Es el quinto día de cuarentena nacional y los alumnos de escuelas, liceos y universidades siguen realizando actividades académicas, ahora de manera virtual. Desde que se anunciaron los dos primeros casos de COVID-19 en Venezuela, el pasado 13 de marzo, Nicolás Maduro decretó la suspensión de clases presenciales “hasta nuevo aviso” en todos los niveles de educación para prevenir el contagio del coronavirus en las aulas.

Esta medida tomó por sorpresa a los centros de educación públicos y privados que debieron definir una estrategia de contingencia rápida para acatar el mandato, pero sin perder la continuidad en la educación.

La medida afectó a todas las universidades. En el caso de la Universidad Metropolitana (Unimet), en Caracas, estaban terminando el trimestre académico y en semana de parciales. De acuerdo con Luis Alejandro Viña, estudiante de Ingeniería Civil, las autoridades esperaban que la cuarentena duraría menos tiempo y que las clases se podrían retomar. A medida que el Ejecutivo fue aumentando las restricciones, los profesores avisaron de manera progresiva su nueva programación, pero algunos todavía no han definido cómo terminarán el trimestre.

“Primero comenzaron por la materia que no eran departamentales, en ese caso los profesores llegaron a hablar con los alumnos y se estableció un mutuo acuerdo porque no había mayor enlace. Con respecto a las materias que se dividen en varias ingenierías como ecuaciones diferenciales y matemáticas fue un gran rollo”, narró Viña.

Aseguró que todavía algunos de sus profesores en materias departamentales todavía no saben cómo implementar el programa. Por ahora su rutina consiste en terminar las evaluaciones ya establecidas e “ir viendo a medida que pasa el día” qué otras actividades le asignan sus profesores.

Algunas de estas entregas se hacen vía Whatsapp y las otras utilizan la plataforma de la universidad. De las segundas sugirió que se debería reevaluar el tiempo establecido para unas entregas

“Hay exámenes que duran dos horas que tienen cuatro problemas que se pueden resolver fácilmente en cuatro horas”, comentó.

Rechazo a las clases online

La Universidad de Zulia (LUZ) habilitó un portal web de estudios a distancia para que cada uno de sus profesores pudiera diseñar un aula virtual con las actividades y clases de contingencia. Sin embargo, tomando en cuenta que la energía eléctrica en Zulia es inestable, profesores como Dexy Linares ofrecieron otras opciones para trabajar con sus alumnos. (Ambien) De acuerdo con Linares el reto ha sido “atenderlos con paciencia

“Algunos estudiantes rechazan las clases online y debo ponerme en sus zapatos, debo enfrentarme a esos miedos. El reto de estos tiempos, es eso, pensar en el otro, en sus dificultades y siempre ofrecerles soluciones, una ayuda, así sea modo distancia”, comentó.

Linares, profesora de Comunicación Social, ofreció a sus estudiantes las plataformas de correo electrónico o chat en Whatsapp para las entregas. En su caso compró un dispositivo UPS, un almacenador de energía que funciona por tiempo limitado en los apagones eléctricos.

Experiencia en contingencia

Mientras algunas universidades están estrenando la modalidad remota para los casos de contingencia, la Universidad Simón Bolívar (USB) tiene vasta experiencia en la materia.

“No es la primera vez que me toca ver clases online porque el trimestre del apagón el año pasado muchos profesores decidieron tomar materias de forma virtual”, dijo Juan Diego Porras.

Es estudiante de Ingeniería de Sistemas  está cursando su último año de carrera ha vivido varias interrupciones de su vida universitaria causadas por razones externas a él. El paro estudiantil del 2014, el paro estudiantil del 2017, distintos paros del transporte institucional de la USB y el mega apagón del 2019, por nombrar algunos.

De acuerdo con Porras, la coyuntura ha llevado a los profesores a organizarse de manera virtual para mantener la ajustada programación académica. Hasta ahora mantiene comunicación con sus dos profesores de materias teórico-prácticas, que han reprogramado la entrega de proyectos.

Organizarse para estudiar es un poco difícil porque a pesar de que tengo más tiempo, porque estoy en mi casa, puedo usar ese tiempo para distraerme. Estoy organizándome para no procrastinar y todos los días adelanto un poco de cada entrega. No sé si la próxima semana el consejo directivo va a retomar las evaluaciones”.

Inicio tardío

La pronta respuesta en las medidas sanitarias para contrarrestar los daños de la pandemia también afectaron a los colegios. Krysthem Lao, estudiante de quinto año en el colegio María Inmaculada de Los Dos Caminos, pasó los primeros cuatro días después del anuncio de la medida presidencial “viendo Netflix, jugando Wii y metida en Facebook”.

Apenas el miércoles 18 sus profesoras enviaron 17 tareas que deberá enviar este viernes 20 de marzo. Solamente ha terminado tres.

Argumentó que la tardanza se debió a que su colegio debía esperar la decisión de la Asociación Venezolana de Educación Católica, a la cual pertenece, que a su vez se reunió primero en el Ministerio de Educación.

A su parecer, la implementación virtual ha sido engorrosa.

“Como no tengo Internet, uso los datos de mi celular, y la señal no está muy buena”, se quejó. Además debe digitalizar sus tareas a computadora, como los ejercicios de matemática para enviarlos en formato de Word por correo, es “difícil”, añadió. Su colegio sí cuenta con página institucional, pero hasta ahora solo está habilitada para informar de noticias.

Con estrés

Francesca Ruggiero, también estudiante de quinto año en el colegio Santo Tomás de Aquino, se siente “bastante estresada”.

“Son muchos trabajos que están mandado, todos al mismo tiempo y para el mismo día”, explicó la estudiante, quien tiene que entregar 16 actividades entre este viernes 20 y el lunes 23.

Al finalizar su último año de bachillerato, la joven piensa continuar sus estudios universitarios en España; sin embargo, le preocupa que la academia que la prepara para el examen de admisión al sistema universitario también suspendió clases por la cuarentena.

Por ahora está planificado que para los días 11 y 12 de junio, Ruggiero y otros aspirantes presenten la selectividad. A la fecha el panorama del examen no es muy claro. La estudiante espera que el estado español posponga las fechas del examen o considere, de manera excepcional la aplicación con las notas de bachillerato.

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