El encarecimiento de los precios energéticos derivados de la carestía del gas y el impacto de la guerra rusa en Ucrania sigue arrastrando a la inflación en la Unión Europea a niveles máximos después de que en marzo alcanzara la cota de 7,5 %, casi dos puntos más que en el mes anterior.
Los datos preliminares publicados este viernes, 1 de abril, por la oficina de estadística comunitaria Eurostat vuelven a señalar a la energía como el principal factor del incremento de los precios, con una expansión de 44,7 % si se compara con el mismo mes del año anterior.
Este alza supone una importante aceleración con respecto a febrero, mes que todavía no recogió los efectos de la guerra y en el que el aumento del precio de la energía fue diez puntos inferior (32 %).
Pero la energía va acompañada de aumentos en otras categorías de productos, como alimentos, alcohol y tabaco, cuyo precio tomados en conjunto aumentó 5 % en marzo, desde 4,2 % que se había observado un mes antes.
Dentro de este grupo, destacan los alimentos sin procesar, con un crecimiento anual de los precios de 7,8 % a pesar de que en noviembre del pasado año apenas llegaba a 2,5 %.
Los bienes industriales no energéticos y los servicios, por su parte, también contribuyen al alza del nivel general de precios, pero con incrementos más moderados (de 3,4 % en el primer caso y de 2,7 % en el segundo).
Aunque la inflación subyacente -que no tiene en cuenta energía y alimentos por ser más volátiles- se situó en marzo en 3 %, los datos aumentan la presión sobre el Banco Central Europeo (BCE), que tiene el mandato de mantener el incremento de los precios en torno a 2 % en el medio plazo.
La presidenta de la institución, Christine Lagarde, destacó este miércoles en una conferencia organizada por el Banco Central de Chipre que, desde junio, la energía y los alimentos explican «alrededor de dos tercios de la inflación» en la zona euro.
La francesa ve, en particular, tres factores que seguirán empujando al alza la inflación y el primero es precisamente la energía, cuyos precios «se espera que sean más altos durante más tiempo», con el gas un 52 % más caro y el petróleo 64 % desde inicios de año.
El segundo factor es la «presión» sobre los precios de los alimentos, puesto que Rusia y Ucrania representan juntos el 30 % de las exportaciones globales de trigo, según Lagarde, para quien la tercera explicación para unos precios altos estos meses es que persistirán los problemas de suministro en algunos sectores.
Con respecto al desglose por socios del euro de los datos ofrecidos por Eurostat este viernes, Lituania se sitúa como el país con una mayor inflación, de 15,6 %, y junto con Estonia (14,8 %), Países Bajos (11,9 %) y Letonia (11,2 %) forma el grupo de cuatro socios del euro con un crecimiento anual de los precios de dos dígitos.
Por detrás se encuentran España (9,8 %), Eslovaquia (9,5 %), Bélgica (9,3 %), Grecia, (8 %), Luxemburgo (7,9 %) o Alemania (7,6 %), todos ellos con datos superiores a la media de la zona euro.
Por debajo del promedio de los Diecinueve se sitúan Italia (7 %), Irlanda (6,9 %), Austria (6,7 %), Chipre (6,2 %) y Eslovenia (6 %).
Por último, los países del euro que menor incremento de su inflación registraron en marzo fueron Finlandia (5,6 %), Portugal (5,5 %), Francia (5,1 %) y Malta (4,6 %).
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El encarecimiento de los precios energéticos derivados de la carestía del gas y el impacto de la guerra rusa en Ucrania sigue arrastrando a la inflación en la Unión Europea a niveles máximos después de que en marzo alcanzara la cota de 7,5 %, casi dos puntos más que en el mes anterior.
Los datos preliminares publicados este viernes, 1 de abril, por la oficina de estadística comunitaria Eurostat vuelven a señalar a la energía como el principal factor del incremento de los precios, con una expansión de 44,7 % si se compara con el mismo mes del año anterior.
Este alza supone una importante aceleración con respecto a febrero, mes que todavía no recogió los efectos de la guerra y en el que el aumento del precio de la energía fue diez puntos inferior (32 %).
Pero la energía va acompañada de aumentos en otras categorías de productos, como alimentos, alcohol y tabaco, cuyo precio tomados en conjunto aumentó 5 % en marzo, desde 4,2 % que se había observado un mes antes.
Dentro de este grupo, destacan los alimentos sin procesar, con un crecimiento anual de los precios de 7,8 % a pesar de que en noviembre del pasado año apenas llegaba a 2,5 %.
Los bienes industriales no energéticos y los servicios, por su parte, también contribuyen al alza del nivel general de precios, pero con incrementos más moderados (de 3,4 % en el primer caso y de 2,7 % en el segundo).
Aunque la inflación subyacente -que no tiene en cuenta energía y alimentos por ser más volátiles- se situó en marzo en 3 %, los datos aumentan la presión sobre el Banco Central Europeo (BCE), que tiene el mandato de mantener el incremento de los precios en torno a 2 % en el medio plazo.
La presidenta de la institución, Christine Lagarde, destacó este miércoles en una conferencia organizada por el Banco Central de Chipre que, desde junio, la energía y los alimentos explican «alrededor de dos tercios de la inflación» en la zona euro.
La francesa ve, en particular, tres factores que seguirán empujando al alza la inflación y el primero es precisamente la energía, cuyos precios «se espera que sean más altos durante más tiempo», con el gas un 52 % más caro y el petróleo 64 % desde inicios de año.
El segundo factor es la «presión» sobre los precios de los alimentos, puesto que Rusia y Ucrania representan juntos el 30 % de las exportaciones globales de trigo, según Lagarde, para quien la tercera explicación para unos precios altos estos meses es que persistirán los problemas de suministro en algunos sectores.
Con respecto al desglose por socios del euro de los datos ofrecidos por Eurostat este viernes, Lituania se sitúa como el país con una mayor inflación, de 15,6 %, y junto con Estonia (14,8 %), Países Bajos (11,9 %) y Letonia (11,2 %) forma el grupo de cuatro socios del euro con un crecimiento anual de los precios de dos dígitos.
Por detrás se encuentran España (9,8 %), Eslovaquia (9,5 %), Bélgica (9,3 %), Grecia, (8 %), Luxemburgo (7,9 %) o Alemania (7,6 %), todos ellos con datos superiores a la media de la zona euro.
Por debajo del promedio de los Diecinueve se sitúan Italia (7 %), Irlanda (6,9 %), Austria (6,7 %), Chipre (6,2 %) y Eslovenia (6 %).
Por último, los países del euro que menor incremento de su inflación registraron en marzo fueron Finlandia (5,6 %), Portugal (5,5 %), Francia (5,1 %) y Malta (4,6 %).