A los ocho años, Marian Silvera ya creaba personajes e imaginaba historias. También las escribía y se las obsequiaba a su mamá y a sus familiares. A los 12, la jovencita publicó este viernes, 19 de agosto, su primer libro, en inglés y en español, a unos 1.400 kilómetros de su hogar en Caracas. De un momento para otro, y tras la presentación de su cuento “Mi Pastelería” en la XII Feria Internacional de Libro de Panamá, cambió temporalmente algunas clases por firmas de libro y entrevistas.

“Me dicen que soy como famosa, pero yo no sé”, dijo Marian con timidez en una entrevista a Efecto Cocuyo vía Skype. Otros de los cumplidos que ha recibido por su primera publicación incluyen felicitaciones y muestras de admiración por tener un libro editado a tan corta edad. “Es impresionante que una niña de 11 años haya escrito un libro, y creo que esto es importante de resaltar”, expresó Orit Btesh, directora de la Cámara Panameña del Libro, quien calificó el texto de “espectacular”.

La madre de Mariana, Adriana Hariton, recuerda cada uno de los cuentos que su hija le ha regalado. Las piezas no solo incluían textos, sino también ilustraciones que la pequeña hacía. “Siempre me parecían muy ingeniosas”, contó Hariton, quien incluye entre sus relatos favoritos una serie de aventuras que emprenden dos amigas y un cuento sobre una pequeña tortuga y su mamá.

Mi pastelería” narra la historia de una joven emprendedora que quiere cumplir su sueño de tener una venta de pasteles. Sin embargo, el cuento no solo tiene de venezolano el texto que escribió Marian, sino también las ilustraciones, en las que participó Vera Cojocaru. “Yo le decía cómo me había imaginado los personajes y ella los dibujaba”, contó la pequeña.

El libro fue originalmente escrito inglés durante una semana en la que Marian no tuvo clases. La atención vino después de que el cuento fuese publicado en el periódico de su escuela. Recibió halagos de sus maestras y compañeros; pero la emoción más grande llegó luego de que la directora de la Cámara Panameña del Libro leyera el texto y recomendara su publicación.

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En la firma de su libro “Mi Pastelería” en el festival
En la firma de su libro “Mi Pastelería” en el festival

“No fue fácil. Tuvimos que tocar varias puertas hasta que conseguimos la ilustradora, la imprenta y el patrocinador”, explicó la madre de Marian. Todo el proceso duró cerca de un año y medio antes de que pudieran tener el libro impreso en sus manos. En un principio, confesó Hariton, dudó que su hija hubiese escrito una historia tan bien lograda.

“Ella le había puesto un seudónimo y yo pensé que se lo había copiado de algún lado. Marian me decía: ‘Mami, te lo juro. Yo lo escribí’. Por lo que decidí buscar en Google algunos de los párrafos, pero no estaban en ningún lado”, contó.

Su libro favorito es Harry Potter y, al igual que la escritura, Marian también disfruta de otras actividades como la cocina, la natación, el jazz y la danza israelí. De su goce por hacer postres nació la idea principal de “Mi Pastelería“. “Me gusta preparar brownies y cupcakes”, dijo la jovencita, “siempre quise hacer algo sobre pasteles y de chiquita me decían que cumpliera mis sueños”.

Hace siete años que Marian se mudó a Ciudad de Panamá con su familia. Tenía cinco partió de Maiquetía; sin embargo, todavía tiene otros familiares que residen en la capital. Del país extraña muchas cosas, entre tantas, mencionó el club Hebraica, la amabilidad de la gente y los paisajes. “Aquí hay muchos rascacielos”, se quejó.

Aunque las entrevistas de radio y para prensa son algo nuevo, las arepas siguen presentes en la rutina de Marian a pesar de haberse mudado hace años. También las cachapas. “Todos los días desayunamos arepas”, contó, “cada vez que viene alguien de visita a Panamá lo llevamos a comer comida venezolana”.

Otros cuentos de Marian siguen esperando para ser publicados. Si le va bien, dijo, espera que se editen otros más. Uno de sus sueños es que “Mi Pastelería” también se lea en Venezuela. En la próxima visita, reveló, le dará un par de libros a su tía para que se los traiga a Caracas.

La experiencia de año y medio que estuvo esperando a que se editara su libro la compara con la historia de la protagonista. Después de tanto esfuerzo de sus familiares y amigos, logró cumplir su meta. Marian, de 12 años, confiesa que para ella fue más o menos igual. “Cuando lo tuve por primera vez en mis manos, sentí que ya era real, que había publicado mi libro”, dijo.

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