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Albany Andara Meza | @AlbanyAndara
Foto por Mairet Chourio (@mairetchourio)El deslave ocurrido el 8 de octubre en Las Tejerías, en el estado Aragua, dejó a cientos de personas sin un hogar.
De acuerdo con cifras ofrecidas por Protección Civil, al menos 300 casas reportaron «pérdida total» y más de 700 resultaron afectadas. Algunos de los propietarios permanecen refugiados en la entidad, pero otros han optado por desplazarse algunos kilómetros a los cercanos Miranda o Guárico.
«Yo me estoy quedando en Curiepe (Miranda), con mi familia. Pero mi hermana está en un refugio en La Victoria, mientras esperamos que nos digan qué hacer. Quedamos sin nada», dijo a Efecto Cocuyo Alexis Eduardo Mora, de 37 años, quién perdió su casa en El Matadero, una zona que desapareció por completo, barrida por el agua.
El 27 de octubre el Ministerio de Comunicación e Información del gobierno de Nicolás Maduro indicó que se entregaron 234 viviendas en Nueva Esparta, Monagas, Aragua, Falcón y Yaracuy a los perjudicados. Un día después, el ministro de Hábitat y Vivienda, Ildemaro Villarroel, declaró públicamente que 378 casas debían ser demolidas en Las Tejerías.
Así mismo, el funcionario dijo que el 90 % de las familias que quedaron en la calle por el desbordamiento de cinco quebradas permanecían en «refugios solidarios». Es decir, en casas de amigos o parientes.
Hasta ahora, habitantes del pueblo aseguran que no todos han sido contactados para una reubicación y que no tienen información sobre ello. Algunos temen que, con la llegada de diciembre, su situación sea olvidada por el Estado.
Los registros oficiales apuntan a que 780 familias quedaron afectadas. Sin embargo, la ONG Cáritas de Venezuela afirma que la cifra asciende hasta 1.400.
El Matadero es ahora un terreno baldío donde algunas ruinas todavía no han sido removidas por el Ministerio de Obras Públicas, que trabaja en el lugar desde hace semanas. Antes era un animado y colorido mercado, pero ahora es tildado de «cementerio» por los locales, quienes afirman que hay decenas de muertos tapiados en el sitio.
Para el jueves 3 de octubre, Jeremías Barrios, de 69 años, observaba en silencio los escombros a su alrededor. Su nieto de siete años correteaba de un lado a otro, esquivando piedras, resbalando con el lodo y asomándose a las ventanas de viviendas repletas de tierra y parcialmente destrozadas.
«En un primer momento en la alcaldía me dijeron que me iban a asignar una casa. Me dijeron que había tres estados: Cojedes, Lara y Falcón. Yo al momento había dicho Cojedes, pero después mi familia me dijo que yo no conozco nada por ahí. Así que dije que me quería quedar en Aragua y me informaron que debía quedarme en un refugio para que me den una casita».
Jeremías Barrios, sobreviviente del deslave
El 8 de octubre de 2022, la casa familiar de Jeremías terminó llena de metros de barro e inhabitable. Poco se pudo salvar del interior.
«Ahorita nos estamos quedando con amigos. Yo vendía café, ahora no sé qué hacer. La cabeza no me da ni para eso», comentó Barrios.
Otras personas perjudicadas también se niegan a abandonar la entidad, debido que allí se encuentran sus trabajos, amigos y familiares.
«Comenzar de cero es más difícil en un estado que no conoces. ¿Cómo trabajas, por ejemplo? Imagina si tienes niños pequeños, hay que buscar escuela. No es sencillo», puntualizó Laura Ramírez, otra afectada.
Lea más en: Pueblo de huellas y ambulantes: Las Tejerías a un mes del deslave
El 28 de octubre, Villarroel señaló que ya existe un plan de acción aprobado por el gobierno oficialista, que comprende la construcción de 440 casas en el sector Caña de Azúcar, en el municipio Mario Briceño Iragorry, en la zona norte de Aragua, en los próximos seis meses. No obstante, no señaló quienes serán los beneficiarios ni dónde estarán refugiados durante ese período.
Magaly Colmenares, abuela de Evangelin Paulismar Rosas Ávila y Ángel Jeremías Semprum, dos de los niños fallecidos durante el deslave, contó a Efecto Cocuyo que su familia se encuentra a la deriva y sin vivienda luego de que su casa en el sector Castor Nieve Ríos terminara colapsando.
«No tenemos respuestas, en vista de que no aceptamos irnos a refugios. La respuesta inmediata se la están dando a los que sí se fueron», dijo Colmenares.
Magaly Colmenares, sobreviviente
Indicó que Milagros Ávila, la madre de Evangelin y Ángel, fue atendida por un psiquiatra en una oportunidad, pero que no hubo seguimiento a su caso. Agregó que se niegan a irse a refugios o a otras entidades. Ávila todavía sigue recuperándose por la pérdida de sus dos hijos y sufre de problemas de tensión, por lo que prefieren mantenerse en Aragua, donde aún le quedan parientes y amigos.
«En la casa en la que vivíamos había tres familias. A nosotros nos censó la gente de Somos Venezuela y luego nos mandaron a Protección Civil a que nos volvieran a censar. Del resto, no nos han dado ningún tipo de respuesta», reiteró Colmenares.
Aseguró que el único servicio que le garantizó el Estado fue el funerario, para sus nietos. El entierro se organizó el 11 de octubre de 2022.
«A mis otros nietecitos los tengo con mucha fiebre y diarrea, una epidemia se ha brotado ahí«, dijo.
Las labores de recuperación y remoción de escombros continúan realizándose en Las Tejerías. Así mismo, siguen habilitados refugios en La Victoria, específicamente en los gimnasios verticales, y en Maracay. Los propietarios de algunas de las viviendas que colapsaron se unen a las labores de limpieza en el pueblo, algunos para intentar salvar unos que otros enseres que pudo haber resistido el deslave.
De acuerdo con el gobierno, 54 personas perdieron la vida durante la también llamada Tragedia de Las Tejerías. No obstante, pobladores aseguran que hay más de 200 muertos no reconocidos por las autoridades.
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De acuerdo con cifras ofrecidas por Protección Civil, al menos 300 casas reportaron «pérdida total» y más de 700 resultaron afectadas. Algunos de los propietarios permanecen refugiados en la entidad, pero otros han optado por desplazarse algunos kilómetros a los cercanos Miranda o Guárico.
«Yo me estoy quedando en Curiepe (Miranda), con mi familia. Pero mi hermana está en un refugio en La Victoria, mientras esperamos que nos digan qué hacer. Quedamos sin nada», dijo a Efecto Cocuyo Alexis Eduardo Mora, de 37 años, quién perdió su casa en El Matadero, una zona que desapareció por completo, barrida por el agua.
El 27 de octubre el Ministerio de Comunicación e Información del gobierno de Nicolás Maduro indicó que se entregaron 234 viviendas en Nueva Esparta, Monagas, Aragua, Falcón y Yaracuy a los perjudicados. Un día después, el ministro de Hábitat y Vivienda, Ildemaro Villarroel, declaró públicamente que 378 casas debían ser demolidas en Las Tejerías.
Así mismo, el funcionario dijo que el 90 % de las familias que quedaron en la calle por el desbordamiento de cinco quebradas permanecían en «refugios solidarios». Es decir, en casas de amigos o parientes.
Hasta ahora, habitantes del pueblo aseguran que no todos han sido contactados para una reubicación y que no tienen información sobre ello. Algunos temen que, con la llegada de diciembre, su situación sea olvidada por el Estado.
Los registros oficiales apuntan a que 780 familias quedaron afectadas. Sin embargo, la ONG Cáritas de Venezuela afirma que la cifra asciende hasta 1.400.
El Matadero es ahora un terreno baldío donde algunas ruinas todavía no han sido removidas por el Ministerio de Obras Públicas, que trabaja en el lugar desde hace semanas. Antes era un animado y colorido mercado, pero ahora es tildado de «cementerio» por los locales, quienes afirman que hay decenas de muertos tapiados en el sitio.
Para el jueves 3 de octubre, Jeremías Barrios, de 69 años, observaba en silencio los escombros a su alrededor. Su nieto de siete años correteaba de un lado a otro, esquivando piedras, resbalando con el lodo y asomándose a las ventanas de viviendas repletas de tierra y parcialmente destrozadas.
«En un primer momento en la alcaldía me dijeron que me iban a asignar una casa. Me dijeron que había tres estados: Cojedes, Lara y Falcón. Yo al momento había dicho Cojedes, pero después mi familia me dijo que yo no conozco nada por ahí. Así que dije que me quería quedar en Aragua y me informaron que debía quedarme en un refugio para que me den una casita».
Jeremías Barrios, sobreviviente del deslave
El 8 de octubre de 2022, la casa familiar de Jeremías terminó llena de metros de barro e inhabitable. Poco se pudo salvar del interior.
«Ahorita nos estamos quedando con amigos. Yo vendía café, ahora no sé qué hacer. La cabeza no me da ni para eso», comentó Barrios.
Otras personas perjudicadas también se niegan a abandonar la entidad, debido que allí se encuentran sus trabajos, amigos y familiares.
«Comenzar de cero es más difícil en un estado que no conoces. ¿Cómo trabajas, por ejemplo? Imagina si tienes niños pequeños, hay que buscar escuela. No es sencillo», puntualizó Laura Ramírez, otra afectada.
Lea más en: Pueblo de huellas y ambulantes: Las Tejerías a un mes del deslave
El 28 de octubre, Villarroel señaló que ya existe un plan de acción aprobado por el gobierno oficialista, que comprende la construcción de 440 casas en el sector Caña de Azúcar, en el municipio Mario Briceño Iragorry, en la zona norte de Aragua, en los próximos seis meses. No obstante, no señaló quienes serán los beneficiarios ni dónde estarán refugiados durante ese período.
Magaly Colmenares, abuela de Evangelin Paulismar Rosas Ávila y Ángel Jeremías Semprum, dos de los niños fallecidos durante el deslave, contó a Efecto Cocuyo que su familia se encuentra a la deriva y sin vivienda luego de que su casa en el sector Castor Nieve Ríos terminara colapsando.
«No tenemos respuestas, en vista de que no aceptamos irnos a refugios. La respuesta inmediata se la están dando a los que sí se fueron», dijo Colmenares.
Magaly Colmenares, sobreviviente
Indicó que Milagros Ávila, la madre de Evangelin y Ángel, fue atendida por un psiquiatra en una oportunidad, pero que no hubo seguimiento a su caso. Agregó que se niegan a irse a refugios o a otras entidades. Ávila todavía sigue recuperándose por la pérdida de sus dos hijos y sufre de problemas de tensión, por lo que prefieren mantenerse en Aragua, donde aún le quedan parientes y amigos.
«En la casa en la que vivíamos había tres familias. A nosotros nos censó la gente de Somos Venezuela y luego nos mandaron a Protección Civil a que nos volvieran a censar. Del resto, no nos han dado ningún tipo de respuesta», reiteró Colmenares.
Aseguró que el único servicio que le garantizó el Estado fue el funerario, para sus nietos. El entierro se organizó el 11 de octubre de 2022.
«A mis otros nietecitos los tengo con mucha fiebre y diarrea, una epidemia se ha brotado ahí«, dijo.
Las labores de recuperación y remoción de escombros continúan realizándose en Las Tejerías. Así mismo, siguen habilitados refugios en La Victoria, específicamente en los gimnasios verticales, y en Maracay. Los propietarios de algunas de las viviendas que colapsaron se unen a las labores de limpieza en el pueblo, algunos para intentar salvar unos que otros enseres que pudo haber resistido el deslave.
De acuerdo con el gobierno, 54 personas perdieron la vida durante la también llamada Tragedia de Las Tejerías. No obstante, pobladores aseguran que hay más de 200 muertos no reconocidos por las autoridades.