Monseñor Reinaldo del Prette, un arzobispo con carisma
Monseñor Reinaldo del Prette, un arzobispo con carisma

Una fuerte voz que abarcaba todos los rincones, una sonrisa siempre en el rostro y un carisma que dejaba a su paso eran algunos de las características que definían a monseñor Reinado del Prette, arzobispo de Valencia que falleció este lunes 21 de noviembre.

Siempre ligado a su natal Valencia, Del Prette hizo carrera eclesiástica de la mano de los carabobeños, a quienes guió oficialmente desde el año 2007 cuando lo nombraron arzobispo de la ciudad.

Del Prette nació el 17 de febrero de 1952, en Valencia. Ingresó al seminario menor Nuestra Señora del Socorro y después pasó al Seminario Interdiocesano Santa Rosa de Lima en Caracas, donde obtiene el título de Bachiller en Humanidades en 1968.

Tras cursar estudios de Filosofía y Teología recibió el ordenamiento sacerdotal el 14 de agosto de 1976. La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) recuerda que su carrera eclesiástica incluyó su paso como rector del Seminario de Valencia, capellán Militar, Vicario General de la Arquidiócesis de Valencia, de la que tambié fue ecónomo-administrador, además de párroco de la iglesia “Nuestra Señora de Begoña” en Naguanagua.

Del Prette, obispo de 1994

En 1993 el papa Juan Pablo II lo designó obispo auxiliar de Valencia, por lo que en febrero de 1994 lo ordenaron obispo. Acompañó al fallecido cardenal Jorge Urosa Savino en la arquidiócesis valenciana, hasta que pasó a Maracay como obispo coadjutor y después titular, entre 1997 y 2007.

“Recibir la misión de Jesucristo  que es evangelizar, es la esencia de la Iglesia Católica. Su esencia, su razón de ser desde el nacimiento, porque su fundador nuestro Señor Jesucristo así lo quiso, es ser misionera, ir al mundo entero y anunciar el Evangelio en todos nuestros hermanos.  Eso necesita una restauración o renovación de nuestras estructuras”, dijo Del Prette en una de sus últimas apariciones públicas por el centenario del nombramiento de Valencia como arquidiócesis.

Era fanático del béisbol, pero aunque Valencia siempre fue su ciudad, su equipo eran los Tiburones de La Guaira.

«La Conferencia Episcopal Venezolana expresa sus sentimientos de comunión y esperanza ante la partida de este hermano en el episcopado, pero con la certeza de la resurrección. Se unen al dolor en la oración que embarga a sus familiares, amigos, a los fieles que peregrinan en la Arquidiócesis de Valencia por el eterno descanso de su alma».

Desde este martes 22 de noviembre habrá una capilla ardiente en la Catedral de Valencia, donde sus restos serán inhumados este viernes 25 de noviembre.

Con información de la CEV

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