A pesar de que con el tardío inicio de clases del periodo escolar 2021-2022 se perdió casi un mes de clases y de que la modalidad semipresencial trastocó el ritmo en el que se cumplen los objetivos pedagógicos, las autoridades del Ministerio de Educación no extenderán el calendario de actividades para compensar estas faltas, por lo que tendría 165 días de clases o menos de esta cifra.
Según explica el Observatorio Educativo de Venezuela, el año escolar 2021-2022 debió empezar el 16 de septiembre de 2021 y terminar el viernes 29 de julio del 2022, de acuerdo con el artículo 54 del Reglamento General de la Ley Orgánica de Educación (RGLOE). Sin embargo, las clases presenciales empezaron el 25 de octubre, más de un mes después de la fecha correspondiente, debido a que las escuelas aún no estaban preparadas para el regreso de los estudiantes.
De esta forma, según cálculos del Observatorio para este año escolar se contaban con 186 días hábiles correspondientes al primer período y 15 al segundo. Sin embargo, el período efectivo para las actividades de enseñanza quedaría reducido a 165 días, o menos.
Del mismo modo, aún se desconoce si el sistema 7+7 de la flexibilización de la cuarentena se retomará en enero, afectando la dinámica escolar. Igualmente, es posible que ocurra alguna suspensión de clases por días de asueto en Carnaval, Semana Santa, o eventos similares, tal como ha interrumpido durante años anteriores.
Además, según Olga Ramos, profesora y analista de políticas públicas en educación y miembro de la Asamblea de Educación, este calendario escolar debió estar ajustado a las limitaciones que impone el sistema de clases semipresenciales, pues los docentes tienen que destinar más tiempo a la enseñanza de nuevos temas y la aplicación de evaluaciones según la cantidad de subgrupos en los que fue divido cada salón.
Con este inicio tardío, que se postergó en varias oportunidades, se perdieron, al menos, los primeros 26 días hábiles del calendario escolar que tendrían que destinarse a actividades pedagógicas correspondientes al primer lapso.
El problema fundamental que ha generado esta situación es que este año escolar será considerablemente más corto que lo que indica la Ley Orgánica de Educación, porque el Ministerio de Educación ya entregó a las instituciones un calendario escolar que no contempla esta pérdida y que cerrará sus actividades en julio de 2022, como si nada hubiese pasado.
La estructura del año escolar, establecida en el artículo 54 de la Ley Orgánica de Educación, está programa sobre la base de 200 días hábiles, divididos en dos periodos: el primero tiene una duración mínima de 180 días hábiles y estará dedicado a las actividades de enseñanza.
“A la realización de pruebas de diagnósticos, desarrollo de los programas de estudio, el proceso de evaluación del rendimiento estudiantil y las demás actividades curriculares y administrativas“; el segundo periodo estará “dedicado a las actividades de administración escolar, pruebas de revisión, inscripción de nuevos alumnos, planificación y organización del año escolar, así como para actividades de actualización y mejoramiento profesional”, reza el artículo.
Según Ramos, esta situación es producto de que el Ministerio de Educación no haya planificado el regreso a clases presenciales en el año escolar 2021-2022 con suficiente anticipación.
“El Ministerio de Educación tenía que haber planificado las pautas generales del próximo año escolar antes de cerrar el año pasado: cómo iba a ser el proceso del nuevo año escolar, en términos de pedagogía y metodología, cómo iba a ser la distribución del tiempo durante el año escolar y tener listo el calendario antes de comenzar clases”, explica.
Además, denuncia que el despacho no informó oportuna y formalmente los cambios que se ejecutarían en el calendario escolar. Incluso, advierte que este entregó el calendario escolar hasta una semana después de que comenzaran las clases presenciales, afectando la planificación de los docentes activos.
De la misma forma, representantes del sector magisterial han denuncia que el regreso a las presenciales fue una decisión improvisada, pues para el 25 de octubre de octubre, fecha en la que arrancaron las clases, no se había garantizado acceso a las vacunas, servicios básicos e implementos de bioseguridad en las escuelas.
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A pesar de que con el tardío inicio de clases del periodo escolar 2021-2022 se perdió casi un mes de clases y de que la modalidad semipresencial trastocó el ritmo en el que se cumplen los objetivos pedagógicos, las autoridades del Ministerio de Educación no extenderán el calendario de actividades para compensar estas faltas, por lo que tendría 165 días de clases o menos de esta cifra.
Según explica el Observatorio Educativo de Venezuela, el año escolar 2021-2022 debió empezar el 16 de septiembre de 2021 y terminar el viernes 29 de julio del 2022, de acuerdo con el artículo 54 del Reglamento General de la Ley Orgánica de Educación (RGLOE). Sin embargo, las clases presenciales empezaron el 25 de octubre, más de un mes después de la fecha correspondiente, debido a que las escuelas aún no estaban preparadas para el regreso de los estudiantes.
De esta forma, según cálculos del Observatorio para este año escolar se contaban con 186 días hábiles correspondientes al primer período y 15 al segundo. Sin embargo, el período efectivo para las actividades de enseñanza quedaría reducido a 165 días, o menos.
Del mismo modo, aún se desconoce si el sistema 7+7 de la flexibilización de la cuarentena se retomará en enero, afectando la dinámica escolar. Igualmente, es posible que ocurra alguna suspensión de clases por días de asueto en Carnaval, Semana Santa, o eventos similares, tal como ha interrumpido durante años anteriores.
Además, según Olga Ramos, profesora y analista de políticas públicas en educación y miembro de la Asamblea de Educación, este calendario escolar debió estar ajustado a las limitaciones que impone el sistema de clases semipresenciales, pues los docentes tienen que destinar más tiempo a la enseñanza de nuevos temas y la aplicación de evaluaciones según la cantidad de subgrupos en los que fue divido cada salón.
Con este inicio tardío, que se postergó en varias oportunidades, se perdieron, al menos, los primeros 26 días hábiles del calendario escolar que tendrían que destinarse a actividades pedagógicas correspondientes al primer lapso.
El problema fundamental que ha generado esta situación es que este año escolar será considerablemente más corto que lo que indica la Ley Orgánica de Educación, porque el Ministerio de Educación ya entregó a las instituciones un calendario escolar que no contempla esta pérdida y que cerrará sus actividades en julio de 2022, como si nada hubiese pasado.
La estructura del año escolar, establecida en el artículo 54 de la Ley Orgánica de Educación, está programa sobre la base de 200 días hábiles, divididos en dos periodos: el primero tiene una duración mínima de 180 días hábiles y estará dedicado a las actividades de enseñanza.
“A la realización de pruebas de diagnósticos, desarrollo de los programas de estudio, el proceso de evaluación del rendimiento estudiantil y las demás actividades curriculares y administrativas“; el segundo periodo estará “dedicado a las actividades de administración escolar, pruebas de revisión, inscripción de nuevos alumnos, planificación y organización del año escolar, así como para actividades de actualización y mejoramiento profesional”, reza el artículo.
Según Ramos, esta situación es producto de que el Ministerio de Educación no haya planificado el regreso a clases presenciales en el año escolar 2021-2022 con suficiente anticipación.
“El Ministerio de Educación tenía que haber planificado las pautas generales del próximo año escolar antes de cerrar el año pasado: cómo iba a ser el proceso del nuevo año escolar, en términos de pedagogía y metodología, cómo iba a ser la distribución del tiempo durante el año escolar y tener listo el calendario antes de comenzar clases”, explica.
Además, denuncia que el despacho no informó oportuna y formalmente los cambios que se ejecutarían en el calendario escolar. Incluso, advierte que este entregó el calendario escolar hasta una semana después de que comenzaran las clases presenciales, afectando la planificación de los docentes activos.
De la misma forma, representantes del sector magisterial han denuncia que el regreso a las presenciales fue una decisión improvisada, pues para el 25 de octubre de octubre, fecha en la que arrancaron las clases, no se había garantizado acceso a las vacunas, servicios básicos e implementos de bioseguridad en las escuelas.