Japón volvió a alzarse con el Clásico Mundial de Béisbol y sumó su tercer título para su palmarés. Shohei Ohtani fue nombrado como el jugador más valioso del torneo (MVP), al final del encuentro de la noche del 21 de marzo frente a la novena de Estados Unidos.
En un LoanDepot Park de Miami a reventar, la estrella japonesa cerró y salvó el partido al ponchar a Mike Trout, su compañero en Grandes Ligas en Los Angeles Angels, para sentenciar un 3-2 en el marcador final.
El nipón, a sus 28 años, es de los pocos peloteros del mundo que son peligrosos tanto desde la lomita como a la ofensiva.
El grandeliga acabó el Clásico con una efectividad de 1.86, además de 11 ponches en 9 2/3 innings como lanzador. Al bate registró un jonrón, cuatro dobles, ocho impulsadas y diez boletos.
En 2006 y 2009 Japón también tuvo entre sus peloteros al MVP del torneo, en aquellas ocasiones con Daisuke Matsuzaka. Ohtani se convirtió en el segundo jugador nipón en alzarse con este reconocimiento.
La Agencia EFE indica que 12 clubes de la Mayor League Baseball (MLB) buscan fichar a Ohtani. Las ofertas de contrato rondan los 450 millones de dólares y podría llegar incluso a 500 millones.
El torneo inició para los japoneses en su propia capital Tokyo, donde jugaron la primera ronda. Dominaron el Grupo B y vencieron a Australia, Corea del Sur, China y República Checa para quedarse con la primera posición.
En cuartos de final, en el Tokyo Dome, despacharon con solvencia a la selección italiana nueve carreras a tres para mantener el invicto y llegar a las semifinales.
México fue el rival de Japón en la previa a la gran final. Los mexicanos pusieron en aprietos a la novena nipona hasta la última entrada.
El encuentro estaba 4-5 a favor de los latinos en el noveno inning, pero los asiáticos sacaron la casta y se pusieron adelante con imparables de Shohei Ohtani y Munetaka Murakami para poner el 6-5 definitivo en el marcador.
Las barras y las estrellas llegaban al encuentro con dos objetivos en la mira: revalidar su título de 2019 e igualar a los japoneses como los máximos ganadores de la competencia.
Japón afrontaba la final en el LoanDepot Park, de Miami, con la vista puesta en el tricampeonato. Fueron los ganadores inaugurales del Clásico en 2006 y repitieron en 2009.
Los locales se pusieron por delante en la segunda entrada, cuando Trea Turner mandó la pelota fuera del estadio y puso la primera rayita de la gran final. En el mismo inning los nipones respondieron con un jonrón de Munetaka Murakami que devolvió la paridad al cruce.
La novena oriental no perdonó e inmediatamente remontó con un rodado de sacrificio de Lars Nootbar para que Kazuma Okamoto corriera hasta la lomita.
La ofensiva samurai mantuvo el ritmo y en la cuarta entrada el mismo Kazuma Okamoto conectó un vuelacercas que se fue por el fondo del jardín izquierdo del loanDepot Park para la emoción de los aficionados nipones.
Los estadounidenses en las gradas lucían resignados, hasta que en el octavo inning Kyle Schwarber les devolvió la esperanza con un jonrón que puso a los de las barras y estrellas a una rayita de igualar la final.
Sin embargo, para la última entrada ingresó a la lomita Shohei Ohtani para acabar con todas las ilusiones de los americanos de conquistar el bicampeonato.
Japón venció a cada uno de sus rivales y selló una participación perfecta en esta quinta edición del Clásico Mundial de Béisbol. Los nipones se mantienen como la única selección en ganar más de una justa de esta competición.
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Japón volvió a alzarse con el Clásico Mundial de Béisbol y sumó su tercer título para su palmarés. Shohei Ohtani fue nombrado como el jugador más valioso del torneo (MVP), al final del encuentro de la noche del 21 de marzo frente a la novena de Estados Unidos.
En un LoanDepot Park de Miami a reventar, la estrella japonesa cerró y salvó el partido al ponchar a Mike Trout, su compañero en Grandes Ligas en Los Angeles Angels, para sentenciar un 3-2 en el marcador final.
El nipón, a sus 28 años, es de los pocos peloteros del mundo que son peligrosos tanto desde la lomita como a la ofensiva.
El grandeliga acabó el Clásico con una efectividad de 1.86, además de 11 ponches en 9 2/3 innings como lanzador. Al bate registró un jonrón, cuatro dobles, ocho impulsadas y diez boletos.
En 2006 y 2009 Japón también tuvo entre sus peloteros al MVP del torneo, en aquellas ocasiones con Daisuke Matsuzaka. Ohtani se convirtió en el segundo jugador nipón en alzarse con este reconocimiento.
La Agencia EFE indica que 12 clubes de la Mayor League Baseball (MLB) buscan fichar a Ohtani. Las ofertas de contrato rondan los 450 millones de dólares y podría llegar incluso a 500 millones.
El torneo inició para los japoneses en su propia capital Tokyo, donde jugaron la primera ronda. Dominaron el Grupo B y vencieron a Australia, Corea del Sur, China y República Checa para quedarse con la primera posición.
En cuartos de final, en el Tokyo Dome, despacharon con solvencia a la selección italiana nueve carreras a tres para mantener el invicto y llegar a las semifinales.
México fue el rival de Japón en la previa a la gran final. Los mexicanos pusieron en aprietos a la novena nipona hasta la última entrada.
El encuentro estaba 4-5 a favor de los latinos en el noveno inning, pero los asiáticos sacaron la casta y se pusieron adelante con imparables de Shohei Ohtani y Munetaka Murakami para poner el 6-5 definitivo en el marcador.
Las barras y las estrellas llegaban al encuentro con dos objetivos en la mira: revalidar su título de 2019 e igualar a los japoneses como los máximos ganadores de la competencia.
Japón afrontaba la final en el LoanDepot Park, de Miami, con la vista puesta en el tricampeonato. Fueron los ganadores inaugurales del Clásico en 2006 y repitieron en 2009.
Los locales se pusieron por delante en la segunda entrada, cuando Trea Turner mandó la pelota fuera del estadio y puso la primera rayita de la gran final. En el mismo inning los nipones respondieron con un jonrón de Munetaka Murakami que devolvió la paridad al cruce.
La novena oriental no perdonó e inmediatamente remontó con un rodado de sacrificio de Lars Nootbar para que Kazuma Okamoto corriera hasta la lomita.
La ofensiva samurai mantuvo el ritmo y en la cuarta entrada el mismo Kazuma Okamoto conectó un vuelacercas que se fue por el fondo del jardín izquierdo del loanDepot Park para la emoción de los aficionados nipones.
Los estadounidenses en las gradas lucían resignados, hasta que en el octavo inning Kyle Schwarber les devolvió la esperanza con un jonrón que puso a los de las barras y estrellas a una rayita de igualar la final.
Sin embargo, para la última entrada ingresó a la lomita Shohei Ohtani para acabar con todas las ilusiones de los americanos de conquistar el bicampeonato.
Japón venció a cada uno de sus rivales y selló una participación perfecta en esta quinta edición del Clásico Mundial de Béisbol. Los nipones se mantienen como la única selección en ganar más de una justa de esta competición.