Aún no llueve en la capital. Los arboles están desnudos y las hojas amarillas reposan en el piso. La vegetación está seca y se producen incendios forestales con mayor frecuencia. Una nube oscura de partículas arropa a la ciudad después de las quemas. La ciudadanía es vulnerable ante estos incendios, con mayor énfasis las comunidades aledañas a la vegetación.

“Hay aumento de los incendios forestales por la poca humedad en el suelo, el indice de radiación solar; la vegetación seca es de alta combustibilidad. Cualquier botella que esté en la vegetación actúa como lupa”, indicó Valdemar Andrade, profesor del Departamento de Hidrometerología de la Universidad Central de Venezuela.

Las llamas se mantienen en amenaza. La capital ha sufrido numerosos incendios en los más de tres meses que va de año, tanto en la vegetación en los urbanismos como en los parques nacionales. La ciudad estará vulnerable mientras no llueva.

“Toda Caracas está vulnerable. Este alto índice de combustibilidad en la vegetación hace que el bosque se incendie más rápido”, expresó el ingeniero.

Los más afectados son los residentes de zonas en los alrededores del Ávila. Al norte de la ciudad, de oeste a este las poblaciones con mayor vulnerabilidad, al estar junto a esta montaña, la mayor extensión vegetal de la capital, son:

Libertador: Plan Manzano, Blandín, Altos Cútira, Los Mecedores, El Retiro, Cotiza, Sarría y la Alta Florida; Chacao: Altamira y Los Palos Grandes; Sucre: Sebucán, Los Chorros, El Marqués, Terrazas del Ávila, Caucagüita y Altos de Parque Caiza.

Sin embargo, los incendios forestales llegaron dentro de la ciudad. Toda importante proporción de vegetación seca corresponde un riesgo, al ser combustible para potenciales incendios. El bosque de bambú, en el Country club se incendió el  8 de abril  y la vegetación en la autopista Prados del Este se quemó este 11 de este mes.

En todo marzo no llovió y en los últimos cinco meses las lluvias han estado por debajo del promedio. Las primeras lluvias empiezan en mayo. Esta temporada de sequía, que inició en noviembre, ha sido más intensa por la condición que nos encontramos en año del fenómeno del niño, que incrementa la sequía.

“Las lluvias en Caracas deberían comenzar la última semana de abril y comienzo de mayo.  A finales de mayo en Caracas se hace más evidente la lluvia. Normalmente hay una compensación de las lluvias, cuando hay una sequía más prolongada comienza a llover por encima del promedio”, indicó Andrade.

Problema socioambiental

Caracas está seca. El Ávila ya no es verde sino amarillo. Y la capital se mantiene bañada por la nube gris del calima. El aire se deteriora. Los ojos se irritan y las gargantas arden al entrar en contacto con estas partículas, que flotan en el ambiente. El biólogo y director de Fundación Tierra Viva, Alejandro Luy, indicó que los incendios forestales no es solo un problema de la naturaleza.

“Los incendios de vegetación no son sólo un problema para la naturaleza. Los ciudadanos están en una situación de vulnerabilidad. Especialmente en los parques nacionales, vemos cómo los incendios se convierten en un problema socioambiental”, expresó Luy.

“Las consecuencias de esta gran sequía, es la calima, que es polvo en suspensión, que afectan a las vías respiratorias, en especial a las personas alérgicas”, agregó.

Luy recomendó a quienes frecuentan y residen en las cercanías al Ávila, estar en vigilancia en estas épocas para alertar sobre los incendios de manera oportuna, porque las comunidades poco puede hacer ante estas llamas; deben remitirse a los bomberos forestales que, sin embargo, tienen una capacidad de respuesta limitada.

No obstante, el especialista destacó que los incendios forestales son responsabilidad de la mano del hombre, por acción u omisión. Los residuos abandonados en la vegetación son fuente de alimento para un incendio; o alguna fogata no apagada.

“Los incendios no son espontáneos son generados por el hombre. El material combustible está allí pero la llama que lo enciende la pone el hombre de manera accidental o intencional”, señaló.

El biólogo también resaltó que la alta cantidad de incendios que ha habido en la capital, son producto de la falta de planificación y la poca educación que hay sobre cómo evitar los incendios forestales.

“Si existiera planificación; hubiese limpieza de cortafuegos y matorrales, vigilancia y control y educación preventiva, entonces habrían menos incendios. Todos lo años hay sequía, eso no es una sorpresa”, aseguró.

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Fotos: Mairet Chourio.

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