Concluyó el Sínodo sobre la familia y el papa Francisco se mostró confiado en que dará “muchos frutos”. Fueron tres semanas de continuo trabajo, en la que cardenales y obispos se reunieron en una asamblea para tratar los desafíos que plantean a la Iglesia las nuevas situaciones familiares.

Los 94 puntos del documento se aprobaron con la mayoría de dos tercios requeridos para cada uno. La principal novedad era, la solución del “discernimiento”, el análisis caso por caso del los divorciados vueltos a casar para su acceso a los sacramentos prohibidos al encontrarse en pecado grave. Se generaron duros enfrentamientos en este punto, tal como ocurrió en el Sínodo extraordinario celebrado en octubre de 2014.

La “misericordia” es una de las palabras más usadas en el documento final sobre la acogida de las familias heridas o las nuevas situaciones familiares como los divorciados. En el escrito la Iglesia se presenta más tolerante y reivindica su papel de ser misericordiosa y acoger a todos como demuestra cuando habla de “valorar las señales de amor” que existen también en otro tipo de situaciones familiares como las convivencias o los matrimonios civiles.

Y aunque se pide que todas estas situaciones “sean afrontadas de manera positiva”, se instará a que se conviertan en un camino hacia el matrimonio católico. Una de las frases claves del documento es aquella que pide ante las diferentes situaciones que la Iglesia “acompañe incluso quedando en silencio” y tenga “una mirada respetuosa y llena de compasión” ante todos.

Otro tema que tanto dio que hablar en el anterior Sínodo de la familia fue el acercamiento de la Iglesia a los homosexuales y en esta ocsasión poco se trató. La discusión quedó recogida en un solo punto, en el que se explica que “cada persona, independientemente de su propia tendencia sexual, tiene que ser respetada en su dignidad, y acogida con respeto, con el cuidado de evitar cualquier marca de injusta discriminación”.

Francisco recordó este domingo 25 de septiembre que “sínodo” significa “caminar juntos” y que lo que se ha vivido en estos días “ha sido la experiencia de la iglesia en camino, en camino especialmente con las familias del Pueblo de Dios”.

El papa hizo referencia a las “imágenes de los refugiados en marcha por los carreteras de Europa” y aseguró que “estas familias que tanto han sufrido, desarraigadas de sus tierras han estado muy presentes en la asamblea” y aseguró que “la Iglesia no les abandona”.

Con este mensaje en el Ángelus y la misa de clausura en la basílica de San Pedro, concluyó el Sínodo de los obispos sobre la familia que comenzó el pasado 4 de octubre.

Durante la homilía de la misa, Francisco aseguró que “las situaciones de miseria y de conflicto son para Dios ocasiones de misericordia” y exclamo: “¡Hoy es el tiempo de la misericordia!”. El santo Padre culminó con el agradecimiento a los obispos “por el camino” que se ha compartido en estos días “en busca de las sendas que el Evangelio indica a nuestro tiempo para anunciar el misterio de amor de la familia”.

El papa ya aseguró este sábado 24 de octubre en su discurso final en el Sínodo que: “El primer deber de la Iglesia no es distribuir condenas o anatemas sino proclamar la misericordia de Dios, de llamar a la conversión y de conducir a todos los hombres a la salvación del Señor”.

Con información y foto de EFE

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