Jacob Blake: estallido anunciado en Kenosha por violencia policial
Jacob Blake: estallido anunciado en Kenosha por violencia policial (Foto: DW)

 Raras veces aparecen en primera plana nombres de ciudades generalmente desconocidas que nunca antes dieron el más mínimo indicio de que un evento de gran magnitud podría pasar allí. Christchurch, por ejemplo, una ciudad pacífica en la Isla Sur de Nueva Zelanda, que, de forma bastante inesperada, se convirtió en el escenario de un ataque terrorista a una mezquita, que dejó 51 muertos.

Hace apenas una semana, casi nadie conocía Kenosha, una tranquila ciudad de 100.000 habitantes en el estado de Wisconsin, cuyo nombre es de origen indio. Hoy en día, el mundo entero ha escuchado de Kenosha.

Se ha vuelto conocida por el racismo y la violencia policial, la quema de edificios y coches en llamas, y las manifestaciones en curso con dos muertos. ¿Era esto realmente impredecible en Kenosha? No, aquí la violencia contra el afroamericano Jacob Blake fue la gota que derramó el vaso.

Larga tradición de opresión

“No me sorprende en especial lo que ocurrió en Kenosha”, dice Christy Clark-Pujara, que enseña en el Departamento de Estudios Afroamericanos de la Universidad de Wisconsin-Madison. Durante años hubo tensiones entre la policía y la comunidad negra que inevitablemente condujeron a un triste clímax como los siete disparos realizados a Blake, de 29 años.

Para Clark-Pujara, sin embargo, lo que está sucediendo en Kenosha tiene su origen mucho antes. Hace casi 200 años, Wisconsin se consideraba un refugio para muchas personas que habían escapado de la esclavitud y necesitaban ayuda para llegar a Canadá.

“Si intentaban escapar de la esclavitud y atravesar Wisconsin, podían encontrar ayuda. Pero si trataban de establecerse en Wisconsin y vivir sus vidas como personas negras libres, eran marginados”, explica Clark-Pujara.

El mito del norte antirracista

En su más reciente artículo sobre cómo el mito del norte liberal puso bajo lo sombra la larga historia de violencia blanca en EEU., Clark-Pujara refuta la afirmación de que los vencedores de la Guerra Civil estadounidense, que abolieron la esclavitud en 1865, estén libres de racismo.

“La gente en el medio oeste no entiende su historia de racismo”, dice la historiadora, razón por la cual los actuales eventos de Kenosha eran predecibles. “Estas cosas parecen salir de la nada o ser nuevas, pero son un reflejo de lo que siempre hemos sido”, asegura.

En 1848, se aprobó en Wisconsin una versión de la Constitución del estado que solo permitía votar a los hombres blancos. Un proyecto de ley que pedía un referéndum sobre el sufragio de los hombres negros fue rechazado. Incluso hoy, según Clark-Pujara, “algunas de las peores diferencias entre blancos y negros en EE.UU. todavía existen en el medio oeste”.

El medio oeste, sinónimo de gran desigualdad

Los estados de Dakota del Norte y del Sur, Nebraska, Kansas, Minnesota, Iowa, Missouri, Illinois, Michigan, Indiana, Ohio y también Wisconsin encabezan las estadísticas cuando se trata de la mayor diferencia de desempleo entre blancos y negros. La tasa de pobreza concentrada entre la población negra también es mayor en el medio oeste. Una mezcla explosiva también en Kenosha, donde uno de cada nueve habitantes es negro.

El racismo hierve a fuego lento bajo la superficie de la ciudad, y, a veces, se vive incluso abiertamente. En 2016, un estudiante se disfrazó de miembro del Ku Klux Klan para una actuación escolar. Para algunos, esto es solo una broma de mal gusto, pero la crispación es obvia: 15 grupos que propagan el odio, incluyendo organizaciones nacionalistas y neonazis, están presentes en Wisconsin y están siendo procesados por la Justicia.

Cámaras corporales para la Policía

Y también hay una fuerza policial que, hasta ahora, ha evadido con éxito cualquier control: en 2017, la ciudad aprobó por unanimidad una resolución que recomienda el uso de cámaras corporales. Los activistas de derechos civiles habían pedido durante años el uso de “cámaras corporales” para monitorear y, al mismo tiempo, reducir al mínimo las agresiones violentas.

Sin embargo, la medida no se ha implementado hasta la fecha. Los funcionarios señalan que los costos de adquisición son elevados. Ahora, el alcalde de Kenosha, John Antaramian, ha confirmado que las cámaras corporales están incluidas en el presupuesto de 2022.

Las “cámaras corporales” también podrían ayudar a la población blanca. En 2004, Michael Bell, un joven blanco de 21 años, fue asesinado a tiros por la policía delante de su familia. Inicialmente, las autoridades trataron de encubrir el incidente, y los oficiales involucrados fueron absueltos después de una investigación interna. Más tarde, la familia de Bell ganó una demanda contra la ciudad. Desde 2014, las muertes en las que intervienen agentes de policía son investigadas más de cerca.

Los agentes que dispararon a Jacob Blake siete veces en la espalda a corta distancia fueron suspendidos.

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