El Senado de Estados Unidos aprobó este un proyecto de ley para dejar de considerar el COVID-19 como una emergencia nacional.
La norma ya fue aprobada en la Cámara de Representantes, por lo que ahora irá a la mesa del presidente estadounidense, Joe Biden, para que la firme.
Aunque Biden había amenazado con vetar una resolución similar en el pasado, este miércoles aseguró que no se opondrá a la medida, según el medio The Hill.
Te sugerimos: Quién puede recibir cuarta dosis y otras 10 claves sobre COVID-19 en Venezuela
La Casa Blanca ya había anunciado que a partir del 11 de mayo dejaría de considerar la pandemia una emergencia nacional, lo que implica que el Gobierno pasará a tratar la covid como una enfermedad endémica.
Entonces, la Administración argumentó que este período de gracia hasta mayo evitaría el «caos e incertidumbre en el sistema sanitario» que se produciría de prosperar la iniciativa para poner fin a la emergencia nacional, introducida inicialmente por los republicanos y aprobada hoy en el Senado con apoyo bipartidista.
En diciembre el Congreso ya determinó que las medidas adicionales que formaban parte de la declaración de emergencia, como la financiación adicional para los estados, se irían desmantelando poco a poco.
Esta semana el Grupo de Expertos en Inmunización de la Organización Mundial de la Salud (Sage por sus siglas en inglés) dijo que las vacunas de refuerzo ya no son necesarias para toda la población.
Entre las excepciones; es decir, quienes aún si necesitan dosis extras están las personas mayores de 60 años, el personal sanitario, mujeres embarazadas y quienes tengan enfermedades preexistentes.
«Es un reflejo de que gran parte de la población está ya vacunada, se ha infectado con covid-19, o ambas cosas a la vez», indicó Hanna Nohynek, presidenta del Sage.
Pero dejaron en cada país la decisión de cómo debería ser la administración de los refuerzos.
«Cada país debe considerar su contexto específico a la hora de decidir si seguir vacunando grupos de bajo riesgo tales como niños y adolescentes sanos, mientras no comprometa otras inmunizaciones cruciales», recomendó Nohynek.
Autobús que trasladaba a 35 migrantes venezolanos sufre accidente en carretera de México
Jorge Rodríguez descarta candidatura presidencial pero persisten potenciales «relevos» en el chavismo
Funcionarios de PNB rescatan a bebé dentro de contenedor de basura en El Valle
Exposición de arte contemporáneo UNA = TODAS abrirá al público el 8 de junio en la GAN
Goicoechea: “Cierre técnico” de la AN de 2015 entregaría activos a Maduro
El Senado de Estados Unidos aprobó este un proyecto de ley para dejar de considerar el COVID-19 como una emergencia nacional.
La norma ya fue aprobada en la Cámara de Representantes, por lo que ahora irá a la mesa del presidente estadounidense, Joe Biden, para que la firme.
Aunque Biden había amenazado con vetar una resolución similar en el pasado, este miércoles aseguró que no se opondrá a la medida, según el medio The Hill.
Te sugerimos: Quién puede recibir cuarta dosis y otras 10 claves sobre COVID-19 en Venezuela
La Casa Blanca ya había anunciado que a partir del 11 de mayo dejaría de considerar la pandemia una emergencia nacional, lo que implica que el Gobierno pasará a tratar la covid como una enfermedad endémica.
Entonces, la Administración argumentó que este período de gracia hasta mayo evitaría el «caos e incertidumbre en el sistema sanitario» que se produciría de prosperar la iniciativa para poner fin a la emergencia nacional, introducida inicialmente por los republicanos y aprobada hoy en el Senado con apoyo bipartidista.
En diciembre el Congreso ya determinó que las medidas adicionales que formaban parte de la declaración de emergencia, como la financiación adicional para los estados, se irían desmantelando poco a poco.
Esta semana el Grupo de Expertos en Inmunización de la Organización Mundial de la Salud (Sage por sus siglas en inglés) dijo que las vacunas de refuerzo ya no son necesarias para toda la población.
Entre las excepciones; es decir, quienes aún si necesitan dosis extras están las personas mayores de 60 años, el personal sanitario, mujeres embarazadas y quienes tengan enfermedades preexistentes.
«Es un reflejo de que gran parte de la población está ya vacunada, se ha infectado con covid-19, o ambas cosas a la vez», indicó Hanna Nohynek, presidenta del Sage.
Pero dejaron en cada país la decisión de cómo debería ser la administración de los refuerzos.
«Cada país debe considerar su contexto específico a la hora de decidir si seguir vacunando grupos de bajo riesgo tales como niños y adolescentes sanos, mientras no comprometa otras inmunizaciones cruciales», recomendó Nohynek.