La escasez de productos y la alta inflación que enfrenta el país golpea cada vez más fuerte en el bolsillo de los venezolanos. Menos personas tienen acceso a los alimentos, de precio regulado o no, ya sea porque es muy difícil conseguirlos o, en su defecto, por falta de dinero para costearlos.

El pasado 21 de mayo, la Superintendencia de Precios Justos (Sundee) anunció aumentos en el precio de distintos productos de higiene personal, entre ellos crema dental, toallas sanitarias, jabón de baño, pañales para bebé y papel toilet, los cuales registraron incrementos mayores al 500% con respecto a su valor anterior.

Asimismo, se dio a conocer este lunes 23 de mayo que un kilo de harina de maíz blanco pasó a costar Bs 190, cuando antes se ubicaba en Bs 19. Por otro lado, la pechuga de pollo sin hueso acrecentó su costo desde Bs. 185.91 hasta Bs. 1.457,15.

Estos crecimientos en el valor de los productos ha provocado distintas reacciones en los ciudadanos consultados por Efecto Cocuyo. Algunos lo catalogan como “necesario“; otros piensan que no solucionará nada, mientras que los demás afirman que dificultará aún más el acceso a los distintos rubros.

“El sueldo mínimo no alcanza. Gastas todo ese saldo en comida y apenas en lo que consigas. Ahora que aumentaron los precios menos podremos comprar”, comentó Jaquelín Collado, quien se salió a las 5 am desde Petare y a las 9:15 am aún no había comprado nada.

Por su parte, Ariana Milagros, que se encontraba junto a Jaquelín en la cola del Gama Express de Caurimare para comprar productos regulados, denunció que los funcionarios de seguridad del Estado que cuidan el orden en las colas reprimen a los compradores. “El otro día vi cómo le echaban gas picante a una señora en la fila. Ellos vienen a vigilar y se terminan llevando la mercancía”.

De igual forma, Lesbia Iriarte aseveró que no ha adquirido alimentos regulados, como el pollo y la carne, porque no la consigue. “Desde el año pasado que no compro comida regulada”. Igualmente, comentó que adquiere un kilo de pollo o carne entre 2.000 y 3.000 bolívares cada uno, respectivamente.

Keyli Martínez expresó que, aún con el aumento de los precios, no cree que se disminuya la escasez. “Los bachaqueros seguirán comprando y revendiendo los productos más caros todavía”, explicó. Además, destacó que con su salario del año pasado podía adquirir queso, jamón, pollo y carne; “hoy, en cambio, solo me alcanza para uno de esos productos”.

No obstante, una persona que prefirió permanecer en anonimato, pero que se trasladaba desde Caucaguita, cerca de la carretera vieja Petare-Guarenas, en el municipio Sucre, aseguró a Efecto Cocuyo que ve necesario un aumento de los precios ya que, según su criterio, “los precios deben sincerarse para acabar las colas”.

Ariana Milagros se quejó no solo de los policías en su manera de contener la exaltación en las colas, sino del aumento de precios, pero de una manera particular: “si van a aumentar las cosas, entonces que por lo menos hayan productos”, sentenció.

Foto: Runrunes

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