El presidente libanés, Michel Aoun, pidió este jueves, 24 de octubre, a los manifestantes que toman las calles del país desde el pasado jueves en demanda del fin del “régimen”, que dialoguen para que el cambio que reclaman se lleve a cabo a través de las instituciones y no en la calle.

En un discurso televisado al país, Aoun dijo que el cambio de “régimen” que exigen los manifestantes debe “llevarse a cabo a través las instituciones constitucionales y no a través de la calle”, puesto que “sin diálogo nada puede ser resuelto”.

Los manifestantes cumplen este jueves una semana de protestas contra el régimen confesional, en que los principales cargos del Estado están repartidos entre las 18 comunidades religiosas reconocidas, lo que sitúa al país en un imposible juego político con un Gobierno en el que hay ocho partidos de distinto signo político.

En sus protestas exigen el final del Gobierno y de la corrupción y que se vayan todos los políticos que han llevado al Líbano a ser uno de los países más endeudados del mundo, con unos 86.000 millones de dólares, alrededor del 150% del PIB, de deuda.

“He escuchado la voz de los manifestantes y les pido que envíen una delegación para que me presenten sus reivindicaciones y yo les explique la situación en la que se encuentra el país”, aseguró Aoun.

“Vuestro grito no será en vano”, prometió el presidente libanés, que recordó que desde que asumió sus responsabilidades como presidente se comprometió a “preservar el Líbano” y “luchar de modo enérgico contra la corrupción”.

Los manifestantes protestan. Miles de personas continúan las protestas en Beirut y en las principales ciudades y localidades del Líbano exigiendo la caída del Gobierno a pesar de que el primer ministro, Saad Hariri, anunció una batería de reformas económicas con el nuevo presupuesto.

Con este paquete de medidas, el Gobierno pretende atajar los cortes de electricidad, en un país que veintinueve años después del término de la guerra (1975-1990) no consigue suministrar agua y luz de forma fluida a los ciudadanos.

Respecto a las reformas de Hariri, Aoun aseguró que es una “primera etapa para salvar el Líbano del colapso, pero debe estar acompañado de leyes que deben aplicarse”.

El Ejército libanés afirmó ayer que apoya las demandas de los manifestantes, pero se opone al bloqueo de las carreteras, cortadas por los manifestantes con contenedores de basura o neumáticos en llamas.

Ayer, las Fuerzas Armadas comenzaron a abrir algunas carreteras produciéndose choques en Zuk y Jal el Dib (centro) resultando 22 heridos, de los cuales 20 fueron tratados en el lugar, según la Cruz Roja Libanesa.

El presidente libanés pidió a los manifestantes que abrieran el paso a los puntos de concentración, puesto que “al igual que se respeta la libertad de expresión, debe hacerse con la libre de circulación”, aseveró en el discurso.

Las protestas comenzaron después de que el Gabinete de Ministros anunciara su intención de tasar las llamadas gratuitas a través de servicios de mensajería por internet como WhatsApp.

EFE

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