El 2017 se despide con precios altos y ventas bajas. Comerciantes del centro de Caracas aseguraron a Efecto Cocuyo, este viernes 29 de diciembre, que el volumen de personas comprando ropa, licores o ingredientes para la cena navideña, es mucho menor que hace un año. Las personas prefieren invertir en comida que comprarse sus “estrenos”.
Durante el recorrido realizado por varias avenidas y calles en esta zona comercial de la ciudad, se constató que para el mediodía de este viernes, la cantidad de consumidores en los establecimientos era igual a la de un día laboral en cualquier otra temporada, muy diferente a lo que solía verse cuando quedaban dos días para finalizar el año.
Solo se consiguió cola de personas afuera de un edificio. No era en un establecimiento de ropa o de calzado, sino en una oficina de la Alcaldía del municipio Libertador, en la avenida Lecuna, frente a los emblemáticos edificios de El Silencio. Decenas de empleados de la municipalidad esperaban que le entregaran una bolsa de comida que habían comprado.
Entre quienes aguardaban, se encontraba una empleada, quien prefirió resguardar su identidad y dijo que no tendría una cena de fin de año como antes, puesto que los ingredientes son muy caros. “Simplemente no tengo, mi sueldo quincenal es insuficiente hasta para comprar un cartón de huevos, que ya supera los Bs. 200.000”.
Según un informe presentado en octubre de este año por la firma Ecoanalítica, las personas de escasos recursos destinan el 90% de sus ingresos a la compra de los alimentos. El informe clasifica como «pobres» al 81% de los venezolanos, quienes han perdido su capacidad de consumo.
Para esta misma fecha, hace un año, un kilo de aceitunas rellenas, ingrediente tradicional de las hallacas, costaba Bs. 12.000, lo que representaba el 13% del sueldo mínimo integral (salario mínimo más cestaticket), establecido para la fecha en Bs. 90.812. Ahora, el valor del fruto es de Bs. 900.000, equivalente a dos sueldos mínimos integrales de la actualidad, cuando está fijado en Bs. 456.507.
El encargado de una venta de zapatos en la avenida Baralt, Robert Rodríguez, confesó que en su tienda se vendieron 3.000 pares de zapatos en todo diciembre de 2016, mientras que, a dos días de terminarse el mismo mes pero de 2017, las ventas no llegan a 1.000 pares. Los precios de los calzados oscilan entre Bs. 450.000 y Bs. 1.500.000.
En el mercado popular de Parque Mecánico, en La Hoyada, el responsable de un establecimiento de ropa, Álvaro Bohórquez, señaló que el año pasado, ya para esta fecha no le quedaba mercancía. “Entre ropa y comida, la gente prefiere comer”, aseveró el comerciante, quien, para no perder ventas, acepta como pago tickets del bono «Niño Jesús«, que luego cambia en ventas de alimentos. “Prefiero hacer eso, necesito vender”.
El comerciante indicó que está rematando la mercancía. Casi todas las blusas que le quedan las ofrece a Bs. 120.000. «Imagínate como estaría si vendiera caro«.
En una licorería ubicada en la avenida Lecuna en El Silencio, su encargado, Alberto Freica, dijo que este diciembre no habían atendido ni la cuarta parte de la cantidad de personas que los visitaron el año pasado. “Si hace un año vendimos en el mes 20 cajas de ron, por ejemplo, ahorita no llegamos ni a siete. La gente prefiere comer”.
Un empleado de ese comercio aseguró que el 29 de diciembre de 2016, las personas no cabían en el local. “Mira como está ahora, no hay mucha gente”. Explicó que la diferencia con el año pasado se refleja también por la cantidad de mercancía que compraron los gerentes. “Yo ni podía caminar por la cantidad de cajas. Ahorita, ¿para qué?, nos va sobrar mercancía”.
En el mercado de Quinta Crespo, los refrigeradores están prácticamente vacíos y no porque hayan vendido toda su mercancía, sino porque desde principios de noviembre no llega carne de res para ofrecer, luego que se fijaran los precios “acordados” para la proteína animal.
Lo que se vende en las carnicerías es pernil de cochino a Bs. 350.000 el kilo, precio que es rechazado por los consumidores, quienes prefieren no adquirirlo. “El año pasado compramos 300 piezas de pernil para diciembre y las vendimos todas antes de esta fecha. Este año compramos 100 y no las hemos vendido todas todavía”, aseguró el encargado de un establecimiento, quien pidió que su identidad quedara en el anonimato.
Nelly Goncalves, compradora habitual del mercado, señaló que al ver que los precios eran elevados en noviembre, cuando el kilo de pernil apenas superaba los Bs. 100.000, logró comprar en una hacienda fuera de Caracas el kilo en Bs. 85.000 ese mismo mes. “Mira como está el mercado, no hay la misma cantidad de personas debido a que aquí los precios son de lujo, es preferible ir a otro sitio”.
Una carrera corta en mototaxi cuesta cinco salarios mínimos en Caracas
Mantener el motor de un carro puede costar 11 millones de bolívares
Pan de jamón, un lujo que el sueldo mínimo no puede costear en Caracas
Daniel Dhers y Zona de Descarga motivan a jóvenes deportistas en José Félix Ribas
ONG celebran decisión del Fiscal de la CPI de pedir que no se aplace investigación sobre Venezuela
Siete parroquias de Caracas, zonas de Miranda y Vargas estarán 36 horas sin agua
Libertad plena para exgerentes de Pdvsa Aryenis Torrealba y Alfredo Chirinos
Venezolanos en Trinidad y Tobago alegan despidos por falta de visas de empleo
El 2017 se despide con precios altos y ventas bajas. Comerciantes del centro de Caracas aseguraron a Efecto Cocuyo, este viernes 29 de diciembre, que el volumen de personas comprando ropa, licores o ingredientes para la cena navideña, es mucho menor que hace un año. Las personas prefieren invertir en comida que comprarse sus “estrenos”.
Durante el recorrido realizado por varias avenidas y calles en esta zona comercial de la ciudad, se constató que para el mediodía de este viernes, la cantidad de consumidores en los establecimientos era igual a la de un día laboral en cualquier otra temporada, muy diferente a lo que solía verse cuando quedaban dos días para finalizar el año.
Solo se consiguió cola de personas afuera de un edificio. No era en un establecimiento de ropa o de calzado, sino en una oficina de la Alcaldía del municipio Libertador, en la avenida Lecuna, frente a los emblemáticos edificios de El Silencio. Decenas de empleados de la municipalidad esperaban que le entregaran una bolsa de comida que habían comprado.
Entre quienes aguardaban, se encontraba una empleada, quien prefirió resguardar su identidad y dijo que no tendría una cena de fin de año como antes, puesto que los ingredientes son muy caros. “Simplemente no tengo, mi sueldo quincenal es insuficiente hasta para comprar un cartón de huevos, que ya supera los Bs. 200.000”.
Según un informe presentado en octubre de este año por la firma Ecoanalítica, las personas de escasos recursos destinan el 90% de sus ingresos a la compra de los alimentos. El informe clasifica como «pobres» al 81% de los venezolanos, quienes han perdido su capacidad de consumo.
Para esta misma fecha, hace un año, un kilo de aceitunas rellenas, ingrediente tradicional de las hallacas, costaba Bs. 12.000, lo que representaba el 13% del sueldo mínimo integral (salario mínimo más cestaticket), establecido para la fecha en Bs. 90.812. Ahora, el valor del fruto es de Bs. 900.000, equivalente a dos sueldos mínimos integrales de la actualidad, cuando está fijado en Bs. 456.507.
El encargado de una venta de zapatos en la avenida Baralt, Robert Rodríguez, confesó que en su tienda se vendieron 3.000 pares de zapatos en todo diciembre de 2016, mientras que, a dos días de terminarse el mismo mes pero de 2017, las ventas no llegan a 1.000 pares. Los precios de los calzados oscilan entre Bs. 450.000 y Bs. 1.500.000.
En el mercado popular de Parque Mecánico, en La Hoyada, el responsable de un establecimiento de ropa, Álvaro Bohórquez, señaló que el año pasado, ya para esta fecha no le quedaba mercancía. “Entre ropa y comida, la gente prefiere comer”, aseveró el comerciante, quien, para no perder ventas, acepta como pago tickets del bono «Niño Jesús«, que luego cambia en ventas de alimentos. “Prefiero hacer eso, necesito vender”.
El comerciante indicó que está rematando la mercancía. Casi todas las blusas que le quedan las ofrece a Bs. 120.000. «Imagínate como estaría si vendiera caro«.
En una licorería ubicada en la avenida Lecuna en El Silencio, su encargado, Alberto Freica, dijo que este diciembre no habían atendido ni la cuarta parte de la cantidad de personas que los visitaron el año pasado. “Si hace un año vendimos en el mes 20 cajas de ron, por ejemplo, ahorita no llegamos ni a siete. La gente prefiere comer”.
Un empleado de ese comercio aseguró que el 29 de diciembre de 2016, las personas no cabían en el local. “Mira como está ahora, no hay mucha gente”. Explicó que la diferencia con el año pasado se refleja también por la cantidad de mercancía que compraron los gerentes. “Yo ni podía caminar por la cantidad de cajas. Ahorita, ¿para qué?, nos va sobrar mercancía”.
En el mercado de Quinta Crespo, los refrigeradores están prácticamente vacíos y no porque hayan vendido toda su mercancía, sino porque desde principios de noviembre no llega carne de res para ofrecer, luego que se fijaran los precios “acordados” para la proteína animal.
Lo que se vende en las carnicerías es pernil de cochino a Bs. 350.000 el kilo, precio que es rechazado por los consumidores, quienes prefieren no adquirirlo. “El año pasado compramos 300 piezas de pernil para diciembre y las vendimos todas antes de esta fecha. Este año compramos 100 y no las hemos vendido todas todavía”, aseguró el encargado de un establecimiento, quien pidió que su identidad quedara en el anonimato.
Nelly Goncalves, compradora habitual del mercado, señaló que al ver que los precios eran elevados en noviembre, cuando el kilo de pernil apenas superaba los Bs. 100.000, logró comprar en una hacienda fuera de Caracas el kilo en Bs. 85.000 ese mismo mes. “Mira como está el mercado, no hay la misma cantidad de personas debido a que aquí los precios son de lujo, es preferible ir a otro sitio”.