición de procesado.
Cárceles en pandemia
“Venezuela es el único país donde en las cárceles son hay COVID-19”, dice en modo de ironía Beatriz Girón, ya que el Estado no ha dado balances sobre los privados de libertad que han contraído el coronavirus.
Desde el inicio de la cuarentena obligatoria por la pandemia de COVID-19, la suspensión de las visitas y del ingreso de alimentos y otros insumos a los penales afectó en gran medida a la población penitenciaria. Asimismo fueron suspendidos todos los procesos judiciales, recrudeciendo aún más la situación.
“Sobre los casos de COVID-19 en centros penitenciarios o centros de detención preventiva, hubo opacidad en cuanto a la información por parte de organismos oficiales; sin embargo, OVP recabó declaraciones de funcionarios públicos en varios estados del país, quienes informaron sobre 135 casos de COVID-19 en centros de reclusión”, detallan.