No es tan fácil como parece. Con la posible expulsión de Rusia del sistema de transferencias Swift sobre la mesa, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) evalúan lo que significaría la medida en favor de sus intereses y una desescalada del conflicto en Ucrania, país que se enfrenta a una invasión por parte de Rusia desde el 24 de febrero.
Swift es el acrónimo (en inglés) de Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales, un servicio que conecta más de 11 mil instituciones para facilitar las transferencias, según explicó The New York Times.
Empezó a funcionar en 1973 y, durante estos años de trayectoria, se ha visto implicado en conflictos diplomáticos a pesar de sus esfuerzos por consolidarse como una herramienta apolítica del sistema financiero.
La última vez que se le negó el acceso al Swift a un país fue en el año 2012, cuando se expulsaron hasta 30 instituciones iraníes para cumplir con las sanciones impuestas por la UE. Los servicios se reanudaron en 2015 y se volvieron a suspender en el gobierno de Trump.
Según la Asociación Nacional Rusa Swift, consultada por el medio Al Jazeera, Rusia tiene alrededor de 300 instituciones financieras dentro del sistema, lo que representa más de la mitad de sus organizaciones dedicadas al área.
Uno de los voceros de la Federación Rusa, Nikolay Zhuravlev, dijo en enero a la Agencia de Noticias Rusa (Tass) que si se desconecta a Rusia del sistema, no podrán recibir divisas y sus compradores, muchos de ellos europeos, no recibirán algunos de sus productos más importantes, como petróleo y gas.
Agregó que si bien es el sistema Swift es conveniente, no es la única manera de transferir dinero. Además, la medida necesitaría la aprobación unánime de los miembros del sistema.
Países de la UE, como Alemania y Austria, entre otros, han cuestionado esa medida porque también tendría consecuencias para los países europeos. Austria, Hungría y Alemania dependen en gran medida del gas natural ruso y en caso de desconectar a ese país de Swift ya no podrían pagar las facturas de importación.
Especialistas consultados por The New York Times explican que aplicar la medida no es tan simple como parece debido al tamaño de Rusia y su posición en la economía mundial.
Adam M. Smith, exfuncionario en materia de sanciones del Departamento del Tesoro durante la administración de Barack Obama, comentó que quizás Estados Unidos y Europa buscarán maneras de exentar a ciertos sectores rusos, pero es posible que las medidas tengan consecuencias imprevistas, como una decisión de Rusia que “trastorne” los mercados globales.
La investigadora invitada de la Universidad George Washington, María Snegovaya, dijo que desconectar a Rusia del Switf no será tan grave como lo imaginan los países de occidente. El país desarrolla su propio sistema de mensajería financiera desde 2014, cuando Estados Unidos amenazó con más sanciones.
Tras varios días de resistencia, el Gobierno austríaco accedió el pasado viernes, 25 de febrero, a dar su visto bueno a expulsar a Rusia de Swift.
El Gobierno de Hungría desmintió este sábado, 26 de febrero, estar bloqueando una decisión a nivel de la UE sobre la expulsión de Rusia del sistema de pagos Swift, como alegan algunos medios internacionales. Horas antes, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, instó a Alemania y Hungría a apoyar la desconexión de Rusia del sistema.
El ministro de Exteriores, Péter Szijjártó, dijo en un mensaje colgado en Facebook que esos medios «mienten» cuando dicen que «Hungría está bloqueando algunas de las sanciones contra Rusia, por ejemplo, en relación con el sistema Swift».
Mientras, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, confirmó la postura húngara en un mensaje de Twitter. «Hoy he vuelto a hablar con el Primer Ministro húngaro V. Orban. Y una vez más me aseguró su apoyo a las sanciones de gran alcance contra Rusia. Esto incluye el bloqueo del sistema Swift», dijo el mandatario polaco.
Con información de EFE
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No es tan fácil como parece. Con la posible expulsión de Rusia del sistema de transferencias Swift sobre la mesa, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) evalúan lo que significaría la medida en favor de sus intereses y una desescalada del conflicto en Ucrania, país que se enfrenta a una invasión por parte de Rusia desde el 24 de febrero.
Swift es el acrónimo (en inglés) de Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales, un servicio que conecta más de 11 mil instituciones para facilitar las transferencias, según explicó The New York Times.
Empezó a funcionar en 1973 y, durante estos años de trayectoria, se ha visto implicado en conflictos diplomáticos a pesar de sus esfuerzos por consolidarse como una herramienta apolítica del sistema financiero.
La última vez que se le negó el acceso al Swift a un país fue en el año 2012, cuando se expulsaron hasta 30 instituciones iraníes para cumplir con las sanciones impuestas por la UE. Los servicios se reanudaron en 2015 y se volvieron a suspender en el gobierno de Trump.
Según la Asociación Nacional Rusa Swift, consultada por el medio Al Jazeera, Rusia tiene alrededor de 300 instituciones financieras dentro del sistema, lo que representa más de la mitad de sus organizaciones dedicadas al área.
Uno de los voceros de la Federación Rusa, Nikolay Zhuravlev, dijo en enero a la Agencia de Noticias Rusa (Tass) que si se desconecta a Rusia del sistema, no podrán recibir divisas y sus compradores, muchos de ellos europeos, no recibirán algunos de sus productos más importantes, como petróleo y gas.
Agregó que si bien es el sistema Swift es conveniente, no es la única manera de transferir dinero. Además, la medida necesitaría la aprobación unánime de los miembros del sistema.
Países de la UE, como Alemania y Austria, entre otros, han cuestionado esa medida porque también tendría consecuencias para los países europeos. Austria, Hungría y Alemania dependen en gran medida del gas natural ruso y en caso de desconectar a ese país de Swift ya no podrían pagar las facturas de importación.
Especialistas consultados por The New York Times explican que aplicar la medida no es tan simple como parece debido al tamaño de Rusia y su posición en la economía mundial.
Adam M. Smith, exfuncionario en materia de sanciones del Departamento del Tesoro durante la administración de Barack Obama, comentó que quizás Estados Unidos y Europa buscarán maneras de exentar a ciertos sectores rusos, pero es posible que las medidas tengan consecuencias imprevistas, como una decisión de Rusia que “trastorne” los mercados globales.
La investigadora invitada de la Universidad George Washington, María Snegovaya, dijo que desconectar a Rusia del Switf no será tan grave como lo imaginan los países de occidente. El país desarrolla su propio sistema de mensajería financiera desde 2014, cuando Estados Unidos amenazó con más sanciones.
Tras varios días de resistencia, el Gobierno austríaco accedió el pasado viernes, 25 de febrero, a dar su visto bueno a expulsar a Rusia de Swift.
El Gobierno de Hungría desmintió este sábado, 26 de febrero, estar bloqueando una decisión a nivel de la UE sobre la expulsión de Rusia del sistema de pagos Swift, como alegan algunos medios internacionales. Horas antes, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, instó a Alemania y Hungría a apoyar la desconexión de Rusia del sistema.
El ministro de Exteriores, Péter Szijjártó, dijo en un mensaje colgado en Facebook que esos medios «mienten» cuando dicen que «Hungría está bloqueando algunas de las sanciones contra Rusia, por ejemplo, en relación con el sistema Swift».
Mientras, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, confirmó la postura húngara en un mensaje de Twitter. «Hoy he vuelto a hablar con el Primer Ministro húngaro V. Orban. Y una vez más me aseguró su apoyo a las sanciones de gran alcance contra Rusia. Esto incluye el bloqueo del sistema Swift», dijo el mandatario polaco.
Con información de EFE