Algunas de las firmas petroleras estadounidenses cuyas operaciones en Venezuela fueron congeladas por las sanciones impuestas a Pdvsa, según información de Reuters, se sumaron a un pedido a Washington de autorizaciones para reiniciar la perforación petrolera en el país.

La agencia de origen alemán cita a ocho fuentes con conocimiento de las conversaciones, que aseguran que si se les permite reanudar el trabajo, Venezuela podría aumentar rápidamente la capacidad de producción más allá de 1 millón de barriles por día (bpd).

«El nuevo suministro también podría llenar un vacío dejado por la prohibición estadounidense a las importaciones de energía rusa por su invasión de Ucrania que ha contribuido a que los precios del crudo superen los 100 dólares por barril», indica la nota de Reuters.

«Desde que Estados Unidos impuso por primera vez sanciones comerciales de petróleo a Venezuela, muchas empresas retiraron equipos y personal y cancelaron cientos de millones de dólares de sus activos allí. Pero más de una docena de plataformas permanecen almacenadas cerca de los yacimientos petrolíferos más grandes del país», añade la agencia.

«Las conversaciones coincidieron con la prohibición de Washington de las importaciones de petróleo ruso, una medida que entrará en vigor esta semana, lo que podría perjudicar a las refinerías estadounidenses y contribuir al aumento de los precios del combustible», agrega la nota.

«Si las empresas mixtas de PDVSA buscan obtener licencias para operar, necesitarán de las empresas de servicios petroleros», dijo a Reuters Reinaldo Quintero, presidente de la Cámara del Petróleo de Venezuela.

Varias firmas petroleras locales y con sede en EE. UU. se han acercado a la cámara para expresar su deseo de reanudar el trabajo en Venezuela, agregó, y se negó a proporcionar detalles sobre las conversaciones.

Debido a que las sanciones estadounidenses prohíben cualquier transacción financiera con PDVSA, algunas empresas han estado tratando durante meses de estructurar propuestas que les permitan recibir pagos de socios o empresas conjuntas autorizadas por Washington.

«Hemos discutido las opciones de comercialización de petróleo para que las ganancias de las ventas puedan ir a los fideicomisarios a través de estructuras de pago transparentes», dijo Quintero. «El flujo de efectivo se limitaría a los proyectos petroleros y el estado recibiría regalías e impuestos».

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