«Para nosotros no es una vacuna», dice infectólogo Julio Castro sobre la Abdala

CORONAVIRUS · 7 JULIO, 2021 23:10

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Albany Andara Meza | @AlbanyAndara


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El infectólogo y profesor del Instituto de Medicina Tropical de la UCV, Julio Castro, respondió varias preguntas sobre las vacunas contra el coronavirus que se están aplicando en Venezuela. El médico presentó su opinión profesional en el foro «Lo que debes saber sobre la vacunación anticovid-19″, realizado por el Observatorio Venezolano de Fake News y Medianálisis. 

Señaló que la comunidad médica no considera que la Abdala sea una vacuna. Esta fue elaborada por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba y hasta el 3 de julio ya había sido colocada a 10.000 venezolanos, según notificó el embajador de Cuba en Venezuela, Dagoberto Rodríguez.

«Hasta que los datos no estén publicados en una revista evaluada por pares, donde haya una comisión de revisión, para nosotros no es una vacuna. Lo dijimos con Pfizer, con AstraZeneca, con la vacuna china y la rusa, y todas han ido cumpliendo progresivamente este requisito», indicó Castro. Hasta el momento, la Abdala solo es una candidata a vacuna. 

Explicó que las personas que acceden a ponerse la Abdala en los centros de vacunación deben entender que están siendo partícipes de un estudio de investigación sobre el que los científicos tienen que aprender. 

También expresó su preocupación por las últimas aprobaciones de la junta revisora del Instituto Nacional de Higiene, el ente regulatorio de medicamentos del país. Por ejemplo, la circulación de pastillas y jarabes en empaques escritos en árabe o en chino y no en español, lo cual está reñido con el correcto proceso de certificación en Venezuela. De acuerdo con el médico, esa no es una buena práctica farmacéutica. 

Datos sobre la Sputnik V y Sinopharm

«No hay en Venezuela ninguna prueba que detecte si usted creó anticuerpos cuando se puso la vacuna china o la rusa. Así que no gaste dinero en alguna prueba de ese tipo», explicó Castro, quien también aseguró que los componentes de la Sputnik V y la Sinopharm son completamente diferentes, y que están diseñados para colocarse en un intervalo específico de tiempo. 

Además, insistió en que todos deberían cumplir con el tiempo que hay entre la primera dosis y la segunda. Sin embargo, resaltó que es necesario tomar en cuenta el contexto venezolano, en el que es posible que algunas personas no alcancen a colocarse la segunda vacuna en el período estimado inicialmente. 

«La dilación entre el primer y el segundo componente, más o menos cercano a tres meses, no parece deteriorar la capacidad inmune de la vacuna. No es el deber ser, pero considerando la situación en Venezuela, yo en lo personal pienso que no es un gran problema dilatar la segunda dosis siempre y cuando te la pongas», indicó el médico. 

El problema está cuando pasan 90 días y la persona no se ha colocado la segunda dosis. En ese caso, habría que tomar decisiones de políticas públicas desde el Ministerio de Salud. 

Actualmente, Venezuela se ubica en los últimos puestos en el cobertura de vacunación en América Latina. Hasta el momento, solo se han recibido 2.730.000 dosis de vacunas, 1.800.000 provenientes de China y 930.000 de Rusia. La fase de inmunización general de la población tan solo empezó el 29 de mayo y en el país hay al menos 28 millones de personas, según el Banco Mundial.

¿Qué pasa si no llega a tiempo la segunda dosis? 

El doctor Julio Castró afirmó que en el caso de que una persona se coloque solo una dosis de la vacuna, ya sea la Sputnik V o Sinopharm, la respuesta inmune se puede ver comprometida o resultar menos potente al tener contacto con el virus. Así mismo, reiteró que no se deben mezclar ambas vacunas de ninguna forma. 

«Si yo me pongo una dosis de la rusa y luego una de la china, eso no tiene un efecto sumatorio. No es una buena idea. Yo tengo que completar un solo esquema de vacuna», explicó el médico. 

Aunque no se tiene evidencia de que ponerse dos vacunas distintas pueda traer como consecuencia un daño extremo, no es recomendable hacerlo desde el punto de vista de los expertos. 

Por otro lado, Castro comentó que no tiene sentido seguir sosteniendo prejuicios sobre la confiabilidad de la vacuna, dependiendo de quién la haya producido. 

«Si usted está en un centro de vacunación certificado por el Ministerio de Salud, las probabilidades de que esa vacuna tenga un manejo malo, son mínimas. Aunque nada en el mundo es absoluto, yo me sentiría seguro si voy a un sitio donde la mayoría de la gente se está vacunando», dijo. 

Insistió en que, aunque las personas se vacunen, es necesario utilizar tapabocas y seguir tomando medidas de bioseguridad, la vacuna no garantiza el 100% de inmunidad.

Sobre el envío de vacunas de Covax

En 2021, Venezuela firmó un acuerdo con Covax (El Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19) para traer 11,3 millones de dosis para inmunizar a parte de la población contra el coronavirus. El país decidió adoptar el modelo de compra opcional, por el cual debía cancelar unos 120 millones de dólares.

El 11 de junio el mandatario Nicolás Maduro denunció que las vacunas no habían sido enviadas, porque el deposito se encontraba bloqueado por un banco internacional. Seguidamente, pidió la devolución del dinero si la operación no se podía llevar a cabo. 

Según Julio Castro, uno de los esquemas que maneja Covax está dedicado a los países de bajos recursos, donde se les envían cargamentos de vacunas progresivamente sin que estos tengan que pagarlas. 

«Venezuela, con base en su producto interno bruto real, debería estar en este esquema. Pero no lo está, porque el país no manda los datos del Banco Central de Venezuela sobre el PIB, el gasto público o el presupuesto desde hace seis o siete años. Por lo tanto, la organización asume que nuestra clasificación es la misma de hace siete años», expresó. 

Además, criticó el rechazo del gobierno hacia la vacuna AstraZeneca, que provocó que el país cambiara la modalidad de compra comprometida, por la que inicialmente se regía. 

«Sería muy malo para Venezuela no entrar al Covax: 11 millones de vacunas es algo que no se puede despreciar», aseguró. También mostró optimismo sobre el segundo semestre de 2021, donde se espera que haya una mayor disponibilidad de vacunas. 

Finalmente, apuntó que debe hacerse un esfuerzo para aumentar la capacidad de vacunación por día en el territorio. «Al ritmo al que vamos, aunque tengamos el número de vacunas no vamos a poder ponerlas».

CORONAVIRUS · 7 JULIO, 2021

«Para nosotros no es una vacuna», dice infectólogo Julio Castro sobre la Abdala

Texto por Albany Andara Meza | @AlbanyAndara

El infectólogo y profesor del Instituto de Medicina Tropical de la UCV, Julio Castro, respondió varias preguntas sobre las vacunas contra el coronavirus que se están aplicando en Venezuela. El médico presentó su opinión profesional en el foro «Lo que debes saber sobre la vacunación anticovid-19″, realizado por el Observatorio Venezolano de Fake News y Medianálisis. 

Señaló que la comunidad médica no considera que la Abdala sea una vacuna. Esta fue elaborada por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba y hasta el 3 de julio ya había sido colocada a 10.000 venezolanos, según notificó el embajador de Cuba en Venezuela, Dagoberto Rodríguez.

«Hasta que los datos no estén publicados en una revista evaluada por pares, donde haya una comisión de revisión, para nosotros no es una vacuna. Lo dijimos con Pfizer, con AstraZeneca, con la vacuna china y la rusa, y todas han ido cumpliendo progresivamente este requisito», indicó Castro. Hasta el momento, la Abdala solo es una candidata a vacuna. 

Explicó que las personas que acceden a ponerse la Abdala en los centros de vacunación deben entender que están siendo partícipes de un estudio de investigación sobre el que los científicos tienen que aprender. 

También expresó su preocupación por las últimas aprobaciones de la junta revisora del Instituto Nacional de Higiene, el ente regulatorio de medicamentos del país. Por ejemplo, la circulación de pastillas y jarabes en empaques escritos en árabe o en chino y no en español, lo cual está reñido con el correcto proceso de certificación en Venezuela. De acuerdo con el médico, esa no es una buena práctica farmacéutica. 

Datos sobre la Sputnik V y Sinopharm

«No hay en Venezuela ninguna prueba que detecte si usted creó anticuerpos cuando se puso la vacuna china o la rusa. Así que no gaste dinero en alguna prueba de ese tipo», explicó Castro, quien también aseguró que los componentes de la Sputnik V y la Sinopharm son completamente diferentes, y que están diseñados para colocarse en un intervalo específico de tiempo. 

Además, insistió en que todos deberían cumplir con el tiempo que hay entre la primera dosis y la segunda. Sin embargo, resaltó que es necesario tomar en cuenta el contexto venezolano, en el que es posible que algunas personas no alcancen a colocarse la segunda vacuna en el período estimado inicialmente. 

«La dilación entre el primer y el segundo componente, más o menos cercano a tres meses, no parece deteriorar la capacidad inmune de la vacuna. No es el deber ser, pero considerando la situación en Venezuela, yo en lo personal pienso que no es un gran problema dilatar la segunda dosis siempre y cuando te la pongas», indicó el médico. 

El problema está cuando pasan 90 días y la persona no se ha colocado la segunda dosis. En ese caso, habría que tomar decisiones de políticas públicas desde el Ministerio de Salud. 

Actualmente, Venezuela se ubica en los últimos puestos en el cobertura de vacunación en América Latina. Hasta el momento, solo se han recibido 2.730.000 dosis de vacunas, 1.800.000 provenientes de China y 930.000 de Rusia. La fase de inmunización general de la población tan solo empezó el 29 de mayo y en el país hay al menos 28 millones de personas, según el Banco Mundial.

¿Qué pasa si no llega a tiempo la segunda dosis? 

El doctor Julio Castró afirmó que en el caso de que una persona se coloque solo una dosis de la vacuna, ya sea la Sputnik V o Sinopharm, la respuesta inmune se puede ver comprometida o resultar menos potente al tener contacto con el virus. Así mismo, reiteró que no se deben mezclar ambas vacunas de ninguna forma. 

«Si yo me pongo una dosis de la rusa y luego una de la china, eso no tiene un efecto sumatorio. No es una buena idea. Yo tengo que completar un solo esquema de vacuna», explicó el médico. 

Aunque no se tiene evidencia de que ponerse dos vacunas distintas pueda traer como consecuencia un daño extremo, no es recomendable hacerlo desde el punto de vista de los expertos. 

Por otro lado, Castro comentó que no tiene sentido seguir sosteniendo prejuicios sobre la confiabilidad de la vacuna, dependiendo de quién la haya producido. 

«Si usted está en un centro de vacunación certificado por el Ministerio de Salud, las probabilidades de que esa vacuna tenga un manejo malo, son mínimas. Aunque nada en el mundo es absoluto, yo me sentiría seguro si voy a un sitio donde la mayoría de la gente se está vacunando», dijo. 

Insistió en que, aunque las personas se vacunen, es necesario utilizar tapabocas y seguir tomando medidas de bioseguridad, la vacuna no garantiza el 100% de inmunidad.

Sobre el envío de vacunas de Covax

En 2021, Venezuela firmó un acuerdo con Covax (El Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19) para traer 11,3 millones de dosis para inmunizar a parte de la población contra el coronavirus. El país decidió adoptar el modelo de compra opcional, por el cual debía cancelar unos 120 millones de dólares.

El 11 de junio el mandatario Nicolás Maduro denunció que las vacunas no habían sido enviadas, porque el deposito se encontraba bloqueado por un banco internacional. Seguidamente, pidió la devolución del dinero si la operación no se podía llevar a cabo. 

Según Julio Castro, uno de los esquemas que maneja Covax está dedicado a los países de bajos recursos, donde se les envían cargamentos de vacunas progresivamente sin que estos tengan que pagarlas. 

«Venezuela, con base en su producto interno bruto real, debería estar en este esquema. Pero no lo está, porque el país no manda los datos del Banco Central de Venezuela sobre el PIB, el gasto público o el presupuesto desde hace seis o siete años. Por lo tanto, la organización asume que nuestra clasificación es la misma de hace siete años», expresó. 

Además, criticó el rechazo del gobierno hacia la vacuna AstraZeneca, que provocó que el país cambiara la modalidad de compra comprometida, por la que inicialmente se regía. 

«Sería muy malo para Venezuela no entrar al Covax: 11 millones de vacunas es algo que no se puede despreciar», aseguró. También mostró optimismo sobre el segundo semestre de 2021, donde se espera que haya una mayor disponibilidad de vacunas. 

Finalmente, apuntó que debe hacerse un esfuerzo para aumentar la capacidad de vacunación por día en el territorio. «Al ritmo al que vamos, aunque tengamos el número de vacunas no vamos a poder ponerlas».