“El precio del petróleo está estable y el petro ha pegado duro. En la preventa del petro ya tenemos 5 mil millones de dólares, vamos rumbo a la prosperidad”, publicó el presidente de la República, Nicolás Maduro, el pasado domingo 11 de marzo a través de su cuenta en la red social Twitter.
El 20 de febrero, día en el que el Gobierno hizo oficial el lanzamiento del petro e inició la preventa del mismo, el presidente Maduro dijo que ya contaban con 735 millones de dólares en “intenciones de compra”; es decir, personas interesadas en adquirir la divisa digital en un futuro cercano.
A menos de un mes del anuncio, el domingo 11 de marzo, las intenciones de compra se quintuplicaron: el Presidente informó que alcanzó los 5 mil millones de dólares. El experto en criptoactivos, Alejandro Machado, explicó que no hay forma de verificar este tipo de operaciones en sistemas de código cerrado, como es el caso de la tecnología que sustenta al Petro.
Esta es solo la primera de las características del petro que la distancian del resto de las criptomonedas. A diferencia de otras, cuyo valor se basa en la confianza que le tienen los usuarios a la tecnología que la sustenta (conocido como blockchain y que permite rastrear con un código único cada una de las transacciones realizadas), el petro estaría respaldado en los barriles de petróleo, así como en yacimientos mineros y de diamantes en el subsuelo venezolano, por lo que su costo variará según las cotizaciones de estas materias primas.
Tampoco se compra y vende a través de las exchanges o portales webs, como Coinbase, Binanceo o Bittrex, que trabajan con varios tipos de divisas digitales. El petro solo puede adquirirse a través de la web petro.gov.ve, lo que también la separa del resto de las monedas basadas en la tecnología abierta del blockchain: ser descentralizada y sin control de entes gubernamentales.
Sin embargo, no todas las personas de todas partes del mundo podrán acceder a la criptomoneda venezolana. El sábado 17 de marzo, el diario americano Nuevo Herald dio a conocer la intención de la administración del presidente Donald Trump de restringir las operaciones financieras que involucren el petro. La pretensión se concretó este lunes 19 de marzo, al firmarse la orden ejecutiva que prohíbe a todos los ciudadanos y habitantes de Estados Unidos realizar transacciones con cualquier criptoactivo, criptomoneda o moneda digital relacionada con el Gobierno venezolano.
En una venta pública, detalla Machado, se tiene registro de cuántos tokens -códigos alfanuméricos que sirven para identificar los usuarios de las personas que están realizando operaciones con criptoactivos- se han comprado y vendido a través de la blockchain. Sin embargo, los responsables del petro aún no poseen un contrato inteligente oficial, según lo informado en el portal web Criptonoticias.
No obstante, existen varios portales web donde se pueden verificar los valores que han acumulado las operaciones de varios tipos de criptomonedas. Sin embargo, ninguno registra al petro como una criptomoneda existente.
La web blockchain.com aún no maneja datos del petro.
Otra sombra de duda fueron los sucesivos cambios, en tan solo horas, en los anuncios oficiales de preventa de tokens de petro que serian sobre la tecnología blockchain de Ethereum y NEM, con una foto oficial de Maduro junto a presuntos miembros de esta última fundación. Esto fue desmentido por la organización, al aclarar que se trataba del equipo de otra firma, Zeus. Además, el whitelist o “libro blanco” que especifica los detalles técnicos del petro fue modificado varias veces, removiendo algunas partes del texto, como ha reseñado también Criptonoticias, sobre el rol de la Fundación VIBE (Venezuelan Iniciative for Blockchain Economics).
Esto deja sin fundamento lo aseverado por el presidente Maduro, que no diferencia tampoco la intención de compra con las transacciones públicas.
Con información de Alessandro Di Stasio
Deja un comentario