Un yihadista del Estado Islámico (EI) conocido como Abdelrahman al Iraqi murió en una operación en la provincia meridional siria de Deraa, el pasado mes de octubre, un hecho que pasó sin pena ni gloria hasta que este viernes se confirmó que se trataba en realidad del «califa» Abu al Hasan al Qurashi.

En un audio que difundió hace dos días la productora afín Al Furqan, el EI anunció la muerte de su líder sin precisar siquiera la ubicación geográfica, lo que levantó una tormenta de rumores sobre las circunstancias de la eliminación y por qué sus autores habrían dejado pasar la oportunidad de anotarse el tanto.

Quién era Al Qurashi

Los dos predecesores de Al Qurashi habían muerto en sendas operaciones de Estados Unidos en la provincia de Idlib, el último bastión opositor en el noroeste de Siria, y sus fallecimientos habían sido anunciados a bombo y platillo.

Sin embargo, en esta ocasión Washington se desvinculó de la hazaña y, horas después del anuncio del Estado Islámico, informó de que el último líder yihadista había muerto «a mediados de octubre» en una operación llevada a cabo por grupos rebeldes en la provincia de Deraa.

Este 2 de diciembre, el Ejército sirio se subió al tren al adjudicarse la operación que acabó con la vida del líder en la localidad de Yasim, en Deraa, de acuerdo con la agencia oficial de noticias siria SANA, desarrollada el 15 de octubre «con el apoyo de grupos locales y civiles».

Una doble identidad

La reclamación de autoría ha servido para reafirmar la doble identidad de Al Iraqi, pese a que la versión gubernamental se contradice con la de los activistas que atribuyen el hito a las facciones locales o incluso niegan la participación de Damasco en la campaña antiterrorista, acusándola de oportunista.

La agencia SANA, citando a una fuente de seguridad de Deraa, afirmó que Al Iraqi y Al Qurashi son la «misma» persona.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una ONG con sede en el Reino Unido y una amplia red de colaboradores sobre el terreno, sacó ayer un comunicado diciendo que sólo tenía constancia de un par de operaciones en Deraa el 14 y 17 de octubre.

Según la nota, el día 14 de ese mes un líder del EI conocido como Abdelrahman al Iraqi se hizo explotar después de que facciones locales rodeasen su vivienda en Yasim, pero el director del Observatorio, Rami Abderrahman, reconoció a Efe que no podían confirmar si se trataba de Al Qurashi o no.

Parece que nadie sabía que este individuo era en realidad el máximo líder del Estado Islámico, ni siquiera aquellos que lograron eliminarle.

«Sobre su verdadera personalidad, no sabíamos que él mismo era el líder del EI. Sólo sabíamos que era el líder de un grupo en Deraa, yo también me sorprendí», explicó hoy a EFE Mohammed Alasakra, de Horan Free Media, una red de periodistas-activistas locales centrada en divulgar la realidad social y abusos en el sur de Siria.

Horan Free Media fue de los primeros en asegurar que «Al Qurashi es ‘Abdelrahman al Iraqi’, alias ‘La Espada de Bagdad'», quien murió el 17 de octubre cuando combatientes locales hicieron detonar la casa en la que permanecía atrincherado con otros dos líderes de la formación terrorista, dijeron ayer en un artículo.

«Ninguna de las personas que estaban luchando contra las células del EI en Yasim creía que Abu Abdelrahman al Iraqi era el mismo que el líder del EI Al Qurashi», dijo Alasakra, al aclarar que el sujeto no se inmoló, sino que murió a causa de la explosión provocada.

Total desconocido

Del «califa», que fue nombrado el pasado marzo, no se sabía virtualmente nada y en su tiempo como líder del EI nunca emitió un discurso de forma pública.

De acuerdo con Horan Free Media, había llegado a la zona unos meses antes de la operación, se casó con una vecina de Yasim y adquirió una serie de casas y granjas a través de su nuevo cuñado, identificado como Rami Faleh al Saljadi.

Aunque el grupo yihadista fue derrotado territorialmente en Siria en marzo de 2019, todavía mantiene células en activo principalmente en el vasto desierto de Badia, que se extiende por áreas de varias provincias del país y les proporciona escondrijos a los que huir tras sus ataques.

Alasakra afirmó que la célula de Yasim estaba formada por al menos un centenar de integrantes, varios de los cuales murieron en una serie de operaciones en su contra, mientras que la mayoría huyeron hacia las áreas controladas por las fuerzas de Damasco o hacia puntos desconocidos.

«Querían volver a imponer su control sobre el área, pero afortunadamente la gente de Deraa los expulsó», concluyó. 

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