Las escuelas de Fe y Alegría han perdido un cuarto de su personal y cada vez son menos los estudiantes que continúan su proceso formativo en medio de la adversidad. Mientras tanto, la comunidad educativa le pregunta al ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz, qué está haciendo el Estado para garantizar la educación de calidad.
Caudy Urrado es estudiante de sexto año Media Técnica del Colegio María Inmaculada de Petare. Con tal solo 17 años ha vivido las renuncias de sus maestros. «Me duele mucho cuando mis profesores dicen que ya no pueden más y que se van a otro país… pero uno lo entiende», dijo.
Una de sus mayores preocupaciones es que todos los niños puedan aprender para alcanzar sus sueños. Así se lo manifestó este 25 de noviembre en su carta dirigida a Aristóbulo Istúriz:
¿Por qué no tenemos una educación de calidad? ¿Por qué hay tantos niños y jóvenes pasando hambre y necesidad? ¿Por qué hay tantos muriendo porque no reciben el tratamiento médico que necesitan para vivir? ¿Qué está haciendo el Estado? ¿Qué está haciendo usted, señor Ministro, para garantizar la educación que tenemos derecho a recibir?.
De acuerdo con los estudios de Fe y Alegría, la red de escuelas ha perdido 25% de su personal. En este porcentaje los profesionales que más han mermado han sido los docentes, según la directora nacional de las escuelas Noelbis Aguilar.
Como consecuencia, «ya sumamos 80 madres que están apoyando dando un curso» en reemplazo de los educadores.
Además, factores relacionados a la falta de servicios públicos como la escasez de agua han fomentado la inasistencia de alumnos y profesores. En promedio, de 30 a 40% de los muchachos faltan a clases de forma constante y de 15% a 20% en caso de los profesores.
#Ahora Aguilar: Nosotros no nos hemos paralizado, sino que la crisis nos ha paralizado. #25Nov
— Efecto Cocuyo (@EfectoCocuyo) November 25, 2019
En consecuencia, «el rendimiento ha bajado bastante porque vemos que nuestros alumnos en la universidad no están entrando con las mismas competencias» dijo Aguilar.
En las Escuelas de Fe y Alegría, en un año escolar, la matrícula se redujo de 110 mil a 97 mil alumnos , quedando por fuera 13 mil alumnos de los cuales dos mil no han reportado las causas.
Ante estas circunstancias, el Director de la organización Fe y Alegría, Manuel Aristorena, hace un llamado «a todos los gremios y al gobierno nacional a que se tome mucho más en serio el tema educativo».
Las Escuelas de Fe y Alegría entran dentro del convenio de la Asociación Venezolana de Educación Católica (Avec) y el Ministerio de Educación, por lo cual el Estado paga los salarios de los educadores de estas escuelas en la misma medida en la que paga el salario de educadores de escuelas públicas.
Un docente de Fe y Alegría con doce años de servicio actualmente gana 270 mil bolívares soberanos de sueldo, mientras que el salario mínimo está en 150 mil bolívares. En agosto del año pasado el mismo docente ganaba 30 millones de bolívares fuertes, que constituía diez salarios mínimos para el momento.
El director de la Escuela Técnica Industrial San José Obrero, Rafael Peña dijo que «un obrero con diecisiete años de servicio gana 152 mil bolívares».
Peña explicó que el instructivo 2932 del factor Onapre del Ministerio de Trabajo redujo la prima de los docentes en el 90% de su salario.
Además a los profesores les deben el 220% de ajustes salariales desde octubre del 2018.
Rafael Peña, director del José Obrero de Fe y Alegría
Unidos por la mala paga, la secretaria de reclamos del Sindicato Venezolano de Maestros, Gricelda Sánchez, pidió desde la Plaza la Candelaria a los profesores de Fe y Alegría y de la Avec “que se sumen a la lucha».
El director Rafael Peña dijo que los profesores de Fe y Alegría habían iniciado protestas, que suspendieron en vista de que se les prometió que Istúriz los atendería en una reunión, pero “Aristóbulo no cumplió con su palabra”.
«Estamos decepcionados de no conseguir una respuesta a los múltiples problemas que hemos planteado», dijo Peña dirigiéndose a los padres y representantes de Venezuela.
Maribel Quiroz, directora del colegio María Inmaculada recordó que las condiciones de los profesores para educar en años anteriores y las condiciones actuales del país no son las mismas.
De acuerdo con Quiroz los derechos humanos de los educadores están siendo violados, al no tener suficiente salario para adquirir alimentos, medicamentos o recreación para su familia.
«Hoy nuestros estudiantes están recibiendo educación porque tenemos héroes en las aulas, pero no les garantizan los derechos humanos básicos… nuestros docentes no tienen calidad de vida. Cada día es una agonía», dijo.
En el último chequeo médico de la escuela, los doctores le reportaron a Quiroz que todos los docentes están afectados en la columna por «el peso que están cargando» y que tienen casos de profesores en condición de desnutrición.
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Caudy Urrado es estudiante de sexto año Media Técnica del Colegio María Inmaculada de Petare. Con tal solo 17 años ha vivido las renuncias de sus maestros. «Me duele mucho cuando mis profesores dicen que ya no pueden más y que se van a otro país… pero uno lo entiende», dijo.
Una de sus mayores preocupaciones es que todos los niños puedan aprender para alcanzar sus sueños. Así se lo manifestó este 25 de noviembre en su carta dirigida a Aristóbulo Istúriz:
¿Por qué no tenemos una educación de calidad? ¿Por qué hay tantos niños y jóvenes pasando hambre y necesidad? ¿Por qué hay tantos muriendo porque no reciben el tratamiento médico que necesitan para vivir? ¿Qué está haciendo el Estado? ¿Qué está haciendo usted, señor Ministro, para garantizar la educación que tenemos derecho a recibir?.
De acuerdo con los estudios de Fe y Alegría, la red de escuelas ha perdido 25% de su personal. En este porcentaje los profesionales que más han mermado han sido los docentes, según la directora nacional de las escuelas Noelbis Aguilar.
Como consecuencia, «ya sumamos 80 madres que están apoyando dando un curso» en reemplazo de los educadores.
Además, factores relacionados a la falta de servicios públicos como la escasez de agua han fomentado la inasistencia de alumnos y profesores. En promedio, de 30 a 40% de los muchachos faltan a clases de forma constante y de 15% a 20% en caso de los profesores.
#Ahora Aguilar: Nosotros no nos hemos paralizado, sino que la crisis nos ha paralizado. #25Nov
— Efecto Cocuyo (@EfectoCocuyo) November 25, 2019
En consecuencia, «el rendimiento ha bajado bastante porque vemos que nuestros alumnos en la universidad no están entrando con las mismas competencias» dijo Aguilar.
En las Escuelas de Fe y Alegría, en un año escolar, la matrícula se redujo de 110 mil a 97 mil alumnos , quedando por fuera 13 mil alumnos de los cuales dos mil no han reportado las causas.
Ante estas circunstancias, el Director de la organización Fe y Alegría, Manuel Aristorena, hace un llamado «a todos los gremios y al gobierno nacional a que se tome mucho más en serio el tema educativo».
Las Escuelas de Fe y Alegría entran dentro del convenio de la Asociación Venezolana de Educación Católica (Avec) y el Ministerio de Educación, por lo cual el Estado paga los salarios de los educadores de estas escuelas en la misma medida en la que paga el salario de educadores de escuelas públicas.
Un docente de Fe y Alegría con doce años de servicio actualmente gana 270 mil bolívares soberanos de sueldo, mientras que el salario mínimo está en 150 mil bolívares. En agosto del año pasado el mismo docente ganaba 30 millones de bolívares fuertes, que constituía diez salarios mínimos para el momento.
El director de la Escuela Técnica Industrial San José Obrero, Rafael Peña dijo que «un obrero con diecisiete años de servicio gana 152 mil bolívares».
Peña explicó que el instructivo 2932 del factor Onapre del Ministerio de Trabajo redujo la prima de los docentes en el 90% de su salario.
Además a los profesores les deben el 220% de ajustes salariales desde octubre del 2018.
Rafael Peña, director del José Obrero de Fe y Alegría
Unidos por la mala paga, la secretaria de reclamos del Sindicato Venezolano de Maestros, Gricelda Sánchez, pidió desde la Plaza la Candelaria a los profesores de Fe y Alegría y de la Avec “que se sumen a la lucha».
El director Rafael Peña dijo que los profesores de Fe y Alegría habían iniciado protestas, que suspendieron en vista de que se les prometió que Istúriz los atendería en una reunión, pero “Aristóbulo no cumplió con su palabra”.
«Estamos decepcionados de no conseguir una respuesta a los múltiples problemas que hemos planteado», dijo Peña dirigiéndose a los padres y representantes de Venezuela.
Maribel Quiroz, directora del colegio María Inmaculada recordó que las condiciones de los profesores para educar en años anteriores y las condiciones actuales del país no son las mismas.
De acuerdo con Quiroz los derechos humanos de los educadores están siendo violados, al no tener suficiente salario para adquirir alimentos, medicamentos o recreación para su familia.
«Hoy nuestros estudiantes están recibiendo educación porque tenemos héroes en las aulas, pero no les garantizan los derechos humanos básicos… nuestros docentes no tienen calidad de vida. Cada día es una agonía», dijo.
En el último chequeo médico de la escuela, los doctores le reportaron a Quiroz que todos los docentes están afectados en la columna por «el peso que están cargando» y que tienen casos de profesores en condición de desnutrición.