Los cines en Venezuela ya venían presentando desde hace al menos un par de años una severa crisis. Con la llegada de la cuarentena por la pandemia de COVID-19 la situación se tornó aún más difícil para esta industria del entretenimiento.
Las salas ya no se llenan como antes, algo que hizo que las principales cadenas de salas de exhibición tuviesen que ingeniárselas para seguir funcionando, con promociones semanales, ofertas y más, en búsqueda de que los espectadores siguieran yendo a ver películas.
La cuarentena decretada en marzo pasado obligó a que los cines cerraran sus puertas, tal como el resto de los comercios. Esto significó una pérdida, al menos en los dos primeros meses, de más de 2 millones de boletos vendidos.
Cifras internacionales revelan que la industria del cine en todo el mundo ha dejado de percibir alrededor de 7.000 millones de dólares, solo en proyección.
Con la idea de una pronta «nueva normalización», en algunos países se plantea la idea de la exhibición de películas al aire libre, como una manera de evitar la quiebra de esta industria y seguir llevando entretenimiento a un gran número de personas ya hastiadas del confinamiento.
Se tiene previsto, según declaraciones del mandatario Nicolás Maduro, que este lunes 1 de junio se inicie un plan de flexibilización de la cuarentena en Venezuela, que implicará varias fases hasta llegar a una “nueva normalidad relativa, vigilada y protegida”.
Las dos más conocidas cadenas de cines en Venezuela, Cines Unidos y Cinex, aún están a la espera de saber cómo evolucionará este progresivo desconfinamiento para plantearse cómo retomar sus funciones.
Hasta el momento, la opción de los autocines se viene manejando, pues se entiende que de momento será poco posible reabrir las ya establecidas salas, al menos de manera completa.
Desde Europa, el resurgimiento del autocine ya es una realidad y tiene pretensiones de convertirse en tendencia en otras partes del planeta. En América, Argentina y Uruguay han asomado también la retoma de esta modalidad de ver producciones cinematográficas desde el automóvil del espectador.
El COVID-19 disparó el «remake» de un fenómeno que tuvo su auge en los años 60, 70 y 80 del siglo 20, que se extinguió luego y que ahora aparece como una solución al nuevo mundo poscoronavirus.
Se espera que pronto los estudios y distribuidores de filmes retomen su actividad y rescaten los estrenos que quedaron «fríos» hace un par de meses.
Venezuela puede no escapar a ello y tanto Cinex como Cines Unidos están a la espera.
Desde salas seguras, con espaciamiento entre butacas y filas, menos boletos vendidos y otras propuestas han estado sobre la mesa.
Las salas desiertas, rodajes suspendidos, estrenos pospuestos y salarios congelados reportan, saldo negativo de las últimas semanas, podrían quedar atrás.
Los caminos alternativos para mantener este sector de la economía se vieron durante la cuarentena, con venta por delivery de las clásicas chucherías hasta competencias de videojuegos de manera virtual.
La propuesta de los autocines también está en la mira y Cinex ya ha asomado que hay tres opciones para ello, en dos centros comerciales de Caracas y uno en un hotel, que serán la prueba piloto que luego buscará extenderse al resto del país.
Cancilleres de Venezuela y Bolivia apuestan por elevar la relación bilateral
Iberoamérica logra pactos en ambiente, finanzas, alimentos y derecho digital
Gremio educativo realizará toma de Caracas para seguir reclamando sus reinvindicaciones
Número récord de casi 80.000 migrantes cruzaron la selva del Darién en lo que va de 2023
Registro telemático para venezolanos en el exterior: ¿qué es y por qué lo estudia la Comisión Nacional de Primaria?
Los cines en Venezuela ya venían presentando desde hace al menos un par de años una severa crisis. Con la llegada de la cuarentena por la pandemia de COVID-19 la situación se tornó aún más difícil para esta industria del entretenimiento.
Las salas ya no se llenan como antes, algo que hizo que las principales cadenas de salas de exhibición tuviesen que ingeniárselas para seguir funcionando, con promociones semanales, ofertas y más, en búsqueda de que los espectadores siguieran yendo a ver películas.
La cuarentena decretada en marzo pasado obligó a que los cines cerraran sus puertas, tal como el resto de los comercios. Esto significó una pérdida, al menos en los dos primeros meses, de más de 2 millones de boletos vendidos.
Cifras internacionales revelan que la industria del cine en todo el mundo ha dejado de percibir alrededor de 7.000 millones de dólares, solo en proyección.
Con la idea de una pronta «nueva normalización», en algunos países se plantea la idea de la exhibición de películas al aire libre, como una manera de evitar la quiebra de esta industria y seguir llevando entretenimiento a un gran número de personas ya hastiadas del confinamiento.
Se tiene previsto, según declaraciones del mandatario Nicolás Maduro, que este lunes 1 de junio se inicie un plan de flexibilización de la cuarentena en Venezuela, que implicará varias fases hasta llegar a una “nueva normalidad relativa, vigilada y protegida”.
Las dos más conocidas cadenas de cines en Venezuela, Cines Unidos y Cinex, aún están a la espera de saber cómo evolucionará este progresivo desconfinamiento para plantearse cómo retomar sus funciones.
Hasta el momento, la opción de los autocines se viene manejando, pues se entiende que de momento será poco posible reabrir las ya establecidas salas, al menos de manera completa.
Desde Europa, el resurgimiento del autocine ya es una realidad y tiene pretensiones de convertirse en tendencia en otras partes del planeta. En América, Argentina y Uruguay han asomado también la retoma de esta modalidad de ver producciones cinematográficas desde el automóvil del espectador.
El COVID-19 disparó el «remake» de un fenómeno que tuvo su auge en los años 60, 70 y 80 del siglo 20, que se extinguió luego y que ahora aparece como una solución al nuevo mundo poscoronavirus.
Se espera que pronto los estudios y distribuidores de filmes retomen su actividad y rescaten los estrenos que quedaron «fríos» hace un par de meses.
Venezuela puede no escapar a ello y tanto Cinex como Cines Unidos están a la espera.
Desde salas seguras, con espaciamiento entre butacas y filas, menos boletos vendidos y otras propuestas han estado sobre la mesa.
Las salas desiertas, rodajes suspendidos, estrenos pospuestos y salarios congelados reportan, saldo negativo de las últimas semanas, podrían quedar atrás.
Los caminos alternativos para mantener este sector de la economía se vieron durante la cuarentena, con venta por delivery de las clásicas chucherías hasta competencias de videojuegos de manera virtual.
La propuesta de los autocines también está en la mira y Cinex ya ha asomado que hay tres opciones para ello, en dos centros comerciales de Caracas y uno en un hotel, que serán la prueba piloto que luego buscará extenderse al resto del país.