A dos pasos de la salida de la estación de metro de Petare se ubican los primeros de decenas de bachaqueros que guían a los transeúntes hasta la redoma. En sus improvisadas exhibidoras, además de productos básicos de limpieza, higiene y alimentación, también tienen diversidad de medicamentos. Las condiciones de almacenamiento de los mismos, a la intemperie, no solo contradicen lo indicado para los fármacos sino que incluso podrían restarle sus efectos, advierte una experta.
De tener cajas, porque en algunos casos solo venden el blíster, éstas están golpeadas y hasta abiertas. Eran muy pocos los medicamentos cuyo estado visible era el ideal. Pese a ello, abundaba la oferta. Desde Losartán potásico (para la presión arterial, diabetes y problemas del riñón), Ácido fólico, Atorvastatina y Cardipirina (Las tres para combatir problemas cardiovasculares), hasta Teragrip (antigripal), Beducen (crema para la piel) y Gyno Canesten (antimicótico). Sin embargo, lo más vendido son las anticonceptivas, que se repiten en muchos puestos.
En una visita realizada la mañana de este jueves 7 de abril, los comerciantes ofrecían las pastillas Arlette, Gynorelle, Femelle, Noal y Genesa, así como las de emergencia Novalen, Glanique y Norlevo. Los precios ascendían hasta los Bs 2.500, pero el regateo siempre es una opción. Lo mínimo que dijeron aceptar fue de Bs 1.200 y según mencionó uno de los vendedores, “es lo más barato que te lo van a dejar”.
“Los medicamentos deben estar bajo ciertas condiciones que deben cumplir para garantizar su calidad”, refirió Stephanie Fernández, profesora de Análisis de Medicamentos en la Facultad de Farmacia de la Universidad Central de Venezuela. La experta indica que el hecho de estar en la calle, donde hay condiciones de humedad y temperatura impredecibles e incontrolabres, se presta para atentar contra la calidad, seguridad y eficacia de los mismos.
La profesional aseguró que esta práctica (venta informal de medicamentos) es sancionada de acuerdo con la Ley de Medicamentos vigente desde el año 2000. Asimismo, relató que la salud de los enfermos no corre grave peligro por consumir estos fármacos, aunque si uno tiene algún padecimiento y cuenta con la efectividad de los mismosmismos, si puede agravarse. Ejemplificó con el caso de una persona hipertensa que consuma un medicamento en estas condiciones y que éste no haga el efecto deseado, su salud puede ser perjudicada.
De 239 personas que participaron en una encuesta realizada por Efecto Cocuyo en Twitter, el 14% de los votantes admitió haber comprado medicamentos a revendedores. Uno de ellos, que prefirió mantenerse en el anonimato, dijo que adquirió Ampicilina 250mg para su nieto que tiene una infección pulmonar. «Le recetaron antibióticos. Como visité 16 farmacias y no lo conseguí, me dirigí al Centro Cívico aquí en Cabimas y los buhoneros lo tenían, y lo compré en Bs 1.200», comentó.
También en Maracaibo, Laura compró Prednisona a un bachaquero para su madre con artritis. Según mencionó, pagó Bs 1.000 cuando se encuentra regulada en Bs 12.
Uno de los comerciantes informales asegura que no conoce realmente para qué son algunos de los medicamentos que ofrece. Uno de esos era el Pantoprazol al que aleatoriamente oferta en Bs 1.500. «Esto a mí me lo vendieron por Bs 1.000 los mismos trabajadores de las farmacias o esa gente que vende y, bueno, si yo puedo sacarle así sea Bs 200, lo hago», dice con frialdad. En la misma mesita tiene unas camisas en sus bolsas y fórmulas lácteas.
Él explica que no necesariamente adquieren los fármacos en establecimientos y esto lo confirma otra comerciante que vende Cardipirina. «A mí me trajeron esto y lo estoy vendiendo a Bs 2.000», dijo sin agregar más. En la visita, además de las mencinadas marcas de anticonceptivos, se encontraron los siguientes medicamentos:
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A dos pasos de la salida de la estación de metro de Petare se ubican los primeros de decenas de bachaqueros que guían a los transeúntes hasta la redoma. En sus improvisadas exhibidoras, además de productos básicos de limpieza, higiene y alimentación, también tienen diversidad de medicamentos. Las condiciones de almacenamiento de los mismos, a la intemperie, no solo contradicen lo indicado para los fármacos sino que incluso podrían restarle sus efectos, advierte una experta.
De tener cajas, porque en algunos casos solo venden el blíster, éstas están golpeadas y hasta abiertas. Eran muy pocos los medicamentos cuyo estado visible era el ideal. Pese a ello, abundaba la oferta. Desde Losartán potásico (para la presión arterial, diabetes y problemas del riñón), Ácido fólico, Atorvastatina y Cardipirina (Las tres para combatir problemas cardiovasculares), hasta Teragrip (antigripal), Beducen (crema para la piel) y Gyno Canesten (antimicótico). Sin embargo, lo más vendido son las anticonceptivas, que se repiten en muchos puestos.
En una visita realizada la mañana de este jueves 7 de abril, los comerciantes ofrecían las pastillas Arlette, Gynorelle, Femelle, Noal y Genesa, así como las de emergencia Novalen, Glanique y Norlevo. Los precios ascendían hasta los Bs 2.500, pero el regateo siempre es una opción. Lo mínimo que dijeron aceptar fue de Bs 1.200 y según mencionó uno de los vendedores, “es lo más barato que te lo van a dejar”.
“Los medicamentos deben estar bajo ciertas condiciones que deben cumplir para garantizar su calidad”, refirió Stephanie Fernández, profesora de Análisis de Medicamentos en la Facultad de Farmacia de la Universidad Central de Venezuela. La experta indica que el hecho de estar en la calle, donde hay condiciones de humedad y temperatura impredecibles e incontrolabres, se presta para atentar contra la calidad, seguridad y eficacia de los mismos.
La profesional aseguró que esta práctica (venta informal de medicamentos) es sancionada de acuerdo con la Ley de Medicamentos vigente desde el año 2000. Asimismo, relató que la salud de los enfermos no corre grave peligro por consumir estos fármacos, aunque si uno tiene algún padecimiento y cuenta con la efectividad de los mismosmismos, si puede agravarse. Ejemplificó con el caso de una persona hipertensa que consuma un medicamento en estas condiciones y que éste no haga el efecto deseado, su salud puede ser perjudicada.
De 239 personas que participaron en una encuesta realizada por Efecto Cocuyo en Twitter, el 14% de los votantes admitió haber comprado medicamentos a revendedores. Uno de ellos, que prefirió mantenerse en el anonimato, dijo que adquirió Ampicilina 250mg para su nieto que tiene una infección pulmonar. «Le recetaron antibióticos. Como visité 16 farmacias y no lo conseguí, me dirigí al Centro Cívico aquí en Cabimas y los buhoneros lo tenían, y lo compré en Bs 1.200», comentó.
También en Maracaibo, Laura compró Prednisona a un bachaquero para su madre con artritis. Según mencionó, pagó Bs 1.000 cuando se encuentra regulada en Bs 12.
Uno de los comerciantes informales asegura que no conoce realmente para qué son algunos de los medicamentos que ofrece. Uno de esos era el Pantoprazol al que aleatoriamente oferta en Bs 1.500. «Esto a mí me lo vendieron por Bs 1.000 los mismos trabajadores de las farmacias o esa gente que vende y, bueno, si yo puedo sacarle así sea Bs 200, lo hago», dice con frialdad. En la misma mesita tiene unas camisas en sus bolsas y fórmulas lácteas.
Él explica que no necesariamente adquieren los fármacos en establecimientos y esto lo confirma otra comerciante que vende Cardipirina. «A mí me trajeron esto y lo estoy vendiendo a Bs 2.000», dijo sin agregar más. En la visita, además de las mencinadas marcas de anticonceptivos, se encontraron los siguientes medicamentos: