Escritores Milagros Mata y Juan Muñoz son acusados de "instigar al odio" en contra del fiscal general, según abogado

La periodista Milagros Mata Gil y el poeta Juan Manuel Muñoz serán presentados ante los tribunales para ser imputados por los supuestos delitos de «instigación al odio» y «difamación» en contra del fiscal general de la ANC, Tarek William Saab, según informaciones extraoficiales.

Ambos fueron detenidos este miércoles 31 por comisiones del Comando Nacional Antiextorsion y Secuestro de la Guardia Nacional (Conas) de El Tigre, estado Anzoátegui.

La denuncia la realizó la propia Milagros Mata Gil horas antes de su detención. A través de una publicación en su cuenta de Facebook.

El portal regional El Vistazo indica que a ambos se les investiga por su participación en un texto satírico titulado «Fiesta mortal», en el que aparecen mencionados Saab y su madre.

Muñoz fue detenido por funcionarios del Conas en su casa a las 10 a. m.; mientras que Mata primeramente no fue localizada y luego, en horas de la tarde, la también novelista acudió a la citación. 

Otros datos

El abogado Jorge Márquez confirmó que asumió la defensa de ambos y por parte del ministerio público fueron comisionadas las fiscalías 4ta y 7ma. 

«Moriche», que fue concejal por el MAS durante la Alcaldía de Ángel Godoy (2000 – 2004), y Milagros Mata Gil, pasaron la noche en el Conas, ubicado en la urbanización Terracota.

El presunto artículo satírico bajo investigación es señalado de contener elementos que pueden ser considerados «discriminatorios y despectivos» contra Saab, su familia y la comunidad musulmana.

Se conoció también de manera extraoficial que el artículo, que nunca fue publicado en algún medio de comunicación, fue escrito en la cuenta de Facebook de la escritora y luego replicado en un grupo privado de WhatsApp denominado «El Tigre al Día 1», que administra Muñoz.

Diversas organizaciones e individualidades acudieron a las redes sociales para rechazar tal medida, que es considerada arbitraria e incriminatoria; más cuando ambos inculpados son personas mayores de 70 años, los que requieren de un tratamiento especial por su edad.

También se le califica de un hecho contrario a los derechos humanos y la libertad de expresión. Algunas ONG hicieron una campaña en Change.org para solicitar firmas de petición para que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos se pronuncie al respecto.

Este es el texto por el cual se inculpa a los escritores:

FIESTA MORTAL
I. El asunto es que el afán de figuración social de los recién vestidos resulta tan grande como lo es su narcisismo, variante de la estupidez. Entonces, enviaron y recibieron 800 invitaciones. Contrataron 200 personas para el manejo del catering, el bar y el servicio, ujieres, vigilancia, guardaespaldas, acomodadores, decoradores. Y eso sin mencionar el personal externo relacionado con los invitados al pantagruélico evento. 

II. Dicen que la planner de bodas, empresaria ultraconocida, tenía síntomas de COVID, pero no estaba dispuesta a perder un contrato de seis cifras altas en dólares. Era acondicionar el Club Sirio en Lechería para la fiesta celebratoria de un matrimonio doble. Por ahí circulan las fotos. Novias de impoluto blanco y amplias faldas. Muy clásico todo. Damas enjoyadas a las que casi se les huele el perfume y otras, de cerradas túnicas con visos dorados y burkas, a las que casi se les siente el olor. Y todos sin tapaboca. Y todos abrazados. Nada de aislamiento social. Torres de pasapalos y dulces de la rica y exquisita variedad árabe. Comamos y bebamos, que luego moriremos. Carpe diem y todo el epicureismo de esa raza. La fiesta fue un éxito. Y más que las novias, las estrellas fueron, dicen, Tarek Saab y su madre Alía.

III. De El Tigre fueron en caravana alegre. Musulmanes y cristianos bien avenida. Por supuesto, nada de jamón. Nada que oloriera siquiera a cerdo. Ante todo, la higiene alimentaria según el Profeta.
Una o dos semanas después, comenzó la epidemia que ha hecho colapsar las clínicas y hospitales tanto de Barcelona y Puerto La Cruz como de las poblaciones circunvecinas. 600 contagiados y sumando. Algunos muertos. Los invitados a la boda y sus familiares y después sus empleados y los familiares de los empleados. La planner, el marido y todo el personal contratado para el servicio y la familia y los amigos. Decían que el propio Fiscal estaba infectado, pero vistas sus pesquisas faranduleras, quizá no.

IV. Hubo un tiempo en que la colonia árabe era modesta. Disfrutaban de sus ganancias, eso sí. Pero sin ostentación. Sus nuevas y desmadradas riquezas, insertados en el turbio y voraginoso cauce de los negocios con este desgobierno, los han hecho resbalar hacia la superficialidad del lujo mostrable y demostrable. Hacia la obscenidad y las secretas búsquedas de placer. No olvidemos el asunto de los suicidios acordados. La decadencia. La decadencia. Y aún falta. Pero de ésta, pagaron alguna consecuencia.

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