Foto: CARL DE SOUZA-AFP

El balance publicado este lunes 9 de enero sobre los hechos sucedidos este domingo en Brasil, arroja «perdidas incalculables» en bienes, particularmente en obras de artes, muchas de ellas «irreparables».

Pinturas, esculturas y muebles históricos que estaban en el Congreso y el Supremo Tribunal Federal, sufrieron daño. El informe señala que estos no se limitaron a las obras que decoraban los salones del Palacio presidencial de Planalto, propietario de una de las principales colecciones de arte modernista brasileño del país.

Desde la monumental obra «As mulatas», del pintor brasileño Di Cavalcante, hasta un reloj de péndulo que el rey Juan VI de Portugal recibió de regalo del monarca francés Luis XIV en el siglo XVIII figuran en las listas de obras destruidas o damnificadas por los seguidores del expresidente Jair Bolsonaro, reseña Efe.

«Los terroristas que invadieron el Palacio de Planalto depredaron y destruyeron parte importante del acervo artístico y arquitectónico allí reunido y que representa un capítulo importante de la historia nacional», según un comunicado de la Presidencia emitido este lunes.

La tarde de este domingo 8 de enero simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro, tomaron las calles exigiendo un golpe militar para deponer al actual presidente Luiz Inácio “Lula” Da Silva. Tomaron en simultáneo las sedes de los poderes públicos ubicados en Brasilia, capital del país amazónico. 

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Tras semanas sostenidas de protestas y amenazas de que impedirían el ascenso al poder de Lula los manifestantes que apoyan radicalmente a Jair Bolsonaro, se enfrentaron a la policía, la desbordaron y lograron ingresar a las sedes de los poderes públicos. 

El director de Curaduría de los Palacios Presidenciales, Rogerio Carvalho reconoció que «el valor de lo que fue destruido es incalculable debido a la historia que representa», aunque manifestó la posibilidad de  recuperación de la mayoría de las obras, aunque sería «costoso».

Carvalho tan solo considera «muy difícil» la restauración del reloj que pertenecía al rey Juan VI, cuyo autor es el relojero francés Balthazar Martinot y de cuyas producciones tan solo queda otra exhibida en el Palacio de Versalles.

Daños arquitectónicos

Los actos vandálicos también provocaron daños arquitectónicos a las tres edificaciones creadas por el brasileño Óscar Niemeyer.

Los enormes ventanales de los tres palacios fueron totalmente destruidos y varias columnas y paredes, además de haber sufrido golpes fueron vandalizadas con aerosol.

«Bandeira do Brasil» (1995), del brasileño Jorge Eduardo, que fue encontrada flotando en un charco que inundó el primer piso de la Presidencia luego de que los vándalos dejaran abiertos los hidrantes.

La pintura «As mulatas» de Di Cavalcanti, valorada en cerca de 1,5 millones de dólares y que decora el Salón Noble del Palacio de Planalto a pocos metros del despacho de Lula, fue rasgada con objetos cortantes en siete partes.

La escultura «O Flautista», de Bruno Jorge y evaluada en unos 50.000 dólares, fue totalmente destruida, mientras que una escultura en madera de Frans Krajcberg fue despedazada y sus partes quedaron esparcidas en varios lugares.

La lista de obras damnificadas también incluye la mesa de trabajo del presidente Juscelino Kubitscheck (1956-1961), quien planeó y fundó Brasilia, y la escultura «Venus Apocalíptica», de la argentina Marta Minujín.

Todas las fotografías que estaban en la galería de expresidentes de Brasil fueron retiradas de la pared y quebradas.

En la sede del Congreso la lista incluye el vitral «Araguaia», de Marianne Peretti, que decoraba el Salón Verde de la Cámara baja y que fue totalmente destruido; la escultura en bronce «A bailarina», de Victor Brecheret y que fue registrada como desaparecida, y una escultura de Athos Bulcão.

Del Legislativo también fueron robados todos los regalos de autoridades extranjeras que estaban expuestos en vitrinas y hasta un balón de fútbol con el autógrafo del famoso atacante Neymar y que formaba parte de una exposición sobre el Mundial de Qatar 2022.

En la sede del Supremo fueron atacadas la escultura monumental «A Justiça», de Alfredo Ceschiatti, manchada con aerosoles; las esculturas de personalidades históricas que estaban en el «Hall de los Bustos»; y un tapete que perteneció a la Princesa Isabel, hija del emperador Pedro II de Brasil.

Igualmente en el edificio de la corte fueron destruidas las sillas usadas por los magistrados y diseñadas por el arquitecto Jorge Zalszupin y el histórico blasón de la República que decoraba la pared principal del plenario del tribunal. 

Con información de Efe

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