Vanessa Arenas/ @vanessavenezia

Las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Venezuela han tenido varios percances. En 2010, durante la administración del presidente Hugo Chávez, el embajador Patrick Duddy culminó su misión luego de regresar al país en 2009. Duddy había sido expulsado del territorio venezolano en 2008 por  Chávez en un acto de solidaridad con el mandatario de Bolivia, Evo Morales, luego de que su embajador fuera sacado de EEUU.

El gobierno de Estados Unidos hizo lo mismo con el representante diplomático de Venezuela. Posteriormente, el presidente Obama postuló a Larry Palmer, pero Chávez no lo aceptó.

Actualmente no hay embajadores en representación de ambos países, solo encargados de negocios. Lee McClenny comenzó su gestión como Encargado de Negocios en la Embajada de los Estados Unidos en Caracas en julio de 2014. Maximilien Sánchez Arvelaiz ocupa el mismo cargo por Venezuela en EEUU.

Antes de este lunes  9 de marzo, cuando el gobierno de Obama decretó sanciones contra 7 funcionarios y declara al gobierno de Venezuela como una amenaza extraordinaria contra EEUU,  las más recientes impasses que  han marcado las relaciones diplomáticas entre ambas administraciones fueron generados por las sanciones que decidió aplicar la Casa Blanca contra funcionarios venezolanos  acusados de violar los derechos humanos y estar involucrados en hechos de corrupción.

En diciembre de 2014, el presidente Obama aprobó la ley que aplica restricciones de visa americana y hasta la congelación de activos. Estas sanciones alcanzan a miembros de la familia de los funcionarios. Las identidades no fueron reveladas por leyes de confidencialidad sobre visas que rigen en Estados Unidos. El 2 de febrero de 2015, Obama anunció que aumentaría el número de sancionados.

En febrero de 2014, Maduro ordenó la expulsión de 3 funcionarios consulares de Estados Unidos por “conspirar” y en reciprocidad, Washington ordenó expulsar a Ignacio Luis Cajal Ávalos, Víctor Manuel Pisani Azpurua y Marcos José García Figueredo, quienes fueron declarados “persona non grata”.

Ese mismo año, tras la detención del dirigente político de la oposición, Leopoldo López, Obama ofreció unas declaraciones para rechazar la acción del presidente Maduro y pidió atender los reclamos legítimos de la población venezolana.

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