La principal fuente de las emisiones de efecto invernadero de Perú es la deforestación, donde cada año la pérdida de bosques en la Amazonía peruana libera a la atmósfera un promedio de 12,5 millones de toneladas métricas de carbono, equivalente al funcionamiento de unos 10 millones de automóviles.
Así lo determinó una investigación del Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP) publicada este martes, 9 de noviembre, donde se determinó que la deforestación causó la pérdida de más de 100 millones de toneladas métricas de carbono entre 2013 y 2020, similar a las emisiones provocadas por 80 millones de automóviles en un solo año.
En ese periodo de tiempo, la Amazonía peruana perdió más de 1,2 millones de hectáreas, con el 2020 como el peor año en la historia con cerca de 200.000 hectáreas, según las últimas estimaciones realizadas por el MAAP y la asociación civil Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR).
Entre las emisiones más grandes provocadas por la deforestación de la selva peruana están las 300.000 toneladas métricas emitidas por la empresa United Cacao, que de 2013 y 2016 deforestó ilegalmente casi 2.400 hectáreas para instalar una plantación de cacao a gran escala en el fundo Tamshiyacu.
Asimismo, la minería ilegal de oro que se practica en los ríos cercanos a la Reserva Nacional de Tambopata, en la sureña región de Madre de Dios, es responsable de la emisión de unas 800.000 toneladas métricas de carbono, además de contaminar las aguas con productos químicos y metales pesados como el mercurio.
Al mismo tiempo, las áreas naturales protegidas y las tierras bajo custodia de las comunidades indígenas salvaguardaron 3.200 millones de toneladas métricas de carbono entre 2013 y 2018, lo mismo que emiten 2.500 millones de automóviles en un solo año.
De esa cantidad, 56 % del carbono resguardado está en las reservas naturales y 44 % en los territorios titulados a nombre de los pueblos indígenas.
En estos casos, más de 210 millones de toneladas métricas de carbono fueron salvaguardadas eficazmente en el sur de la Amazonía peruana por tres áreas naturales protegidas colindantes como son el Parque Nacional del Manu, la Reserva Comunal Amarakaeri y Los Amigos, la primera concesión de conservación de Perú.
Asimismo, en el norte de la Amazonía, otras 200 millones de toneladas métricas de carbono, aproximadamente, están retenidas por el recientemente creado Parque Nacional de Yaguas y las áreas de conservación regional Ampiyacu-Apayacu y Maijuna Kichwa, en la región de Loreto, muy cerca de la frontera con Colombia.
Los investigación del MAAP es el resultado de combinar los datos de carbono sobre el suelo en imágenes de alta resolución obtenidos en 2014 por el Instituto Carnegie con la pérdida anual de bosques, identificada por el Programa Nacional de Conservación de Bosques (Geobosques) del Ministerio del Ambiente del Perú.
Según el MAAP, dentro de la proyección realizada hay subestimaciones, ya que los resultados no incluyen la degradación de los bosques, como por ejemplo la tala selectiva.
El MAAP, una iniciativa de la organización Conservación Amazónica, se dedica a observar el avance de la deforestación en la cuenca del Amazonas a través de imágenes por satélite y un sistema de alertas tempranas de pérdida de bosque.
La investigación cuenta con el apoyo de la NORAD (Agencia Noruega para Cooperación al Desarrollo, en inglés) y el ICFC (Fondo Internacional para la Conservación de Canadá, en inglés)
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La principal fuente de las emisiones de efecto invernadero de Perú es la deforestación, donde cada año la pérdida de bosques en la Amazonía peruana libera a la atmósfera un promedio de 12,5 millones de toneladas métricas de carbono, equivalente al funcionamiento de unos 10 millones de automóviles.
Así lo determinó una investigación del Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP) publicada este martes, 9 de noviembre, donde se determinó que la deforestación causó la pérdida de más de 100 millones de toneladas métricas de carbono entre 2013 y 2020, similar a las emisiones provocadas por 80 millones de automóviles en un solo año.
En ese periodo de tiempo, la Amazonía peruana perdió más de 1,2 millones de hectáreas, con el 2020 como el peor año en la historia con cerca de 200.000 hectáreas, según las últimas estimaciones realizadas por el MAAP y la asociación civil Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR).
Entre las emisiones más grandes provocadas por la deforestación de la selva peruana están las 300.000 toneladas métricas emitidas por la empresa United Cacao, que de 2013 y 2016 deforestó ilegalmente casi 2.400 hectáreas para instalar una plantación de cacao a gran escala en el fundo Tamshiyacu.
Asimismo, la minería ilegal de oro que se practica en los ríos cercanos a la Reserva Nacional de Tambopata, en la sureña región de Madre de Dios, es responsable de la emisión de unas 800.000 toneladas métricas de carbono, además de contaminar las aguas con productos químicos y metales pesados como el mercurio.
Al mismo tiempo, las áreas naturales protegidas y las tierras bajo custodia de las comunidades indígenas salvaguardaron 3.200 millones de toneladas métricas de carbono entre 2013 y 2018, lo mismo que emiten 2.500 millones de automóviles en un solo año.
De esa cantidad, 56 % del carbono resguardado está en las reservas naturales y 44 % en los territorios titulados a nombre de los pueblos indígenas.
En estos casos, más de 210 millones de toneladas métricas de carbono fueron salvaguardadas eficazmente en el sur de la Amazonía peruana por tres áreas naturales protegidas colindantes como son el Parque Nacional del Manu, la Reserva Comunal Amarakaeri y Los Amigos, la primera concesión de conservación de Perú.
Asimismo, en el norte de la Amazonía, otras 200 millones de toneladas métricas de carbono, aproximadamente, están retenidas por el recientemente creado Parque Nacional de Yaguas y las áreas de conservación regional Ampiyacu-Apayacu y Maijuna Kichwa, en la región de Loreto, muy cerca de la frontera con Colombia.
Los investigación del MAAP es el resultado de combinar los datos de carbono sobre el suelo en imágenes de alta resolución obtenidos en 2014 por el Instituto Carnegie con la pérdida anual de bosques, identificada por el Programa Nacional de Conservación de Bosques (Geobosques) del Ministerio del Ambiente del Perú.
Según el MAAP, dentro de la proyección realizada hay subestimaciones, ya que los resultados no incluyen la degradación de los bosques, como por ejemplo la tala selectiva.
El MAAP, una iniciativa de la organización Conservación Amazónica, se dedica a observar el avance de la deforestación en la cuenca del Amazonas a través de imágenes por satélite y un sistema de alertas tempranas de pérdida de bosque.
La investigación cuenta con el apoyo de la NORAD (Agencia Noruega para Cooperación al Desarrollo, en inglés) y el ICFC (Fondo Internacional para la Conservación de Canadá, en inglés)