En el centenario campus de Bárbula, donde la Universidad de Carabobo forjó durante generaciones un inestimable recurso humano, hoy sus estudiantes miran con estupor las bandas criminales que allí rivalizan con el propósito de fraguar su propia versión académica del delito.

El asesinato por encargo de un hombre ocurrido la tarde del lunes 15 de junio en los pasillos de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales avivó las habituales  controversias que suelen culminar en protestas estudiantiles. En ocasiones las autoridades atribuyen los pequeños hurtos y otros delitos contra la propiedad a nóveles hampones que habitan en los once barrios que circundan las instalaciones universitarias y que escogen a los estudiantes como sus víctimas predilectas en la culminación de sus cursos propedéuticos.

Por los avatares del destino, el campus de Bárbula quedó anclado en 326 hectáreas de terreno que con el paso de los años quedaron colindantes con la Variante Yagua-San Diego-Bárbula y la autopista Valencia-Puerto Cabello, en el municipio Naguanagua. Tales vías fueron elegidas por los piratas de carretera como sus lugares preferidos para robar gandolas y todo tipo de carga pesada.  Durante años la autonomía universitaria le permitió a esas bandas negociar el pago de rescate dentro de las instalaciones educativas.

Con el paso de los años a los desarmados y exiguos vigilantes se les hizo imposible lidiar con secuestradores, asaltantes de bancos y ladrones de quintas mientras custodiaban 7 facultades, 42 edificaciones, 15 pabellones, 11 laboratorios y cientos de vehículos. La anárquica situación provocó que los prolíficos delincuentes del barrio Vietnam reclamaran como suyos esos espacios y se desató la guerra entre bandas que mantiene a los universitarios como espectadores y víctimas colaterales.

Planes infructuosos

 En los últimos cuatro años numerosos planes y proyectos de seguridad se han ensayado en vano dentro de la UC. En 2012 se anunció la incorporación de un escuadrón conformado por 91 funcionarios adscritos a diferentes organismos de seguridad para tratar de expulsar las bandas que utilizaban el recinto universitario para desvalijar las escuelas y dejar abandonados cadáveres que transportaban desde otros lugares de Valencia.

Las autoridades regionales prometieron operaciones de sobrevuelo con helicópteros. La instalación de siete alcabalas móviles, patrullaje permanente, cierre de vías y calles durante las noches y fines de semana, la construcción de una gigantesca pared que separa la universidad de los barrios que fue bautizada por estudiantes como el “Muro de Berlín” han sido parte de los planes para tratar de mitigar la inseguridad.

Desde el año 2011 y después de un referéndum consultivo la UC se convirtió en la primera universidad de Venezuela en permitir el patrullaje armado dentro del campus. La inseguridad le ganó la batalla a la autonomía universitaria. El crimen de un estudiante había encendido las protestas.

En febrero de 2012 la UC suscribió un convenio con el Ministerio de Relaciones Interiores, la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Gobernación de Carabobo para la instalación de puntos de control. Semanas después los estudiantes volvieron a protestar por los constantes asaltos en las unidades de transporte, los robos de celulares, dinero en efectivo, prendas y laptops dentro de las aulas de clases. Los universitarios se quejan además por los enfrentamientos entre policías y delincuentes que se disputan el campus como una cabeza de playa.

Versiones encontradas

El general Arquímedes Herrera Ruso, secretario de Seguridad de la Gobernación de Carabobo, sostiene que gracias al patrullaje inteligente los delitos dentro de la casa de estudios superiores han disminuido en 90% respecto a años anteriores. El funcionario  sostiene que ha dado buenos resultados la labor mancomunada de diferentes organismos policiales encargados de la seguridad dentro de la UC. Dijo que el sector uno conformado por la Facultad de Ingeniería está a cargo de la Policía Municipal de Naguanagua; la zona dos y tres integrada por la Facultad de Ciencias Sociales, Ciencias de la Salud y Ciencias Jurídicas y Políticas está bajo la responsabilidad de la Policía de Carabobo; mientras que la Policía Nacional Bolivariana se encarga del tránsito interno y la Guardia Nacional Bolivariana del de Puente Bárbula.

La rectora de la UC, Jessy Divo de Romero, tras el asesinato ocurrido en el campus de Bárbula, admitió que el prometido patrullaje es intermitente e insuficiente. “Lo que se ha realizado hasta hoy con el dispositivo de seguridad, no es suficiente, demandamos más patrullaje y más permanencia de funcionarios porque este espacio es muy amplio”, dijo.

El Vicerrector Administrativo, José Ángel Ferreira, aseguró que los delitos dentro de la UC han disminuido entre 60% y 70%. Señaló que hasta hace algunas semanas se registraban cerca de 13 delitos semanales y que ahora, según el libro de novedades, sólo se reportan 3 o 4 hechos delictivos.

Ferreira sostiene que muchos planes han fracasado porque no han sido constantes y además por los altos costos que implican, como la construcción del célebre muro. Sin embargo, afirmó que se tiene previsto instalar una serie de cámaras de seguridad en diversos lugares para neutralizar las acciones criminales.

Representantes estudiantiles acudieron a la sede de la Gobernación de Carabobo para exigir a las autoridades que cumplan con la palabra empeñada. La dirigente estudiantil Albany Colmenares denunció que en dos años han sido asesinadas  más de seis personas dentro de la universidad y por ello cuestionó los operativos policiales que se han anunciado en la institución educativa, pues, a su juicio, han demostrado ser ineficientes.

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